January 16, 2007
(CM 3621, BN 1193-1195)
DF/MM/MC
Compilado agosto 2006
CM 74:16,18-19,24,27,36‚38-40, PCD 4
16. (Papá:) ¿CUÁNTO SABEN DE PERMANECER EN SILENCIO ANTE EL SEÑOR‚ DE REVERENCIAR AL SEÑOR? ¿Cuántos momentos de silencio tienen aprendiendo a estar callados? «En quietud y confianza será tu fortaleza.» ¿Saben lo que quiere decir confianza? ¡Es fe! ¡El mismo hecho de mantenernos en silencio es señal de que tenemos fe! ¡Demuestra que estamos a la expectativa de que Dios haga algo‚ en vez de tratar de hacer las cosas por nosotros mismos! ¡Si no saben qué hacer, párenlo todo! ¡Guarden silencio y esperen a que Dios haga algo! ¡Lo peor que pueden hacer es seguir cuando no saben qué hacer!
18. GUARDAR SILENCIO ANTE EL SEÑOR DEMUESTRA QUE SE TIENE FE EN QUE DIOS VA A RESOLVER LA SITUACIÓN, DEMUESTRA QUE SE CONFÍA EN EL SEÑOR. «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado.» (Isa. 26:3) Si no se está confiando, se está confundido en todo momento. ¡Confiando no hay quien impaciente esté! ¡La impaciencia es la ausencia de la fe! Si están en un lío, confundidos, preocupados, impacientes e inquietos, es que no están confiando. No tienen la fe que deberían. La confianza es la imagen del reposo, la paz y la tranquilidad totales de mente, corazón y espíritu. El cuerpo quizás tenga que seguir trabajando, pero la actitud y el espíritu están en calma.
19. POR ESO SE PUEDE TENER PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA. Les he hablado de aquel cuadro que ganó un concurso que ilustraba la idea de la paz. La mayoría de los pintores presentaron escenas bucólicas de quietud y calma, de tranquilidad absoluta y total. ¡Esa es una forma de paz! ¡Pero la más difícil de obtener es la del cuadro que ganó el premio! Mostraba una catarata espantosa, rugiente y estruendosa, un río lleno de furia y espuma. ¡Pero en una ramita que colgaba justo encima de la furiosa corriente, había un hermoso nido con un pajarillo cantando tranquilamente a pesar de la tormenta! ¡Entonces es cuando se demuestra la fe‚ en medio de la tormenta! ¡La tranquilidad es señal de fe!
24. LA TAREA MÁS IMPORTANTE QUE TIENEN ES ESCUCHAR AL REY: ¡PARAR, MIRAR Y ESCUCHAR! ¡SI NO QUIEREN SER ARROLLADOS! Ese es el mayor peligro: ¡toda esa actividad febril! ¡Esa es la mayor tentación de los que trabajan para el Señor!
27. ¡DIOS NO CABE EN UN SEGUNDO LUGAR‚ NI AUN CUANDO EL PRIMERO SEA EL SERVICIO A ÉL! «No tendré dioses ajenos delante de Mí; no te inclinarás a ellos ni les honrarás; porque Yo soy el Señor tu Dios, celoso.» (Exo.20:3,5) Seguramente, el error más grande de los cristianos sinceros sea convertir el servicio a Dios en un dios. Toda esa acción, todo ese ruido en vano, golpear el aire dando culto... ¡y tan poco de Dios! [...] «Estad quietos y conoced que Yo soy Dios. Procura tener tranquilidad.»
36. ¡EL MUNDO VIVE EN UNA PRISA CONSTANTE! ES EL SISTEMA DEL PROPIO DIABLO: ¡ACELERAR EL MUNDO, hacer cualquier cosa para que todo se mueva más rápido! ¡Dios creó el mundo hace 6.000 años y casi ni ha variado su velocidad desde entonces! Dios no ha acelerado las estaciones ni los años. ¡El hombre está acelerándolo todo, y está abocado a la destrucción! Tranquilícense. ¡Con suavidad, sin prisas! ¡Pero ante todo paren, miren, escuchen y esperen! ¡Así rezan las señales que se ven en lugares peligrosos, cruces, intersecciones, lugares críticos, interrupciones en lo habitual, en nuestra senda o camino! ¡Si no, seguiríamos y nos podría arrollar un tren expreso!
38. ¡HE COMPROBADO QUE, HAGA LO QUE HAGA, LA OBRA DEL SEÑOR SEGUIRÁ ADELANTE! ¡Si la obra es de Dios, nada la detendrá, ni siquiera mi ausencia! ¿ASES? ¡Así que de nada sirve correr de un lado para otro, impacientarse e inquietarse por tratar de llegar a algún sitio para hacer algo cuando lo que hay que hacer es esperar las instrucciones del Señor para averiguar exactamente dónde quiere que estemos y qué quiere que hagamos!
39. Toda la actividad febril de ustedes no vale nada, su servicio no vale nada si no prestan atención al Rey y le dedican tiempo, amor y comunión.
40. ¡Si están apresurados, se preocupan y se impacientan, nunca podrán enfocar toda su atención, sus ojos, sus oídos, su mente y su corazón en el Señor para encontrar la solución al problema, recibir la respuesta a la pregunta y tomar la mejor decisión respecto a la situación! ¡Pero si paran, miran‚ escuchan y esperan en comunión con el Señor, en cuanto hayan aprendido a hacerlo y a obtener respuestas de Él, habrán aprendido a tomar decisiones! Habrán aprendido a orar, y se habrán convertido verdaderamente en los líderes de Dios. «¡A los que dejan que el Señor escoja, lo mejor de lo mejor les da!»
CM 98, PCD 4
1. (Papá:) LA VISIÓN DE UN PASTOR en la ladera de la colina con sus ovejas. Algo parece turbar al pastor. Las ovejas se agrupan y dan vueltas nerviosas, están inquietas y un poco temerosas. Corren de aquí para allá confusas, como si se preguntaran por qué se ha enfadado el pastor. Es curioso cómo se les contagia nuestro espíritu a los animales. Si nosotros sentimos miedo, ellos sienten miedo. ¡Si estamos malhumorados y nerviosos‚ ellos se ponen nerviosos, sobre todo si nos tienen afecto!
2. CUANDO EL PASTOR SE ENFADA, LAS OVEJAS SE ALTERAN. El pastor tiene que alimentarse de los elementos de la tierra para estar satisfecho y satisfacer a su rebaño. Él también tiene que sentarse en la ladera a tocar música armoniosa a su Creador con alabanzas para traer paz a su alma.
3. Y CUANDO DEJÓ DE ESFORZARSE POR DIRIGIRLO TODO POR SU PROPIO ESPÍRITU‚ y se sentó, se relajó y se puso en comunicación con el Creador, cuando cerró los ojos y empezó a tocar esa música tan melodiosa con su flauta, las ovejas comprendieron que todo estaba bien‚ se calmaron y volvieron tranquilamente a lo suyo. Les transmitió ese espíritu tranquilo. El pastor, pues, ha de comer de la mano de su Creador y de la mano de su Pastor si quiere apacentar a sus ovejas y transmitirles la misma paz. Aquella bonita música de alabanza tranquilizó a las ovejas, que comenzaron a pastar de nuevo esparciéndose otra vez sobre la ladera de la colina.
5. LA PRINCIPAL TAREA DE UN PASTOR ES PERMANECER EN COMUNICACIÓN CON EL SEÑOR: empezar el día con música melodiosa, alabanza e intimidad con el Señor. Antes que nada debemos aprender a reposar a los pies del Señor. ¡El secreto de esa calma, paz, reposo, paciencia, fe y amor‚ es reposar en el Señor! Calmarnos delante del Señor, alabar y buscar al Señor primero. Y entonces sencillamente transmitírselo a las ovejas. Lo que transmitimos es un espíritu‚ la misma actitud.
6. POR ESO, NO PODEMOS HACER EL MENOR MOVIMIENTO HASTA QUE NO HAYAMOS ENCONTRADO PRIMERO ESE LUGAR DE REPOSO, CALMA Y DULCE PAZ EN EL SEÑOR, y nos hayamos sentado y tocado la flauta para Él. Todo es espiritual. Si intentamos hacerlo en la carne, más nos valdría ni intentarlo siquiera. Nuestra propia carne nos deprimiría. Ese reposo es una muestra de fe verdadera, la cual produce paciencia. Cuando comenzamos a tañer dulces melodías en el arpa, se la comunicamos a las ovejas. Nosotros consolamos a los demás por medio de la consolación con que nosotros somos consolados.
CM 169, PCD 5
1. (Papá:) El liderazgo implica una responsabilidad muy grande, un gran peso y, sencillamente, una labor inmensa que representa muchísimo trabajo, esfuerzo, confusión, entusiasmo e interés, así como tensión física, mental‚ y nerviosa, a veces difíciles de soportar. Ni siquiera el Señor mismo podía soportar la tensión constante y el desgaste espiritual de ministrar permanentemente a las multitudes, que es en lo que consiste realmente el ministerio de ustedes. Por eso, a menudo Él se apartaba de todo y se alejaba con sus discípulos hacia las montañas, o al mar, o a realizar visitas privadas a sus amigos, para disfrutar de un retiro, reposo, recuperación e inspiración de tipo espiritual. ¡A veces hasta se iba solo!
2. ¡Nadie puede volcarse incesantemente hacia los demás sin pasar algún tiempo a solas con el Señor para recargarse! ¡Yo llevo medio siglo sirviendo al Señor; mi madre medio siglo antes que yo; y mi abuelo otro medio siglo antes que ella, así que sé de lo que hablo! A. B. Simpson, un hombre de gran fe‚ dijo: «¡No se puede realizar la obra del Maestro sin Su poder!» ¡Y para obtenerlo hay que pasar tiempo con el Maestro!
3. ¡Todos necesitamos más tiempo a solas con el Señor, reposando y recargándonos‚ bebiendo el agua viva de Su Palabra en intimidad con Él, en la comunión de la oración y en dulce relación amorosa con el Espíritu!
4. Ninguno de nosotros puede soportar esas presiones constantes que continuamente nos exigen tanto tiempo y energía y que ponen a prueba nuestro cuerpo, alma y espíritu, a las que a menudo nos vemos obligados a someternos, sin alivio alguno, debido a la falta de tiempo, a la necesidad, las obligaciones y la continua sucesión de situaciones urgentes que son tan frecuentes en una obra que se mueve tan rápido y se expande tan deprisa como la nuestra, en la que los obreros son siempre muy pocos, la cosecha muy grande, y en la que queda mucho que hacer aún para recogerla antes de que llegue la tormenta.
5. Pero el Señor mismo dijo: «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque Mi yugo es fácil y ligera Mi carga». Su Palabra nos aconseja ser «moderados en todo» y «que vuestra moderación sea conocida de todos los hombres»*. ¡Si el yugo se vuelve demasiado difícil y la carga demasiado pesada, no son ni Su yugo ni Su carga, sino los nuestros o los de alguien más que imprudentemente nosotros mismos nos hemos impuesto o permitido que nos impongan, y que son muy superiores a la capacidad y fortaleza que el Señor sabe que tenemos! ¡Él no nos dejará ser tentados más de lo que podamos resistir! (* Versión King James.)
6. Algunas veces nos vemos tentados a echar sobre nosotros cargas excesivas, pero no porque Dios lo quiera, y otras veces dejamos que nuestras energías se agoten más de lo que sabemos que podemos soportar. Al actuar así‚ nos vemos empujados más allá de los límites de nuestra propia fe, y sufrimos las consecuencias con un colapso físico, mental, nervioso o espiritual, tal como les conté en la Carta «Crisis» (Ver nº66). ¡Por favor‚ que no les pase lo mismo! «Dediquen tiempo a santificarse». ¡Para ser completamente Suyos, con cuerpo, mente y espíritu completamente sanos! «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado». Isa.26:3.
7. ¡Los amamos, y ustedes tienen una gran tarea que hacer para el Señor! ¡Dediquen más tiempo a fortalecerse para ella!
CM 191‚ PCD 5
1. (Papá:) Todos los que se encuentran en la gran sala central, bajo la cúpula, miran hacia arriba, como a la espera de algo. Fuera, en los otros sectores, la gente corre de un lado a otro apresuradamente, al parecer ocupada en servir al Rey. Por el contrario, los que están bajo la cúpula central permanecen inmóviles, con la vista levantada‚ bañados en ese maravilloso resplandor dorado que desciende de lo alto. Inhalan profundamente el aire celestial que desciende por el tubo, aspirando de cuando en cuando un poco de su fragancia. ¡Oh, Señor, cuánto anhelamos el aliento de Tu aire celestial para que nos refresque, nos despeje la mente, nos inspire el corazón y nos dé visiones estremecedoras, que hagan que nuestra cabeza dé vueltas por Ti, Jesús! ¡ASS!
2. Al parecer, la gente que circula por los alrededores tan atareada y apresuradamente se cansa y tiene que entrar en la sala central, levantar los ojos, respirar profundamente‚ captar otra visión, echar otra mirada y renovarse. Es el templo de Dios. ¡Ayúdanos a ser así, Jesús, y a recordar que no podemos seguir adelante sin la visión celestial que Tú nos das, sin respirar el puro aire celestial‚ sin el sonido de esa música serena! ¡Simplemente no podemos seguir sin oír Tu voz, sin inhalar la fragancia de ese incienso maravilloso, sin contemplar el bello cielo estrellado y sin la inspiración de mirar hacia lo alto!
3. ¿Estuviste hoy en el templo? ¿Levantaste la mirada? ¿Has aspirado profundamente el elixir celestial? ¿Has escuchado esas melodiosas notas de música celestial? ¿Te has maravillado ante el estrellado cielo de Dios, Su gran creación, Su universo, para saber que todo marcha bien y encontrar descanso y paz para tu alma, antes de volver al trabajo en los alrededores?
4. ¡No estarías tan preocupado, nervioso y alterado si pasaras más tiempo con el Señor, mirando hacia arriba por la estrellada cúpula, respirando ese aire celestial y escuchando esa música tan hermosa! Hallarías paz y reposo para tu alma. ¡Te será imposible continuar si no haces más que andar precipitadamente por los alrededores y nunca entras en la rotonda para mirar hacia arriba a través de la bóveda, disfrutar de unos momentos de silencio, ver visiones del Cielo, respirar el aire celestial y escuchar música y voces también celestiales! ¡Es algo que renueva completamente y refresca por entero; que renueva la visión y la inspiración; que da nuevas fuerzas‚ tranquilidad, paz y alegría!
5. ¿Has estado allí para aspirar una bocanada de aire del Cielo? Si no, ¡no sabes lo que te has perdido! ¡Terminarás agotado, fatigado‚ turbado, temeroso, desanimado, preocupado, nervioso e inquieto por no haberte renovado en el templo de Su Espíritu, con la voz de Su verdad y la visión celestial!
6. «¡Porque los que participan de estas cosas tienen una fortaleza que vosotros desconocéis! ¡Los que me siguen y oyen Mi voz, los que disfrutan de Mi fragancia y ven las cosas que Yo les muestro‚ esos son los hijos de David!»
7. ¡Si no lo haces perderás el contacto, la comunicación y la relación íntima, te quedarás sin la victoria! Agotarás tu fortaleza, sabiduría‚ amor y paciencia, y al poco tiempo quedarás completamente extenuado, ¡incapaz de soportar más! Será por culpa de estar demasiado ocupado en los alrededores y no entrar en el templo para ser refrescado y renovado.
8. ¿Estás demasiado ocupado? ¿Marchas demasiado aprisa? ¿Tienes un trabajo tan importante que no puedes detenerte a recibir unos minutos de inspiración y alivio desde lo Alto, de renovación espiritual y descanso físico, disfrutando de una pequeña fiesta de amor con el Señor? Si hoy te has perdido un viaje al templo de Su Espíritu en compañía de los demás cristales, ¡te has perdido algo extraordinario! No durarás mucho. Te agotarás. ¡Nunca lograrás nada como no te detengas un rato bajo la cúpula y levantes la vista hacia Su cielo estrellado‚ bajo esa paz y serenidad y el majestuoso movimiento de las esferas, escuchando su música... allá arriba, donde todo es perfección‚ perfecto orden, armonía y paz!
9. ¡Mira y vive! ¡Para, mira, escucha y vive! ¿Cuántas veces nos ha dicho el Señor que sin ello no podemos vivir? Más vale que pases un tiempo en el templo, ¡o descubrirás que se te acaba el tiempo!... ¡El tiempo para ese maravilloso reposo en el templo! ¿Ya pasaste hoy un tiempo en el templo?... ¿Tus momentos de quietud en Su templo?
10. ¡Todo lo que tienes que hacer es quedarte a solas con el Señor y levantar la mirada hacia todas las bellezas que Él te muestre, aspirar Su aire celestial, oír Su música y contemplar Sus visiones celestiales! «¡Vosotros sois el templo del Espíritu Santo!» Si no vienen aquí a recibir un poquito de Su luz, no será mucha la que reflejarán o dejarán ver, ni podrán recoger más para transmitirla a los demás.
11. ¿Cuánto tiempo has pasado hoy en el templo? No tiene que ser a una hora fija. Puedes levantar la mirada a través de la cúpula a cualquier hora del día, en cualquier parte, donde sea que estés‚ y sin importar lo que estés haciendo. Unos momentos de quietud con el Señor bastan. ¡A cualquier hora, en cualquier parte y rápidamente puedes abandonar los alrededores y entrar en el templo en espíritu y en verdad!
12. Cuesta mucho hacerlo en medio de la confusión, rodeado de las voces y la algarabía de las afueras. Forman parte del templo y son necesarias para su servicio, pero en algún momento, en algún lugar, hay que recuperar la calma. Yo he descubierto que el momento ideal para hacerlo es en la madrugada, cuando uno no puede dormir. ¡Entonces la vista es maravillosa! La noche está llena de paz y de quietud. ¡No te quedes tendido, inmóvil! ¡Ora! ¡Mira y vive! ¡Levanta la mirada! ¡Haz un templo de tu corazón! ¡Y verás lo que Dios puede hacer en ese hermoso mundo del Espíritu!
13. A veces, en las afueras, uno se pregunta cuál es la Verdad. Uno se aleja tanto que tiene que regresar a la rotonda en busca de nuevas energías. Señor Jesús, dales reposo a Tus queridos hijos. Ayúdales a acudir a tu templo con la mayor frecuencia posible, a ese sereno lugar de reposo delante de Tu trono.
14. Sin Él nada podrán hacer, hijos míos. Sin Su poder no lograrán nada. Hay muchas grabadoras que funcionan cierto tiempo con pilas, pero ¿cuánto duran? Ustedes mantendrán la marcha durante un tiempo, pero después tendrán que volver y conectarse a la corriente, o irán aminorando la marcha hasta quedar sin energía, ¡completamente inmóviles!
15. ¡No es que yo sea muy listo! Sólo sé lo que Dios me muestra, y luego voy y se lo transmito a ustedes. ¡Todo lo que Dios nos indica siempre sale bien! ¡Gracias‚ Jesús, por el templo de Tu Espíritu, donde podemos ofrecer Verdad y descanso a nuestras almas! Qué maravilloso es el Señor, ¿verdad? Entonces, ¿por qué no pasas más tiempo a solas con Él? Si lo amas tanto, ¿por qué no lo demuestras?
16. Pues bien; me dirás que has estado ocupado pastoreando ovejas. Pero, ¿cómo sabrás pastorearlas tú, adónde conducirlas, ni nada acerca de ellas, si no lo aprendes del Pastor Jefe? ¿Cómo sabrás adónde se dirige Él a menos que le sigas? ¡Él sabe dónde están los prados verdes, los desfiladeros de las montañas y los frescos manantiales! Conoce el lugar de las cascadas, y dónde estarás a salvo y seguro. Sabe también de los bosques donde se esconden los lobos y los sitios peligrosos, y mejor será que le sigas de cerca, ¡pues en verdad no es mucho lo que sabes! ¡Te verás en apuros! Lo único que nosotros tenemos que hacer es seguirle. ¡Dirigir hacia arriba nuestra antenita, recibir las señales y seguirle!
17. ¿Estás sintonizado al canal de Dios, o te hallas tan descorazonado que no haces sino mirar hacia abajo? Si estás descorazonado y cabizbajo es porque miras demasiado hacia abajo, a las olas. Tienes la antena hacia abajo‚ en dirección al infierno, en lugar de dirigirla hacia arriba, hacia el Cielo. O la tienes dirigida hacia el exterior, hacia toda la gente, la confusión y las ovejas, en lugar de dirigirla hacia el Gran Pastor. ¿Las señales que recibes sólo manifiestan confusión y ruidos incoherentes, o tienes la antena dirigida al Cielo, donde sólo se capta al Señor?
18. Todo depende de la dirección en que dirijas tu antena. Si no es hacia arriba captarás la emisora negativa o no recibirás las señales claramente. No oirás más que las interferencias del Diablo. ¡Cuando se dirige la antena hacia arriba es imposible captar las demás emisoras! Recibes solamente el canal de Dios. En los alrededores la tarea es francamente pesada, al sacrificarse, trabajar, alimentar y ministrar a las multitudes. ¡Sin embargo, carecerás de la fortaleza, la visión y la inspiración necesarias para hacerlo a menos que vuelvas a entrar bajo la bóveda y levantes la mirada en el espíritu en busca de Su verdad!
19. ¡Él puede resolver todos tus problemas en un instante! ¡Con una aspiración profunda puede refrescar tu espíritu! ¡Puede aclarar todos tus pensamientos si escuchas durante unos segundos Su suave y celestial melodía! ¡Aleluya! Puede desvanecer todos tus temores y pesares si pasas un instante de reposo en esa completa paz que Él nos da cuando nuestro pensamiento persevera en Él, sólo en Él, porque en Él confiamos.
20. ¡Basta dirigirle una breve mirada a Jesús para que todo cobre sentido! Y para que Él nos ayude a hacerlo todo. ¿Merece la pena el tiempo que se pasa en el templo? ¡Entra en el templo! ¿Amén?
CM 1426:105-108, Libro del Futuro
105. (Papá:) ¡Fuerzas para el momento, gracia para el lugar y sabiduría para el milagro! No se preocupen, guarden silencio ante el Señor y Él los guardará en completa paz si su pensamiento en Él persevera, porque en Él confían. Y encomienda al Señor tu camino, y confía en Él; y Él hará. Si no te apoyas en tu propia prudencia sino que lo reconoces en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas... entonces oirás a tu lado palabra que diga: ¡éste es el camino, anda por él! (Is.26:3; Sal.37:5; Pr.3:5‚6; Is.30:21.)
106. ¡NO SE PREOCUPEN, SOLO SIGAN A DIOS Y ÉL LOS CUIDARÁ! ¿Alabado sea Dios? ¡Aleluya! Aunque te libre antes del Arrebatamiento‚ si te concede el honor y te otorga una dispensación especial de gracia para morir antes del gran final, no lo hará más que por Su amor, misericordia, bondad y cariñoso cuidado y preocupación por ti que eres Su hijo‚ en estos días venideros. Guarda simplemente silencio ante el Señor y haz el bien, y no te afanes ni inquietes por el futuro. «No os afanéis por el día de mañana, pues basta a cada día su propio mal.» (Mt.6:34.) Ni tampoco se preocupen por el pasado. «¡Olvida lo que queda atrás, prosigue a lo que está delante, al supremo llamamiento de Cristo Jesús!» (Fil. 3:13,14.)
107. ¡CUMPLE CON TU OBLIGACIÓN, OBEDECE AL SEÑOR, LLEVA A CABO SU OBRA, TESTIFICA‚ CONVIERTE ALMAS, VE POR TODO EL MUNDO Y PREDICA EL EVANGELIO A TODA CRIATURA! ¡Hazte cargo de los asuntos de Dios y Él te cuidará! ¿Amén? Esa es Su obligación‚ cuidar de ti, ¡alabado sea el Señor! ¡No apartes tu mente y corazón de Jesús y Su Palabra, confía en el Señor y Él te sacará adelante! ¿Amén? ¡GS!
108. Y PROCURA POR SUPUESTO HACER TODO LO POSIBLE POR RECIBIR UNA CORONA TACHONADA DE ESTRELLAS, ADORNADA CON LAS ESTRELLAS DE LAS ALMAS QUE CONVERTISTE PARA JESÚS, para que Él te pueda decir: «¡Bien, buen siervo y fiel‚ entra en el gozo de tu Señor! Como sobre poco has sido fiel‚ sobre mucho te he puesto.» (Mt.25:21.)
CM 1427:9,17,19,21-23, PCD 1
9. (Papá:) CUANDO ESTÁ CANSADA NECESITA DESCANSO. Cuando está cansada se tiene que retirar de la refriega y encomendarles a otros la batalla. Es preciso que sepa cuándo luchar y cuándo estar tranquila‚ cuándo dar y cuándo guardar, cuándo trabajar y cuándo jugar, cuándo dar de comer y cuándo orar.
17. ¡Ella debe aprender a amar a su Señor por encima de todo, y a reservar lo mejor para Jesús! En quietud‚ descanso, confianza y fe, en los brazos de Él‚ descansando en el Señor. ¡Descansa en el Señor! Necesita mucho descanso.
19. ¡PORQUE LA FUERZA VIENE DEL SEÑOR QUE HIZO EL CIELO Y LA TIERRA Y EL CUERPO DE ELLA‚ Y SABE LO QUE NECESITA MÁS QUE NADA! ¡Descanso, paz, comunión con Él y alimentarse de Su Palabra!
21. ¡SE ESTÁ CONSUMIENDO EN SERVICIO A LOS DEMÁS, HASTA EL PUNTO DE QUE NO LE QUEDA NADA PARA ELLA NI PARA EL REY! Tiene que aprender a reservarle a Él el primer lugar y el tiempo. Ella le pertenece a Él antes que a nadie. El primer lugar tiene que ser para Él, con paz, quietud, descanso, apacentamiento y comunión con el Señor. Porque sin el poder del Maestro no puede hacer su obra. Primero debe ser Él. Ella debe reservarle el primer lugar a Él, a Su Palabra, amor y poder, y así obtendrá fuerzas. No lo puede hacer por sí sola. Debe dejar que Él lo haga por medio de ella.
22. ¡DEBE SER EL ACEITE LO QUE ARDA Y NO LA MECHA, PORQUE SIN ACEITE LA MECHA SE DESTRUYE! ¡Ella debe dejarle arder a Él para iluminar el camino en vez de intentar arder por sí misma, porque de lo contrario no tardará en consumirse y no le quedará luz para su Maestro!
23. ¡LA MECHA DEBE ESTAR BIEN EMPAPADA EN ACEITE! La mayor parte de la mecha está sumergida en el aceite, pero sólo una puntita minúscula e insignificante está expuesta al aire‚ a la llama y a la casa, y lo que arde es más que nada el aceite, y muy poco de la mecha, casi nada, ¡pero el aceite fluye en abundancia cuando la mecha se entrega y está bien empapada de aceite! ¡Entonces, lo que arde es el aceite y no la mecha, e ilumina toda la casa con una luz clara, pura y brillante, con la belleza de la perfección de Dios y la santidad de Su luz! ¡Pues no soy yo el que arde, sino que Cristo arde en mí! ¡Y lo que ahora vivo, lo vivo por la fuerza del Señor que vive en mí! ¡Aleluya! ¡Gracias‚ Jesús!
CM 2059:49-50, BN 206
49. (Papá:) ¿CÓMO SE DESCANSA EN EL SEÑOR? (Techi: Leyendo Su Palabra.) Esa es una buena respuesta, leyendo Su Palabra. ¿Y qué más? ¿Cómo se tiene comunión con el Señor? ¿Cómo se pasa tiempo con el Señor? Hay otra cosa que llamamos entrar en el templo, y en cierta forma, ¿qué es? [...] (Fam: ¡Orar!) ¡Exacto!
50. ¿QUÉ ES LA ORACIÓN, DAVID? (David: Es hablar con el Señor.) Muy bien. ¿De qué otra forma se puede orar? (Fam: Encomendando al Señor todas nuestras cargas.) Encomendándole todas nuestras cargas, descansando, diciéndole al Señor todo lo que necesitamos, dándole a Él la carga y dejándosela. Había una canción que cantábamos que decía: «¡Déjala, déjala! ¡Lleva al Señor tu carga, déjasela a Él! ¡Si no dudas y tienes fe, la salida te hará ver! ¡Lleva al Señor tu carga, déjasela a Él!» O sea, que cuando acudimos al Señor y le pedimos que tome una carga, que se ocupe de tal o cual problema, eso se llama echar nuestras cargas sobre el Señor, dejarlas ahí y descansar en Él. La Palabra nos inspira fe y nos fortalece para confiar y tener la fe para hacerlo, y al orar, tendremos la fe para echar sobre el Señor nuestra carga para que Él nos sustente. (Sal.55:22).
CM 2624:1-7‚ PCD 10
1. (Mamá:) He comprobado que cuando procuro tomarme las cosas con calma y hacerlas despacio, no necesito descansos tan largos, porque no me exige tanto esfuerzo. ¡Es mucho menos agotador que matarse trabajando hasta que uno ya no puede más, se desploma y no tiene más remedio que tomarse un montón de tiempo para descansar‚ o unas vacaciones! Yo creo que es mucho mejor hacer siempre las cosas con un poco más de calma. Si vivimos más despacio, seguro que oraremos más por todo e indudablemente recibiremos más cosas del Señor, con lo que no tendremos tantos problemas ni dificultades.
2. Muchas veces, cuando hago una pausa para pensar, orar y reflexionar, el Señor hace que me vengan a la cabeza cosas muy importantes, o bien me recuerda asuntos importantes que había olvidado o iba a olvidar, o me da buenas ideas. Y cuando eso sucede, me doy cuenta de que si no hubiera hecho una pausa, si no me hubiera tomado ese tiempo‚ ¡habría pasado por alto todo eso!
3. Cada vez que Él me recuerda algo de esta manera, me doy cuenta de lo tremendamente importante que es interrumpir mis actividades para dedicar algunos ratos a orar y reflexionar, a no hacer otra cosa que sintonizar con el Señor, por decirlo así, meditar y dejar de pensar en todo lo que no sea lo que Él quiere, y pedirle que me recuerde lo que quiere que recuerde. Muchas veces me trae a la memoria asuntos muy importantes que no se me habrían ocurrido de no haber hecho una pausa.
4. Como ven, cada vez me doy más cuenta de que no podemos permitirnos estar tan ocupados que no nos quede tiempo de hacer esas pausas a lo largo del día para pasar un rato con el Señor. No me refiero sólo a leer la Palabra, aunque eso también es importante. Lo que digo es que necesitamos ratos en los que no hagamos otra cosa que hablar con el Señor, en que nos quitemos de la cabeza todo lo demás y le digamos: «Señor, estamos abiertos a todo lo que Tú nos quieras indicar. ¿Hay algo que nos quieras recordar‚ alguna idea, alguna persona con la que quieres que hablemos, a la que quieres que escribamos, o algo por el estilo?» Somos seguidores del Señor, debemos recibir Sus órdenes e instrucciones; de ahí que es importantísimo hacer esas pausas durante el día. ¿Amén?
5. Desde luego, no podemos contar con recibir muchas respuestas del Señor si no detenemos alguna vez nuestras actividades y dedicamos cierto tiempo a escuchar, como dice Papá claramente en Para, mira y escucha, que contiene enseñanzas tremendas en ese sentido (CM 74).
6. Como los líderes tenemos que tomar tantísimas decisiones‚ es imprescindible que tengamos tiempo para buscar la orientación del Señor. Sencillamente es imposible tomar decisiones prudentes e inspiradas si no pasamos tiempo con el Señor. Y cuanto más cruciales sean las decisiones, por lo general más tiempo debemos pasar con Él.
7. La reflexión y la oración llevan tiempo, rezar para saber cómo resolver los problemas, meditar sobre una situación en quietud‚ en silencio y a solas, dejando que el Señor nos hable y dirija nuestros pensamientos, para reunirnos luego con nuestros compañeros de trabajo y orar más y hablar juntos. El caso es que no puede hacerse de otra forma: hay que dedicar tiempo a ello.
CM 2848, PCD 11
1. (Papá:) Jesús dijo: «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados‚ y Yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.» (Mat. 11:28_30.) ¡Me imagino que el Señor incluyó ese pasaje sobre ser manso y humilde porque el orgullo es mortal! Los que son mansos y humildes pueden relajarse y «hallar descanso para su alma». (María: Relajarse quiere decir que uno echa su ansiedad sobre el Señor.) Sí. O sea que uno no trata de ser importante ni de ser más de lo que es, o de lo que es Jesús. Él nos ha dado ejemplo: «Sean mansos y humildes y hallarán descanso para sus almas. Porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga.»
2. Un yugo es una pieza que se les pone a los bueyes para que tiren de una carga. Los acolchan bien para que no les duela a los bueyes, para que puedan tirar fácilmente de la carga y no se les haga muy pesada. Cuando el yugo que uno lleva es demasiado pesado o no le resulta fácil, uno mismo es el que se lo está haciendo pesado, o uno mismo permite que otra persona se lo haga duro y pesado.
3. ¿Te das cuenta?, el yugo representa el medio que empleas para tirar del cargamento, para hacer tu trabajo, y la carga es el peso que uno lleva: su trabajo. El yugo debe ser ligero y fácil. En el momento en que uno se pone a trabajar demasiado o a preocuparse demasiado, se está descarriando, porque «Su yugo es fácil, y ligera Su carga». Cuando no es fácil ni ligera, es que algo no está como debiera. Tenemos que ser mansos y humildes, y así es mucho más fácil. No es necesario regirse por las exigencias de nadie sino actuar como el Señor quiere que actuemos, es decir con sencillez, mansedumbre, humildad y serenidad.
4. Él dice: «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados —se refiere a cuando uno ha estado trabajando demasiado duro, cuando arrastra con una carga muy pesada— y Yo os haré descansar, porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga». Sólo tienes que ser mansa y humilde como Jesús‚ y así el yugo que llevas será fácil y la carga que arrastras, ligera. Así hallarás descanso para tu alma. ¡Gracias, Señor!
5. No hace falta un gran esfuerzo. Basta con que te enganches‚ te pongas los arreos y‚ recordando que no debes hacer más de lo que eres capaz ni ser quien no eres, te pongas a andar y empieces a jalar... sin jalar con demasiada fuerza ni sobrecargarte. ¡Así hallarás descanso para tu alma!
6. Si hoy te das cuenta de que no eres capaz de tirar de la carga, es porque pretendes acarrear demasiado. De igual modo‚ si descubres que te duele, es porque el yugo está demasiado apretado. En ese caso será mejor que pidas socorro, que pidas ayuda. Si el yugo te lastima, es porque intentas jalar de una carga demasiado pesada. Así pues, todos los que estáis demasiado trabajados, los que hacen demasiados esfuerzos y los que llevan demasiada carga, ¡relájense, sean mansos y humildes! Dejen de tirar de tanto peso, que así el yugo no les dolerá, porque ligera es Su carga. Sean mansos y humildes‚ no traten de ser más de lo que deben ser, y Él los hará descansar.
7. A veces permitimos que otras personas nos recarguen demasiado y nos hagan demasiado difícil el yugo al tratar de llevar gran parte de la carga de ellas, al tratar de ayudarlas demasiado. Pero si esas personas no quieren hacer nada por sí mismas o no jalan siquiera la carga que les corresponde‚ uno no puede hacerlo por ellas. Hay que dejarlas que hagan lo que quieran y que aprendan por la vía difícil, a fuerza de amargas experiencias, como el hijo pródigo.
8. Yo he descubierto que es más fácil ser sencillo. A los teólogos y a los profesores modernos les encanta complicar las cosas, les fascina que todo sea confuso. Yo tengo que reducirlo todo a los principios más esenciales y simplificar el problema lo más posible. Así resulta mucho más fácil encontrar la solución. «Si no os volvéis y os hacéis como niños», no entraréis en la sabiduría de los Cielos (Mat.18:3).
9. ¡Deja de hacerte la vida tan difícil! ¡Tómatelo con calma! Descansa tranquilamente en el Señor. Él es manso y humilde como un chiquillo, y así quiere que seas tú. Los pequeñines no se meten en grandes complicaciones y asuntos peliagudos. Como interpretan todo a su nivel, para ellos todo es muy simple y fácil. No se esfuerzan demasiado.
10. Todo se reduce a la misma solución sencilla: ¡Tómatelo con calma! No trabajes demasiado. No trates de hacer más de lo que puedes. No trates de ser más de lo que eres. Conserva la humildad y la sencillez, que así hallarás descanso para tu alma. ¡No apartes la vista del Señor —la Luz—, que ligera es Su carga! «Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará» y «sobrellevad los unos las cargas de los otros». No fuercen a los demás a trabajar demasiado, a hacer más de la cuenta ni a acarrear una carga excesivamente grande (Sal.55:22; Gál.6:2).
11. Haz lo que puedas y luego para, tómalo con calma, relájate y acude al Señor, que Él es manso y humilde y te hará descansar.
12. El Señor sí que supo expresar las cosas con sencillez. Verás que casi todo lo que dijo fue de lo más simple. Aun cuando abordaba las complicadas preguntas que le planteaban Sus críticos, les daba respuestas muy sencillas. Éstas a veces eran tan simples que‚ por ser ellos teólogos tan eminentes, no las entendían. Y a nosotros no siempre nos entienden, por el mismo motivo: porque somos demasiado superficiales para ellos. A ellos les gusta fondear y enrollarse allí. Si no se meten en las profundidades, no están contentos.
13. ¡Yo, en cambio, medio que chapoteo en aguas poco profundas! Es mucho más fácil y lo veo todo mucho mejor. Alcanzo a ver el fondo. En esas escasas profundidades donde no hay dificultades encuentro cantidad de cosas muy interesantes. ¡Jueguen en la orillita! Diviértanse, como los niños con el agua por los tobillos, emocionándose con cada pequeño descubrimiento que hacen en la superficie misma. ¡Jueguen! ¡Diviértanse! ¡No se compliquen! ¡No traten de profundizar demasiado, no sea que se ahoguen! ¿Vives tú así?
CM 2906:24-27, BN 576
¡Salmo 4! ¡Reposo en el Señor!
24. (Fam.: Versículos 1_2: «Respóndeme cuando clamo‚ oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, Tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración. Hijos de los hombres‚ ¿hasta cuándo volveréis Mi honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah.») Selah quiere decir reflexiona, porque es algo muy serio. ¡Hay que ver!, menuda descripción de nuestros enemigos, ¿no? (Fam.: ¡Sí!)
25. (Fam.: V.3: «Sabed, pues, que el Señor ha escogido al piadoso para Sí; el Señor oirá cuando yo a Él clamare.») ¡Desde luego estamos clamando, y Él está oyendo! (Fam.: v.4: «Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah.») Hay momentos en que debemos callar y simplemente confiar en el Señor. ¿Amén?
26. (Fam.: Versículos 5_6: «Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el Señor. Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien?») Eso dicen de nosotros, ¿verdad? (Fam.: «Alza sobre nosotros, oh Señor‚ la luz de Tu rostro. Tú diste alegría a mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.») Amén. A veces los bendice a ellos en el aspecto material, o deja que parezcan prósperos‚ pero da más alegría a nuestro corazón.
27. (Fam.: V.8: «En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo Tú, Señor, me haces vivir confiado.») Eso es muy consolador. Reposar tranquilamente en el Señor. Me recuerda una anécdota del obispo Asbury, un dirigente metodista de EE.UU. del siglo XVIII. Una vez estaba muy preocupado por sus cosas y se había pasado media noche en vela, ¡hasta que al final el Señor le dijo que se diera la vuelta y se durmiera, que Él se preocuparía la otra mitad de la noche!
CM 2939:1-7,34, PCD 12
¡Tómenselo con calma y no se dejen sobrecargar!
1. (María:) He leído que varios integrantes de la Familia —y no sólo líderes— han estado a punto de sufrir crisis nerviosas de lo presionados que estaban y por tener demasiado trabajo. Es una pena pensar en lo que puede ocurrir cuando uno llega a vivir con tanta presión que sufre un colapso nervioso. Pero a eso suele conducir el verse sometido durante un período prolongado a intensas presiones, a menos que uno descanse en el Señor y se lo tome con tranquilidad.
2. Tienen que moderar su ritmo de trabajo‚ confiar en el Señor y tomar la resolución de que pueden hacer tanto y no más; y si no consiguen cumplir un trabajo, ¡no importa! El Señor no les dará más de lo que pueden sobrellevar, así que tiene que haber otra solución. Y si no la hay, ¡simplemente despreocúpense y déjenlo sin hacer! El Señor se hará cargo de ello aunque nosotros no podamos. Es la obra del Señor, ¡así que es innecesario que tratemos de llevar nosotros toda la carga!
3. Conviene que todos tengamos presente que si andamos tan abrumados y presionados que nos enfermamos, o terminamos exhaustos, o sufrimos una depresión nerviosa, ¡quedaremos completamente fuera de combate y no podremos hacer nada! Entonces, ¿no les parece mejor aminorar un poco la marcha? Aunque no logren hacerlo todo‚ podrán realizar bastante, sin arruinar su salud y sin perder el buen humor.
4. Es preferible que adopten un ritmo más lento, que vean cuáles son sus limitaciones, que hagan tanto y no más, de acuerdo con su capacidad‚ y dejen lo otro para más tarde. Porque si tratan de hacer demasiado, ¡todo su trabajo se verá perjudicado! Aunque no sufran una crisis nerviosa ni una enfermedad, estarán irritables y malhumorados, les faltará tiempo para leer la Palabra, y lo pagarán de una manera o de otra. También los demás lo pagarán, ¡y la obra del Señor sufrirá!
5. De una u otra forma, tendrán que aminorar la marcha. O bien a consecuencia de una sabia elección suya, o bien porque no tendrán más remedio, cuando caigan enfermos física, mental o espiritualmente. Entonces, ¿por qué no echar el freno y tomárselo todo con un poco más de calma antes de terminar en tan mal estado? ¿Qué les parece hacerlo porque saben que es necesario en vez de esperar a que no tengan otro remedio?
6. Algunos de ustedes tienen un magnífico sentido de la responsabilidad, pero en ocasiones es casi excesivo. No deberían sentirse tan responsables ni mucho menos. ¡Nadie soporta constantemente tanta tensión! Todos tenemos trabajos demasiado pesados para cualquiera, así que tenemos que ponerlos en manos del Señor, y dejar que Él se encargue de ellos. «Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará. Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, ¡porque Él tiene cuidado de vosotros!» (Sal.55:22; 1Pe.5:7)
7. El Señor conoce nuestras limitaciones. Pero desea que nosotros también caigamos en la cuenta de ellas. No sólo quiere que nosotros nos percatemos de ellas‚ sino también que se las hagamos saber a los demás, para que Él se lleve el mérito de todo lo que se logre. ¡Alabado sea el Señor!
34. Papá nos ha enseñado que el obrero importa más que la obra. Pues bien, ¡un aspecto de ello es el cuidado y trato que se dan a sí mismos! (V. 1Cor.6:19.) Tenemos el deber ante el Señor de establecer un ritmo de vida mesurado, de no bregar con nuestras propias fuerzas y de obtener la medida necesaria de descanso, lectura de la Palabra y tiempo de comunión con el Señor. ¡Reposen en Él! Cuídense y cuiden a los demás. ¡Todos ustedes pertenecen a Él!
CM 2987:3-12,54-62,82-84, PCD 12
¡Jesús tiene todas las respuestas!
3. (Jesús:) ¡Preguntas, preguntas! Tantas preguntas. ¿Cómo llevaremos la carga? ¿Quién realizará el trabajo? ¿De dónde sacaremos las fuerzas?
4. ¡Respuestas, respuestas! Sí, Yo tengo las respuestas, pues las respuestas vienen de Mí. Buscadme e inquirid de Mí, porque conozco maneras de indicároslo que vosotros desconocéis. Mis caminos son más altos que vuestros caminos y Mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Mis medios de lograr las cosas son muy diferentes de los vuestros.
5. Mi amada, no temas. No temas lo que te espera, porque Yo soy el que consuela, Yo soy el que ama, Yo soy el que fortalece, y tengo fuerzas para ti.
6. Es el momento de apoyarte en Mí con todo tu peso y pasar tiempo conmigo, confiando y sabiendo que cuando tú hagas eso, Yo haré lo demás.
7. Mira hacia arriba, porque así encontrarás las respuestas y soluciones que necesitas. Así será como hallarás las fuerzas que te hacen falta. Pasa tiempo conmigo. Dedica tiempo a escuchar Mi voz, a presentarme esas preguntas y escuchar Mi voz, con fe en que hablaré, y te orientaré, y dirigiré.
8. Decís: «¿Cómo puedo hacer esto? ¿Cómo puede ser esto?» Os digo que os he dado la fuerza de la debilidad‚ la fuerza y el poder de Mi Palabra, y la fuerza y el poder de Mi voz. Si pasáis tiempo, me buscáis con diligencia y oís Mi voz, os daré las respuestas y soluciones que tan urgentemente necesitáis.
9. Si hacéis pausas para pasar tiempo conmigo, Yo llevaré la carga. Son estas las cosas que os he estado enseñando. Debéis pasar tiempo conmigo para hallar nuevas fuerzas para llevar a cabo estas labores. Esas nuevas fuerzas las hallaréis en Mí, en Mis Palabras y en Mi voz.
10. Si miráis el trabajo que tenéis delante con ojos humanos y pensáis en todo lo que hay que hacer os parecerá abrumador. En cambio‚ si lo veis con las fuerzas de Dios, con las fuerzas de Mi voz y las fuerzas de Mi guía y Mi poder‚ no es un peso demasiado grande, pues Yo soy Dios‚ y no hay nada difícil para Mí. Para los hombres es imposible, mas nada hay imposible para Dios. Al que cree, todo le es posible. Traedme vuestras peticiones. Luego apartaos y ved cómo llevo a cabo lo que voy a hacer.
11. Yo no deseo que estéis cargados, abrumados y aplastados por el peso. Os he colocado en esa posición a fin de que sepáis que para vosotros es imposible, y me busquéis, con lo que os enseñaré que vuestra verdadera fuerza reside en Mí.
12. Así pues, presentaos ante el trono de Mi gracia y dejad que lleve Yo la carga. Os haré ver el auténtico poder, la auténtica fortaleza: el poder de la oración y la fortaleza de escuchar. Aunque en estos momentos paséis por lo que parece ser una prueba muy dura y difícil, os estoy llamando para que os acerquéis a Mí, para haceros ver que tengo cuanto necesitáis y que, si me buscáis, os lo daré de gracia. (Fin del mensaje.)
¡La lucha del hombre a través de los tiempos!
54. (Jesús:) A lo largo de todas las generaciones los hombres se han debatido entre apoyarse en el brazo de la carne y apoyarse en el poder de Dios. Desde el principio hasta ahora, todos Mis hijos han batallado para decidir entre servirme apoyándose en sus propias fuerzas y realizar su servicio apoyándose en Mí. Es una lucha para ellos. Piensan que deben hacer esto y lo otro‚ y no han llegado a comprender plenamente que deseo que lleven a cabo su servicio con Mi poder‚ Mi fortaleza y Mi fuerza.
55. Siempre hay mucho que hacer en Mi servicio, porque la mies es mucha y los obreros pocos; y Mi Espíritu los impulsa a hacer todo lo que es necesario. Pero creen que deben hacerlo con su propio poder‚ por sus propias fuerzas; no me han buscado a Mí y Mi poder‚ no han confiado en Mí y en Mi poder. No han llegado a comprender del todo lo que puede hacer Mi poder mediante la eficacia de la oración, mediante la eficacia de Mi Palabra, mediante la eficacia de Mi guía.
56. Los pocos que lo comprendieron y que se apoyaron en Mi poder por medio de la oración, que me buscaron en todo, han logrado más que ningún otro hombre, porque operaron con el poder de Mi Espíritu. El poder y fortaleza de Dios son enormes. Sin embargo, Mis hijos no lo aprovechan tanto como podrían. Esta ha sido la batalla en todas las épocas.
57. Deseo que Mis hijos no estén tan cansados, cargados y agobiados. Cuando ellos encuentren alguna dificultad con sus hijos, deben orar y buscarme. Cuando encuentren alguna dificultad en su Hogar, deben orar y buscarme. Cuando encuentren alguna dificultad en su testificación, deben orar y buscarme. Cuando encuentren alguna dificultad económica, deben orar y buscarme. Y cuando encuentren alguna dificultad con los que viven con ellos en su Hogar‚ deben orar y buscarme, porque Yo tengo soluciones. Yo tengo fuerzas. Yo tengo poder. Lo tenéis a vuestra disposición.
58. Trabajáis tanto, os esforzáis penosamente hasta cansaros, a pesar de que Mi yugo es fácil y ligera Mi carga. Estas cargas no eran para que vosotros os las echaseis a cuestas; son para Mí. Sois Mis hijos. ¿Acaso no se encarga el padre de la casa de llevar las grandes cargas del hogar y los pesos de la familia? ¿No provee él para las necesidades de su casa? ¿No se encarga de la protección de la familia? ¿No es él quien decide los asuntos de peso? No pide a los niños que decidan esas cosas, que defiendan la casa o que provean para la familia, porque los ama y desea proveer para ellos, protegerlos y guardarlos. Desea responder sus preguntas y ayudarlos a crecer, enseñarles. Así soy también Yo.
59. Dejadme ser vuestro Padre. Dejadme llevar la carga. Traédmela a Mí. Pedidme‚ buscadme, y prometo indicaros y daros las respuestas y soluciones que buscáis para que halléis verdadero reposo en Mí.
60. Así pues‚ dejadme obrar a Mí, buscadme, oíd Mi voz y haced lo que Yo os indique, para que veáis que estas cosas se llevan a cabo por Mi Espíritu. Así recibiré la alabanza‚ la honra y la gloria que merezco.
61. Ciertamente es humillante presentaros ante Mí y reconocer que necesitáis esas respuestas y soluciones. Será humillante también para vosotros constatar el poder que tengo Yo en comparación con vosotros. Pero la humildad produce gran paz, la humildad produce un gran reposo. Venid, pues, a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. Os daré el descanso que entraña Mis respuestas, el descanso que entraña Mi fortaleza, el descanso que entraña Mi poder, siempre y cuando me busquéis, siempre y cuando escuchéis Mi voz, siempre y cuando actuéis según Mi plan.
62. Descansad en Mí y libraos de las pesadas cargas. Aunque los interrogantes no cesen, las respuestas pueden llegar y fluir en gran abundancia con tal de que acudáis a la fuente, a Mi Espíritu. En Mí hay gran poder, en Mí hay todo lo que necesitáis, porque Yo soy todo en todos y estoy a vuestra disposición. (Fin del mensaje.)
¡Palabras de ánimo de Papá!
82. (Papá:) Yo sé que para ti es una lucha. Pero el conflicto se acaba cuando te descargas de todo y dices: De acuerdo. Cuando de verdad te descargas de lo que llevas y lo posas en el suelo. Sé que lo puedes hacer.
83. Y a todos ustedes les digo: Dejen que los ayudemos. Estamos todos aquí. Tienen en derredor una gran nube de hombres y mujeres. A ustedes les resultaría increíble saber a cuántos tienen y el poder y las fuerzas que eso supone, la sabiduría y la orientación que pueden impartir. Pero tienen que aprovecharla, hermanos. Tienen que parar, tienen que mirar‚ tienen que escuchar.
84. Pero esas respuestas no las recibirán en medio de la confusión sino cuando se retiren y pasen tiempo en comunión unos con otros y amando al Señor, cantándole, alabándole y buscándolo. Familia, ese es el secreto de la fortaleza. Ese es el secreto del poder. No lo olviden‚ pues no lo van a conseguir de ninguna otra forma. (Fin del mensaje.)
El temor del Señor es seguridad inexpugnable; Sus hijos tendrán en él refugio. Ese refugio lo he prometido a todos Mis hijos. Sin embargo, pocos se aventuran a entrar en él. Te digo‚ Mi amor‚ que te apartes y entres a Mi refugio‚ debajo de Mis alas. Así sentirás Mi amor, Mi paz que sobrepasa todo entendimiento tuyo.
Cuando a tu alrededor se desaten tempestades, y los vientos de la tribulación, de la adversidad y de las dificultades te zarandeen y te arrastren de un lado a otro, te diré: Ven un rato a Mis aposentos, y permanece ahí hasta que hayan pasado esas calamidades. Acércate al calor de Mis brazos. Reposa la cabeza en Mi hombro; ya verás que cuidaré bien de ti. Te acariciaré la frente y haré que se disipen las montañas de dificultades.
El refugio que te he prometido no es otro que el alivio que brinda Mi amor, el consuelo de Mis brazos, la paz que fluye de Mi corazón hacia el tuyo‚ que te colma y te envuelve, que transporta tu espíritu a otro plano, a la esfera celestial donde lo verás todo con otros ojos. Ahí tendrás pensamientos y sensaciones nuevos que te transmitiré.
En esos momentos de quietud, cuando disfrutamos de íntima comunión, puedo hacer que veas las cosas de otro modo. Puedo infundirte nuevas ideas, nuevos pensamientos. Puedo sembrar diminutas semillas en tu corazón y en tus pensamientos, semillas que con el paso del tiempo y gracias al concienzudo riego de Mi Palabra crecerán y llegarán a ser árboles robustos que darán harto fruto y beneficiarán a muchos. Ello será fuente de consuelo y de aliento. Esas semillas renovarán a muchos. Si entras al aposento de Mi refugio‚ verás todo lo que puedo hacer por ti.
Comprendo que tal vez hasta te parezca egoísta hacerlo‚ y pienses: «¿Cómo voy a preocuparme por mí, cuando hay tantos que necesitan atención?» Es que ves la situación desde una perspectiva humana, no como la veo Yo. El pastor debe primero fortalecerse a sí mismo para luego fortalecer a su rebaño. En los momentos de comunión conmigo, te restableceré las fuerzas. Cuando salgas a la batalla advertirás que ya he obrado antes de tu llegada, que Mis ángeles y Mis ejércitos te prepararon el camino. Entonces no tendrás más que andar por esa senda y recoger lo que he preparado para ti. Todo se realizará con facilidad, comodidad y tranquilidad, sin esfuerzo ni trabajo.
Ven a Mí, amor mío, pues estás sobrecargado; que Yo te haré descansar. Yo te concederé la victoria. Yo te daré fortaleza, amor y reposo en tu lucha y tu cansancio. Ven al templo, ponte bajo la cúpula y date un festín con Mis Palabras. Entrégame tu corazón y descansa en Mi bondad. Deseo concederte descanso.
Reposa en Mi Palabra y acuéstate un tiempo a Mi lado‚ en el lecho de amor, en Mi aposento secreto. Pues es ésta una de las nuevas armas de que he dotado a Mis hijos en estos Días Postreros para combatir los ataques del Enemigo y para que hallen una abundante provisión de fortaleza, poder y amor.
¡Ven, por tanto, a Mí, amor Mío! Ven a Mis brazos y descansa unos momentos. ¡Recibe Mis Palabras y ámame íntimamente, que Yo te levantaré desde las profundidades hasta lo más sublime de Mi amor y las gloriosas maravillas del Espíritu! Yo te devolveré la motivación y renovaré tu entendimiento. Te daré todo lo que necesitas para salir adelante: fe, perseverancia y dedicación. Haré que disfrutes de tus labores y tu ministerio.
Has sido un hijo fiel, un soldado fiel, un siervo diligente en quien me he complacido. Ven, amor mío. ¡Te amo! Anhelo sentirte junto a Mi regazo, consolar tu corazón, enjugar tus lágrimas y concederte lo que desea tu corazón. ¡Ven a Mí!
La enseñanza para ti ha sido que debes depender de Mis fuerzas. Tales fuerzas no provienen del lecho de postración ni de tu propio espíritu. No provienen de vivir según la carne ni de razonar con la mente. La fuerza auténtica no procede sino de Mí. Sólo viene como consecuencia de reposar en Mis brazos. Nace del lecho de amor. Se obtiene descansando en Mis brazos, pues Yo soy fuerza. Por Mí los reyes gobiernan. El mundo existe merced a Mi fuerza. Yo soy fuerza, y Mi deseo es vivir por medio de ti.
Pero sólo puedo vivir y realizar muchos grandes milagros por medio de ti si me lo permites, si reposas en Mí, sacas fuerzas de Mí, te relajas‚ te renuevas cada mañana y me preguntas qué quiero hacer, qué tengo planeado en ese día y cuál es Mi voluntad. Sólo puedo vivir en ti si me lo permites. En un día dado, sólo puedo obrar muchos grandes milagros a través de ti si me dejas obrar por medio de ti.
Para ello‚ debes pasar cada mañana un rato conmigo en el lecho de amor, diciéndome: «Este día es Tuyo, Señor. Haz con él lo que quieras.» Así obtendrás fuerzas para la batalla.
Amada Mía‚ amor Mío, Mi tesoro, Mi joven desposada: ven a Mí y descansa de tu ardua labor, de tus preocupaciones, de tus tareas, de los quehaceres de la casa y de todo lo que haces para Mí. Déjalos a un lado y acércate. Aprende de Mí, que soy manso y humilde, y hallarás descanso.
Has servido a los demás abnegadamente. Has dado mucho; tanto que te has debilitado y has quedado sin energías para llevar las cargas, sin las fuerzas para seguir adelante y continuar ayudando a otros a vivir a la altura de Mi Palabra.
Ven a absorber Mi simiente. Dedica tiempo a recibir Mis besos. Aprende de Mí. Aprenderás al hacer el amor conmigo leyendo acerca de Mí, estudiando, amándome y asimilando Mi simiente. Luego de que hayas descansado por un tiempo leyendo y fraternizando conmigo, hayas recuperado las fuerzas‚ tomándote una luna de miel conmigo en el lecho de amor, serás una esposa diferente, una desposada más juiciosa, una esposa que ha aprendido que debe dedicarme tiempo todos los días para estar fuerte.
Tienes razón: la tarea es excesivamente difícil. Es demasiado grande. Supera con mucho lo que pueden hacer las frágiles manos humanas. Sin embargo, para Mí no es excesiva; basta con que eches tu ansiedad sobre Mí. Ese es el secreto. Esa es la solución para realizar las tareas que se te han encomendado. Ese es el remedio.
Contempla Mi rostro. Échate en Mis brazos eternos. Deposita sobre Mí tus cargas; ponlas en el altar; déjalas ahí que Yo te sustentaré. No las vuelvas a recoger para llevártelas contigo; déjalas más bien a Mi cuidado.
Al remontarte hasta Mí en las alas de la oración, al retirarte a descansar y reabastecerte, te daré día a día, paso a paso, momento a momento las soluciones que disiparán montañas. Para ello es preciso que descanses, que sigas descansando y que te apoyes por entero en Mí. (CM 3073)
El secreto de la vitalidad, de la chispa‚ del resplandor de tu rostro, del destello que hay en tus ojos, del amor, la compasión y la ternura que otros necesitan con tanta urgencia, consiste en renovarte y recargarte conmigo. Sólo así tendrás algo que comunicar a los demás. Esa es la clave. Esa tierna comunión, esa íntima relación amorosa conmigo, te capacitará para dar, para derramar y atender a la necesidad.
El secreto consiste en yacer plácidamente conmigo cada mañana y cada noche. Si te recargas y vuelves a llenar tu copa, podrás rebosar sobre los demás. En eso radica el secreto, y tal es la promesa que te hago. Cumpliré lo que prometo. He aquí que no soy un incrédulo que no vele por los suyos. Soy un Padre fiel. Velo por Mis hijos y por aquellos que he puesto a tu cuidado. Velaré por ellos velando por ti, Mi fiel esposa y madre, a la que he escogido y nombrado para que críe, enseñe e instruya a estos elegidos Míos. Así velo y así proveo.
Ahora te pido que acudas a Mí. Mira que soy un inversionista sagaz‚ y sé que si hago el amor contigo‚ vida Mía, Mi amor se multiplicará en gran manera.
Si durante el día ves que necesitas ayuda, no vaciles en invocarme. Nunca estoy muy atareado para prestarte atención. En ningún momento tengo asuntos más importantes que atender. Estimo mucho tu seguridad y bienestar‚ así como el cuidado de estos amados Míos.
Ven‚ pues, querida Mía, y hallarás descanso reposando y recuperándote cada mañana y cada noche en nuestros aposentos secretos. Esa es la clave.
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del Cielo tiene su hora. Hay tiempo de trabajar‚ y tiempo de descansar; tiempo de buscar, y tiempo de encontrar; tiempo de rogar, y tiempo de jugar. No todo es trabajo ni todo descanso. No todo es oración, ni tampoco todo es juego. Quiero que Mis hijos descansen cuando es tiempo de descansar y recuperarse.
Sin embargo, les resulta muy fácil decir: «No, no es posible, porque la carga es excesiva. Hay tanto que hacer, tantas cosas que se nos han acumulado.» Pero os digo que si descansáis —digo descansar en la carne y en espíritu— os daré el renovado vigor que necesitáis para realizar lo que tenéis que hacer. No es posible trabajar y trabajar sin parar nunca. Tenéis que hacer un alto para descansar.
Cuando os indico que descanséis, descansad. No os preocupéis por lo que os espera ni por lo que estáis dejando sin hacer, pues en vuestro descanso os puedo indicar cómo debéis llevar a cabo lo que es necesario realizar. Os puedo hablar y me oiréis claramente. No tendréis la cabeza llena de todo lo que hay que hacer, de las preocupaciones, afanes y asuntos de esta vida.
Cuando os tomáis un tiempo para apartaros de vuestro trabajo y descansáis en el plano físico y en el espiritual, se os aclaran las ideas, así como el corazón y el espíritu. Se os aclarará el pensamiento, se renovará vuestro espíritu, se refrescará vuestra carne y veréis las cosas desde otra perspectiva. Veréis vuestro trabajo con otros ojos y os daréis cuenta de que lo que considerabais una pesada carga ya no os pesa tanto, porque habréis renovado vuestras fuerzas.
No basta con descansar sólo en espíritu; también debéis dar reposo a vuestra carne. Vuestra carne es morada de vuestro espíritu, y cuando estáis físicamente agotados y débiles y vivís en continua tensión, con estrés, vuestro espíritu no puede hacer todo lo que le corresponde. Una y otro forman una unidad indivisible, y los dos necesitan descanso. La carne tiene necesidad de reposo a modo de sueño y de distracción, de esparcimiento. El espíritu tiene necesidad de reposar con la oración y llenándose de Mi Palabra. Si hacéis estas dos cosas, encontraréis todo el descanso que os hace falta para que estéis fuertes y Yo os renueve. (CM 3085)
Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. Os llamo para que vengáis desde los alrededores y entréis en Mi aposento. Allí podréis recostar suavemente la cabeza en Mi seno y Yo podré envolveros en Mis brazos, acariciaros y hablaros al oído. Tomando ese tiempo de descanso y de reposo halláis calma y cobráis fuerzas. Asimismo, se renueva vuestra fe y se eleva vuestro espíritu. Tened presente que el tiempo que pasáis conmigo en Mi aposento íntimo es tiempo que pasáis en Mi templo, es tiempo que pasáis deleitándoos con Mi amor y es tiempo que pasáis llenándoos de Mis fuerzas. Os renovaréis y cobraréis nuevo vigor para las batallas que habréis de afrontar. Así‚ cuando hagáis frente a esos conflictos tendréis renovadas fuerzas y renovado vigor‚ por cuanto habréis dedicado tiempo a sosegaros en Mis brazos.
No me desatendáis ni temáis dedicar el tiempo que sea preciso. Si buscáis primeramente el Reino de Dios —reposar en los brazos de vuestro verdadero Amante— todas esas otras cosas os serán añadidas, todas las fuerzas, la sabiduría y la fe que necesitáis. Dedicadme tiempo y Yo os responderé, os guiaré, os hablaré y os daré unas fuerzas que desconocéis para que podáis cumplir Mi voluntad casi sin esfuerzo. Así pelearéis con Mis fuerzas, con Mi poder y con Mi ungimiento.
Por tanto, no me desatendáis. ¿Entendéis? No me dejéis a un lado. Os aseguro que obtendréis lo que necesitáis cuando paséis tiempo conmigo, tiempo amándome. No os fijéis en lo que no se está realizando; fijaos más bien en lo que sí se está realizando: que estáis creando una reserva, un acopio de fuerzas, de sabiduría y de amor. Os daré a manos llenas todo lo que necesitéis para cumplir con vuestros deberes. (CM 3024)
¿Hallas consuelo y descanso en Mis brazos? ¿Te das cuenta del reposo que encuentras cuando te estrecho en Mis brazos y recuestas la cabeza en Mi pecho luego de hacer dulcemente el amor? ¿Te das cuenta de la tranquilidad y la paz que te invaden y de cómo te llena Mi amor y satisface tu espíritu? Así, con estas fuerzas, esta paz y esta serenidad puedes realizar tus deberes de todos los días.
Fuera de la alcoba hay mucho ruido; impera la confusión. Se dejan oír muchas voces y hay muchas tareas que hacer. Mas si dedicas tiempo a llenarte de amor y de paz antes de empezar el día, llevarás contigo esa paz y ese amor y serás una burbuja de paz y amor en el mar de confusión de este mundo.
Te verán y acudirán a ti diciendo: «Contigo encontramos paz y serenidad. En espíritu podemos percibir tu paz y tu amor. Queremos saber cómo podemos lograr esa paz en medio de nuestra tormenta y de nuestra confusión.» Entonces podrás hablarles de Mí, del Amante que te comunica esta paz y este amor. Podrás asimismo explicarles que Yo también se los transmitiré a ellos una vez que me conozcan y que me amen. (CM 3024)
No podréis obtener todo el poder, todo el amor y toda la sabiduría que precisáis a no ser que dediquéis tiempo en quietud a buscarme y alabarme. Yo sé que hay muchísimas cosas que hacer —siempre hay cosas pendientes—‚ y sentís la tentación de apresuraros, de apretar el paso y de alcanzar logros. Mas os digo que en quietud y confianza será vuestra fortaleza. Os reitero que en esa quietud oiréis el silbo apacible de Dios que os dice: «Este es el camino, andad por él».
¡Cuánto poder, cuánta fortaleza, cuánta sabiduría y cuánto amor pueden hallarse en esa quietud, en esa calma! Si pudierais ver las joyas que tengo y las fuerzas con que os puedo investir; si pudierais percibir de forma tangible, ahí mismo, las respuestas que tengo para vosotros, los ángeles que mando llamar para que os ayuden y los sabios a los que instruyo para que os guíen‚ ¡tendríais mayor entendimiento y no dejaríais de parar, mirar, y escuchar!
Mas como no veis estas cosas, únicamente os percatáis de que hay mucho que hacer y os invade la sensación de que debéis trabajar y debéis esforzaros. Yo digo‚ sin embargo, que os esforcéis por entrar en Mi reposo. Conforme trabajáis y os esforzáis en esto, Yo enviaré a los que trabajarán por vosotros‚ a los que os ayudarán y os guiarán.
No olvidéis que en esos momentos es cuando Yo instruyo a los que poseen la sabiduría para guiaros; que en esos momentos de quietud es cuando ellos pueden comunicaros esta sabiduría. No dejéis, pues, de venir a Mí en quietud, ya que así recibiréis todo lo que os tengo reservado. ¡Mirad cuánto puedo facilitar vuestro trabajo, vuestra vida y vuestro ministerio! Os puedo dar esa vida que necesitáis y deseáis, y puedo transmitiros la sabiduría que buscáis y las fuerzas que os hacen falta. ¡Puedo infundiros el poder y la energía del Espíritu de Dios! (CM 3024)
No te dejes influir por los razonamientos carnales; ¿no son acaso Mis caminos lo contrario de los del hombre? Cuando veas una necesidad y te parezca que tienes que seguir adelante, que no puedes detenerte, para. Aunque Mi obra requiere determinación, esfuerzo y progresos, no deben provenir de ti mismo; debo ser Yo el que obre en ti.
Te he creado para seas una lámpara hermosa y ornamental, llena del aceite fragante y oloroso de Mi Espíritu. Por tanto, mantén tu lámpara bien atendida y permite que la llene y que renueve el aceite, a fin de que tu mecha arda sin trabas, sin esfuerzo y sin humear, y de que Mi aceite fragante perfume el aire y la casa se impregne de su dulce aroma.
Solo con dicho descanso y renovación puede mantenerse el aceite fresco y puro, sin adulterarse con impurezas externas. No deseo que dejes que tu lámpara se llene de aceite de menor calidad, ni que se mezcle con las impurezas de la presión‚ la preocupación y las cargas pesadas. Si permites que en tu lámpara arda un aceite impuro, el aire se llenará de malos olores y de humo negro.
Por tanto, ven y reposa, y vuélvete a llenar de Mi aceite puro‚ aromatizado con las flores y las especias más exóticas y limpias. Para rendir al máximo es preciso reposar‚ y lo máximo que puedes hacer es reposar. Apóyate por entero en Mí. Pruébame. Quiero que me pruebes. Necesito que me pruebes, para que Mi poder repose sobre ti. Pruébame tomándote un descanso, apartándote y entrando en Mi aposento. Pruébame confiando en que, si te detienes a tomar un tiempo conmigo, me haré cargo de todos los problemas.
Has hecho bien en aceptar amarme, ello me agrada mucho. ¡Cuánto anhelo seguir haciéndote el amor dulcemente en el lecho de pasión, con fuego y ardor, amándonos sin cesar! En el fuego y la pasión de nuestra relación íntima hallarás fuerzas y poder para seguir adelante.
El Trapeador
Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. (Mt.11:28)
1. El secreto de esa calma, paz, tranquilidad, paciencia y amor está en descansar en el Señor.
4. No puedes alimentar a otros si tú mismo estás vacío, si tienes la alacena vacía, si tienes el corazón vacío y agobiado y tu cuerpo está agotado, y para ti mismo te falta.
6. Las personas se parecen mucho a las baterías: Necesitan descansar‚ necesitan recargarse y no aguantan que se las agote demasiado. Hay que cuidarlas.
7. El Señor dijo: «Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga», pero hay una condición: «¡Venid a Mí!»
10. ¡El descanso es esencial para un trabajo colosal!
11. La fe en Dios‚ la confianza en Dios, brinda una sensación de descanso corporal‚ paz interior, satisfacción emocional y bienestar espiritual.
12. ¡«Morir cada día» no significa matarte de preocupaciones y trabajando en exceso!
13. Si el trabajo te parece excesivo para ti, ponlo en manos de Jesús.
16. ¡Tienes que saber cuándo luchar y cuándo quedarte quieto, cuándo dar y cuándo guardar, cuándo trabajar y cuándo jugar, cuándo comer y cuándo orar!
18. Hallarás descanso para tu alma. (Mt.11:29) Pocas personas comprenden que el alma es un cuerpo con espíritu. Si no tomas descanso en el espíritu, agotarás tu cuerpo.
19. Para poder verter líquido dentro de una botella, ésta tiene que estar quieta. Tiene que estar inmóvil y tranquilita para poder llenarla.
20. Quien no haya aprendido el secreto de renovar su entendimiento, su ánimo no tardará en desmayar.
21. Nadie puede estar continuamente dando a los demás sin pasar cierto tiempo a solas con el Señor para llenarse de nuevo.
22. Sin el poder del Maestro‚ no puedes hacer Su obra. Y para obtenerlo, tienes que pasar tiempo con el Maestro.
23. Todos necesitamos estar más tiempo a solas con el Señor, descansando y llenándonos de nuevo.
24. Dedica tiempo a santificarte, a ser plenamente Suyo y estar sano de mente, cuerpo y espíritu.
25. Señor, ayúdanos a recordar que no podemos seguir adelante sin la visión celestial que Tú nos das.
26. No te preocuparías, te inquietarías ni te alterarías tanto si pasaras más tiempo con el Señor.
27. Ningún trabajo es tan importante como para no poder parar unos minutos para inspirarnos y refrescarnos con lo que baja de lo alto, renovar nuestro espíritu y descansar nuestro cuerpo, tener un pequeño banquete de amor con el Señor.
28. Si hoy te perdiste un viaje al templo del Espíritu de Dios, de veras te perdiste algo.
29. ¡Dios puede resolver todos tus problemas con una sola ojeada! Puede refrescar todo tu espíritu con una sola aspiración profunda. ¡Puede aclarar todos tus pensamientos con un solo acorde de suave música celestial!
30. Dios puede borrar todos tus temores y lágrimas con un solo momento tranquilo en la completa paz que Él da cuando tu pensamiento en Él y sólo en Él persevera, porque en Él has confiado.
32. Él dice: «No te desampararé‚ ni te dejaré.» (He.13:5) El que no siempre está donde debe estar no es Dios; somos nosotros los que no siempre lo estamos. A veces nos escapamos a algún sitio dejándolo a Él muy atrás.
33. Jesús dijo que sólo una cosa es necesaria, sentarse a Sus pies y aprender de Él, y pasarle Sus Palabras al mundo. A los que han escogido esa buena parte nunca le será quitada. Servir demasiado y no escuchar lo suficiente ha afectado a demasiados entre nosotros. Hemos tenido Martas de más y Marías de menos.
34. Debemos esperar en el Señor. El que espera en el Señor renovará sus fuerzas, en vez de agotarse.
35. Debemos guardar lo mejor para el Rey, darle el primer lugar a Él, a Su relación con nosotros y a Su amor. Debemos aprender a descansar en Sus brazos en vez de trabajar y esforzarnos tanto.
36. La fuerza viene del Señor que hizo los cielos y la tierra y tu cuerpo, y Él sabe que es lo que más necesitas por encima de todo: Descanso, paz e intimidad con Él, y que te alimentes de Su Palabra.
37. El primer lugar tiene que pertenecerle a Él, en paz y tranquilidad, en reposo, nutrimiento e intimidad con el Señor.
39. Ayúdanos, Señor, a que dejemos que Tú nos cuides bien y a cooperar al máximo contigo con el descanso apropiado‚ el ejercicio apropiado, y la dieta apropiada a fin de que físicamente estemos saludables, fuertes y en forma y hábiles para servirte. Sobre todo ayúdanos a obtener el descanso, el ejercicio y la dieta de Tu Palabra y Tu Espíritu para que espiritualmente estemos sanos, fuertes y contentos a Tu servicio.
43. Reposamos en Ti, Señor, dormimos en Ti, en la cavidad de Tus brazos, entre Tus manos, bajo Tus alas, en Tu lugar secreto. Permanecemos bajo la sombra del Omnipotente. Es como si hubiera un campo especial de energía a nuestro alrededor‚ Señor, como un aura, un tipo especial de gloria que nos protege.
44. ÉXO.33:14 Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
45. 1RE.8:56a Bendito se el Señor, que ha dado paz a su pueblo.
46. SAL.4:4 Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama‚ y callad. Selah
47. SAL.37:7 Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades.
48. SAL.55:18 Él redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, aunque contra mí haya muchos.
49. SAL.55:22 Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.
50. ECL.4:6 Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.
51. ISA.30:15 Porque así dijo el Señor Dios, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.
52. MAT.11:28-30 Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga.
53. HEB.4:3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en Mi ira, no entrarán en Mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.
54. HEB.4:9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
55. 1PE.5:7 Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
El que confía descansa de veras en el Señor
Cuando sabemos que Dios nos ama y se preocupa por nosotros y que Él nos cuidará pase lo que pase, podemos tener tranquilidad de espíritu y descansar sin problemas en el Señor, ya que sabemos que Él se hará cargo de todo. Pero si estás muy apurado‚ preocupado, confundido, impaciente y furioso, entonces es que no estás confiando. No tienes la fe que deberías tener.
¡El secreto para tener calma, tranquilidad, paz, paciencia, fe y amor, es descansar en el Señor! Es calmarse ante el Señor, alabarle y acudir a Él primero. La imagen de la confianza es un descanso, paz y tranquilidad de mente‚ corazón y espíritu totales. Aunque el cuerpo tenga que seguir trabajando, tu actitud y espíritu están calmados. Jesús dijo: «¡Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargado, y Yo os haré descansar!» (Mt.11:28)
Ayúdanos, Señor, a no vivir bajo tanta presión que posterguemos el tiempo que te dedicamos. ¡Ayúdanos a ponerte a Ti primero cada día, a asolearnos espiritualmente en Tu sol, a descansar en Tus brazos, a beber profundamente de Tu Palabra y a inhalar Tu Espíritu! ¡Aleluya!
«Se puede hallar reposo y paz, Cerca de nuestro Dios. Allí no llega la maldad, Cerca de nuestro Dios. Jesús, que redimes, Hijo de nuestro Dios, Te ruego que me guardes, Cerca de nuestro Dios.»
Momentos de meditación 24
(Abuela: ) ¡Saludos en el nombre de nuestro magnífico Salvador! ¡Que el Señor les bendiga y haga de ustedes una bendición, y les dé un magnífico día! Bienvenidos a Momentos de meditación, y que esta meditación sea una bendición para ustedes como lo fue para mí.
En Isaías 40, versículo 28‚ ese pasaje tan familiar que ha sido una bendición tan grande para muchos, dice: «¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece‚ ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
»Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
»Pero los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.» Esas palabras magníficas: «los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas».
Ese es un versículo muy querido y que me parece magnífico pues he tenido que pedir a Dios que me renueve las fuerzas muchas veces, y cuando vayan aumentando en edad‚ verán que también es válido para ustedes.
Tendré 79 años y llevo una vida muy ajetreada: ¡doy asesoramiento, tengo compromisos para dar charlas y escribo! Y también tengo trabajo en casa, por eso‚ para mí, la vida es ajetreada y muchas veces, tengo que depender del Señor para que me renueve las fuerzas, y pienso en este versículo.
Les estoy compartiendo este testimonio personal porque ha sido algo importante en mi vida y pienso que el hecho de saber que existen personas que sí dependen de que el Señor les renueve sus fuerzas, y que obtienen fuerzas del Señor, ¡puede servirles para fortalecer su fe!
¡Cuando toman la vida del Señor Jesucristo están sacando fuerzas de un hombre joven de 33 años! Muchas veces, cuando me he sentido tan debilitada que no podía seguir más, he dependido justamente de esperar al Señor para que renueve mis fuerzas.
Cuando leen esas palabras y palabras como esas, y se quedan callados en espíritu, ¡empiezan a darse cuenta de hasta qué punto el bullicio, los ruidos y la conmoción de la calle se les han metido dentro! ¡Pero tiene remedio! ¡Y existe un lugar en el que pueden hallar silencio‚ reposo y fortaleza!
«Los que esperan al Señor». Cuando siento esa agitación interior, ese nerviosismo mental y esa tensión física —es algo que me ha pasado, igual que a ustedes, muchas veces— en esos momento, me quedo a solas y leo Su Palabra, escudriño mi corazón y paso un rato orando.
Y si hicieran eso hasta recuperar esa paz perfecta que promete el Señor, y ese tierno reposo que Él siempre da —les puedo asegurar que sí da reposo— ¡entonces se remontarán como las águilas, y sentirán efectivamente que su espíritu alcanza alturas increíbles!
Sé que muchos anhelan ese sitio de reposo. Hay muchos sitios a los que se puede ir y muchas cosas que se pueden hacer, y en esta época, es muy fácil llegar allí, y a veces, la sola idea de quedarse en casa y no hacer nada es muy desanimante para mucha gente.
¡Para algunos, no ir a ninguna parte puede ser desastroso! Y buscar la presencia de Dios y leer Su Palabra para renovar su alma y clarificarse las ideas, y eliminar el ajetreo de su vida, pues bien‚ ¡algunos, por lo visto, piensan que es una verdadera pérdida de tiempo!
Pero a menos que hagan eso, ¡nunca conocerán lo que significa eso de levantar alas como las águilas, eso de correr y no cansarse, eso de caminar y no fatigarse! Sin embargo, a lo largo de los siglos, ha habido millones de personas que han visto que únicamente ante la presencia de Dios, mientras le esperan, pueden encontrar reposo y paz.
Todo síntoma de inquietud se puede mitigar de esta forma: toda esa agitación puede desaparecer de su alma si simplemente se quedan callados ante el Señor y le esperan a Él. Verán que la oración permite acceder al poder de Dios que se precisa para eliminar toda esa tensión de su vida, ¡y lograrán mucha tranquilidad y reposo!
La Palabra de Dios dice: «Los que hemos creído entramos en el reposo»… Ahora bien, ¡ese sitio de reposo del que habla el Señor aquí proviene de la fe en Dios‚ y la fe viene de leer la Palabra de Dios! Cuántas veces hemos repetido ese versículo:
«¡La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios!» Y la Palabra de Dios dice: «Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.» ¡No tienen que esperar hasta ir al Cielo para lograr ese reposo! (Rom. 10:17; Heb. 4:9)
¡No creo que hubiese prisas ni presiones en la vida de Jesucristo! Aunque llevó una vida de mucho trabajo‚ Su Espíritu siempre estaba calmado y apacible. Cuando las multitudes aumentaron mucho y las exigencias fueron muchas, Él se apartó para estar a solas con Dios, y recobraba la serenidad de Espíritu: ¡por eso, se apartó y se quedó a solas tantas veces!
Sabía que en los momentos difíciles de su vida, nunca podría hacer frente a las complejidades de Su llamamiento a menos que pudiese dejar Su Espíritu en el seno de Dios hasta sentirse embargado de la paz y la confianza necesarias para encarar todo lo que tenía por delante. Pero nosotros, los débiles humanos, tenemos muchísimas cosas que hacer, ¿no es cierto? ¡Tanta actividad y tanta prisa!
La realidad es que damos vueltas en círculo una y otra vez, sin lograr nada, y perdemos mucho tiempo, cuando podríamos lograr el doble de trabajo y lograr cosas muchísimo más importantes si dejáramos que nuestra alma se elevara cada vez más hasta el Trono de Dios, hasta que la paz y el reposo del Señor se posara y nos diera lo necesario para el trabajo del día.
¿Les ha pasado alguna vez que empezaron el día y todo les salió mal? ¿Rompieron platos o regaron algo, o se hartaron de contestar el teléfono, o todas esas cosas que pasan? Tal vez pasó porque no esperaron al Señor como primera cosa por la mañana.
Paseen con Dios por las avenidas de Su Palabra y demórense un rato con algunas de Sus promesas‚ y lean algunos de los pasajes como los que les acabo de leer, ¡hasta que la fe se encienda como llama y fulgure en su alma! ¡No lo hagan con prisa! «Los que esperan al Señor»... Jamás podrán obtener alguna bendición o algún consuelo de la Palabra de Dios si están apurados.
Demórense un poquito en las Palabras de Jesucristo y denle tiempo para que obre en su corazón. Él quiere que le dejen todas las preocupaciones que sienten, quiere que le entreguen sus cargas a Él y se den cuenta de que Sus promesas son infalibles.
Les puedo asegurar, cuanto más se demoren leyendo la Palabra bienaventurada de Dios, mayor será su confianza de que todas las cosas de su vida obrarán para bien para quienes aman a Señor. Oh, ¡cuánto reposo y tranquilidad produce eso! ¡Cuánta paz se siente cuando uno sabe eso!
Cuando el espíritu es agitado y turbulento‚ y la vida es ajetreada, no hay mucha disposición para dar tiempo a que Dios obre. El Espíritu Santo es un magnífico maestro cuando uno está en silencio y sin prisas delante del Señor.
Pues la ayuda y la sanación, las fuerzas y el consuelo que hacen que valga la pena vivir la vida y que sea soportable en medio de todo lo que acontece en esta época, no se hallarán nunca en ningún sistema de pensamiento o filosofía, sino que se hallan en una Persona, y es la Persona del Mismo Jesucristo. Y lo hallas allí, cada vez más cerca de tu corazón en la Palabra escrita, en el Cristo Viviente, ¡el Señor Jesucristo!
El Apóstol Pablo encontró ese secreto, pues afirmó: «Mi vida está escondida en Cristo con Dios». Y yo podría decir que creo firmemente que en medio de la tormenta de la vida que se desata tan implacablemente en la actualidad, y las cargas y presiones que agobian tanto al mundo moderno y el estado en que se encuentra, Dios puede dotarles de poder y sostenerles, y ayudarles a vivir con alegría, con victorias y triunfos‚ si simplemente esperan al Señor.
¡Y digo‚ esperar! La Palabra de Dios dice: «Espera al Señor». Que el amado Señor les bendiga. Denle tiempo, ¡denle una oportunidad! Todavía está en el trono y la oración cambia las cosas. Amén.
5. Reposar en el Señor:
A. La Biblia nos ordena «reposar en el Señor»:
Sal.37:7Guarda silencio ante el Señor y espera en Él.
Heb.4:3aLos que hemos creído entraremos en reposo.
Heb.4:9Por tanto‚ queda un reposo para el pueblo de Dios.
B. Reservar tiempo para sentarnos a los pies de Jesús:
Luc.10:38-42María... sentándose a los pies de Jesús, oía Su Palabra. Pero Marta se preocupaba con... quehaceres. María ha escogido la buena parte.
C. Echar nuestras cargas y preocupaciones sobre el Señor:
Sal.55:22Echa tu carga sobre el Señor y Él te sustentará.
Mat.11:28-30Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar... (y a) vuestras almas.
1Pe.5:7Echando toda vuestra ansiedad sobre Él‚ porque Él tiene cuidado de vosotros.
D. Meditar en el poder de Dios:
Gén.24:63 (Salió) Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde.
Job 37:14Detente, y considera las maravillas de Dios.
Sal.46:10Estad quietos, y conoced que Yo soy Dios.
1Tes.4:11 (Procura) tener tranquilidad.
E. Ser humildes delante del Señor:
1Re.3:7 [El rey Salomón oró a Dios:] Yo soy joven.
Isa.57:15El Alto y Sublime, el que habita eternamente... (Él) habita con el quebrantado y humilde de espíritu.
Miq.6:8Qué pide el Señor de ti... humillarte ante tu Dios.
6. Acercarse al Señor y reposar a Su abrigo:
Heb.4:11Procuremos... entrar en aquel reposo.
Stg.4:8aAcercaos a Dios y Él se acercará a vosotros.
A. «Al abrigo» de la presencia de Dios:
Sal.91:1El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
Sal.17:8Escóndeme bajo la sombra de Tus alas.
Sal.31:19‚20aEn lo secreto de Tu presencia los esconderás.
Sal.61:4Estaré seguro bajo la cubierta de Tus alas.
(V. también Sal.27:5; 32:7; 119:114.)
B. Descansar bajo «la sombra de Sus alas»:
Deut.32:11,12Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos... [así el Señor cuida de Su pueblo].
Mat.23:37b [Jesús ansía juntarnos cerca Suyo] como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas (v. también Luc.13:34).
Sal.91:4Con Sus plumas te cubrirá, debajo de Sus alas estarás seguro.
Sal.57:1En Ti ha confiado mi alma, y en la sombra de Tus alas.
(V. también Sal.36:7b; 63:7b; Rut 2:12.)
7. Beneficios de pasar tiempo a solas con el Señor:
A. Dios sana y conforta nuestras almas:
Sal.23:2‚3aJunto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma.
Mal.4:2A vosotros los que teméis Mi nombre, nacerá el Sol de justicia [Jesús], y en Sus alas traerá curación (NBI).
2Cor.4:16No desmayamos, aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior... se renueva de día en día (v. también Efe.4:23).
B. Nos da gozo:
Sal.5:11Alégrense todos los que en Ti confían... en Ti se regocijen los que aman Tu nombre.
Sal.16:11En Tu presencia hay plenitud de gozo.
Sal.40:16Gócense y alégrense en Ti todos los que te buscan.
Sal.51:12Vuélveme el gozo de Tu salvación.
(V. también Neh.8:10b; 1Pe.1:8.)
C. Nos proporciona fortaleza espiritual:
Isa.40:29-31Los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas... y no se cansarán.
Isa.41:1Escuchadme... y renueven su fuerza (NBI).
Isa.30:7Su fortaleza (será) estarse quietos.
Isa.30:15En quietud y en confianza será vuestra fortaleza.
Dan.11:32bEl pueblo que conoce a su Dios será fuerte (NBI).
Jue.5:31Los que Te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza.
Efe.3:16Para que (Él) os dé... el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu (v. también Sal.138:3).
Col.1:9,11Fortalecidos con todo poder, conforme a (Su poder).
D. Nos da descanso en el Espíritu:
Éxo.33:14Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
1Re.8:56El Señor... ha dado paz (descanso) a Su pueblo.
Mat.11:28‚30Venid a Mí... Yo os haré descansar... (y a) vuestras almas.
E. Cuando dedicamos tiempo para amarlo, Él nos ama a nosotros:
Pro.8:17Yo (el Señor) amo a los que me aman.
Jn.14:21,23El que me ama (a Jesús)‚ será amado por Mi Padre.
Jn.16:27El Padre... os ama, porque vosotros me habéis amado.
F. Otros beneficios de amar al Señor:
Deut.30:16Que ames al Señor... que andes en Sus caminos... para que vivas... y el Señor te bendiga.
Sal.91:14Por cuanto en Mí ha puesto Su amor, Yo también lo libraré; le pondré en alto‚ por cuanto ha conocido Mi nombre.
Sal.119:132Ten misericordia... como acostumbras con los que aman Tu nombre.
Sal.145:20El Señor guarda a todos los que le aman.
Pro.8:21 (Yo hago) que los que me aman tengan su heredad.
Efe.6:24Gracia sea con todos los que aman a... Jesucristo con amor inalterable.
1Cor.8:3Si alguno ama a Dios es conocido por Él.
Stg.1:12La corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman (v. también 2Tim.4:8).
(V. también Deut.11:13-15,22,23; Sal.36:10.)
© La Familia Internacional, 2006