Maria
January 16, 2007
Plan para la velada de amar a Jesús de la primera noche de la Fiesta 2007
BN 1190 3616 DF/MM/MC FIESTA 2007 DIC. 2006
Carta de María
Importante: El contenido de esta actividad es suave y partes de ella o su totalidad podría ser adecuado para los jóvenes de 12 a 15 años. La hemos señalado para mayores de 16 porque hay una parte de la reunión en la que todos deben dirigir palabras de amor y alabanza a nuestro Esposo, y lo que dirán las personas del Hogar no se ha determinado de antemano, claro. Debido al tema de la velada, es poco probable que las palabras personales de amor sean inapropiadas para ellos; de todos modos, el Hogar tendrá que decidir. Si desean que la reunión sea solo para mayores de 16 años, está bien. Si quieren incluir a los jóvenes de 14 y 15, o incluso los jett, pueden hacerlo según les indique el Señor, siempre y cuando los integrantes del Hogar tengan en cuenta que hay jóvenes de esa edad presentes y moderen sus palabras de amor al Señor lo suficiente a fin de que sean apropiadas para ellos.
Consejos para los que organicen esta actividad
* Como se trata de una velada de reflexión pueden poner, si lo desean, música instrumental suave en algunos momentos, aunque no es imprescindible. Es importante que no tenga letra, a fin de que nadie se distraiga, y es muy importante que sea suave y tranquila, fomente la meditación, tenga un espíritu que glorifique a Dios y no distraiga en modo alguno. Deberán preguntar al Señor qué conviene más en su situación. Si deciden poner música, tengan la bondad de consultar con el Señor cuál, a fin de que realce la experiencia y no le reste valor alguno. Debe ponerse muy bajito (a un volumen casi inaudible) mientras se leen las palabras de Jesús. Luego se puede subir un poquito en los momentos de reflexión. En ningún momento debe estar fuerte ni dominar el ambiente. (En los DVD para la Fiesta y en la sección de audio de la página web para miembros encontrarán música instrumental inspiradora producida por la Familia.)
* Preparen un lugar de reunión agradable, con luz tenue y asientos cómodos.
* Si quieren pueden servir una copa de vino u otra bebida, jugo o merienda ligera; algo que le guste al Hogar y contribuya a crear un ambiente agradable. Podrían prepararlo de antemano para que esté servido y todos puedan disfrutarlo mientras escuchan la música suave‚ se relajan y entran en el espíritu de la velada. O podrían servir algo al final de la reunión para que todos disfruten de unos momentos de convivencia. Para algunos podría ser agradable tomar una copa de vino durante la velada, aunque para otros podría ser una distracción. Tómense la libertad de hacer lo que les indique el Señor. Podrían preguntarle cómo pueden dar realce a la relajación y la experiencia‚ sin distraerse de las hermosas palabras que nos dirige ni restarles importancia.
* Asignen a una o dos personas con antelación para que lean el mensaje de Jesús. Deben ser personas que lean bien, con claridad y emoción. De ser posible, conviene que lean el mensaje de antemano para estar familiarizadas con él.
(Comiencen con oración, alabanza y una o dos canciones. Lo mejor es que las canciones las puedan cantar todos los presentes, aunque no haya muchos músicos en su Hogar. Lo importante es alabar juntos al Señor en voz alta. Si hace falta‚ pueden poner una canción de un CD y cantar mientras suena.)
1. (Jesús:) Vengan, amores Míos, ¡entren! Bienvenidos al aposento que les he preparado para la velada que pasaremos juntos. Tomen asiento, acomódense y despreocúpense. Sé que han trabajado mucho, y todavía más en los últimos días tratando de dejarlo todo en orden para tomarse unos días alejados del trabajo y pasar tiempo conmigo.
2. Eso me emociona y espero con ilusión más momentos con ustedes. Significa mucho para Mí. Me alegra en el alma ver que están dispuestos a hacer esto, que han preparado y dispuesto todo para ese fin. Haré que les sea de mucho provecho. Será inolvidable.
3. Esta noche‚ para dar inicio a nuestro retiro, les he preparado un rincón en el plano espiritual. Pónganse cómodos y relájense. Respiren hondo, cierren los ojos y echen un vistazo a su alrededor con los ojos espirituales.
4. Se encuentran en un hermoso salón, con lujosos divanes‚ luz tenue y una decoración sencilla, pero sorprendentemente elegante. Pueden imaginárselo como quieran. Visualicen un lugar que se ajuste a sus gustos. Esa es una de las maravillas del Cielo, del mundo espiritual, e incluso de Mi naturaleza, que Yo y el Cielo podemos ser para ustedes lo que más necesiten y deseen.
5. Ahora entran apuestos camareros y bellas camareras. Les sirven una tónica celestial que acaba de crearse. Obsérvenla por un instante. Es transparente, pero tiene un toque de color aguamarina que forma remolinos y se mueve sin asentarse nunca. Es la tónica de la renovación y la regeneración. Su color es símbolo de la nueva vida que nace cada vez que pasan momentos verdaderamente provechosos conmigo y reciben una muestra personal de Mi amor. Huélanla; aspiren su aroma. ¿Verdad que es maravilloso? Ahora bébanla, lenta y pausadamente, disfrutando de cada instante.
6. Sí, Mis amores. Esta noche nos acomodaremos, nos relajaremos y saborearemos la ocasión. Conversaremos‚ recordaremos viejos tiempos, pensaremos y soñaremos. Reflexionaremos sobre nuestro amor y nos tomaremos unos instante para meditar sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro, así como en todo lo que nuestro amor ha infundido, infunde e infundirá a cada una de esas épocas. No aparecerá ningún fantasma, pero habrá muchos espíritus ayudantes presentes, y puede que algunos de ustedes vislumbren a alguno de ellos o lo sientan ligeramente. Será un toque de Mi amor a través de ellos.
7. ¿Están todos cómodos? ¿Se están relajando? ¿Están dejando que la tónica celestial de la renovación y la regeneración obre sus mágicos efectos? Aspiren otro sorbo; tomen tantos sorbos como quieran y necesiten, que nunca se acaba. Inhalen el aroma de la belleza del ambiente espiritual en que están y exhalen los pensamientos y preocupaciones del día, de la semana y de la vida. (Hagan una pausa para inhalar y exhalar profundamente.) Muy bien. Así está mejor.
8. Estamos listos para emprender un pequeño viaje en el tiempo y rememorar el pasado. Siempre es una actividad agradable para los amantes. Hemos compartido mucha vida y mucho amor, ya sea que me conozcan desde hace un año, diez‚ veinte o cincuenta. Hemos gozado juntos de momentos maravillosos y hermosos, ¿verdad? Hemos tenido nuestros altibajos; hemos vivido momentos de alegría y momentos de tristeza, hemos pasado por épocas de abundancia y por temporadas de necesidad. En todo caso, he estado con ustedes y lo hemos hecho juntos. Eso es lo que más importa‚ lo más significativo.
9. Voy a presentarles varias experiencias. Mientras lo hago, deténganse un minuto a reflexionar sobre cada una. Piensen en alguna ocasión en que tuvimos juntos esa experiencia. Denme gracias y alábenme por ella y permitan que les ayude a ver y percibir Mi amor en ella.
10. A lo mejor se trata de una ocasión que se destaca en su vida como un obsequio de Mi amor; o quizá sea algo que no veían tan claramente de esa forma, pero que ahora lo ven así y pueden creer en ello. Aunque no tengan recuerdos conscientes de esa ocasión, su espíritu los tendrá y retendrá la bondad y hermosura de la experiencia. Acompáñenme en esta evocación del amor y la vida que hemos compartido.
[Quien lea deberá hacer una pausa de aproximadamente un minuto después de cada uno de estos puntos a fin de que todos tengan tiempo para pensar y reflexionar.]
11. * ¿Recuerdas el momento en que nos conocimos? ¿Te acuerdas del momento en que me abriste tu corazón y tu vida y me invitaste a vivir contigo? Aunque algunos fueran demasiado pequeños para recordar el momento en que me recibieron, ha habido ocasiones en los últimos años en que se volvieron a consagrar a Mí o me conocieron más a fondo. Esas son experiencias que significan mucho para Mí; de hecho, significan más que ninguna otra cosa, ya que en esos momentos me aseguras que cada instante del sacrificio de amor que hice al vivir y morir por ti valió la pena. Valoro mucho el recuerdo de los momentos en que tuviste que tomar una decisión‚ y cuando pienso en ellos, revivo la euforia.
12. * Piensa en algunos de los momentos que hemos pasado juntos descansando, conversando, fraternizando y amándonos a solas. Ha habido momentos de tranquilidad y paz, y también momentos excitantes y sensuales, momentos íntimos en que nos hemos hecho mimos, momentos de conversaciones y debates estimulantes‚ momentos en los que hemos vivido experiencias increíbles y espectaculares. A veces no hemos dicho ni hecho nada en particular‚ y nos hemos limitado a disfrutar de estar juntos. Has sido una excelente compañía para Mí. Me ha encantado a cada instante y me encanta recordar esos buenos momentos.
13. * Piensa en alguna o en varias ocasiones en las que padeciste penalidades e incertidumbre. Piensa en la diferencia entre el desaliento y la desesperación que sentiste cuando estabas en plena batalla y la victoria y satisfacción que sentiste al salir de ella, cuando me hice presente y transformé la situación o cuando te viste libre de la carga.
14. Piensa en las respuestas a las fervientes oraciones que hiciste pidiendo cambio, alivio, liberación y provisión. Medita en la fe que te infundió apoyarte en nuestro amor en esos momentos difíciles.
15. Alábame por las formas en que obré en tu vida a tu favor‚ la manera en que te saqué adelante y lo que te enseñé con esas experiencias. Acepta también la alabanza y la admiración que te tengo reservadas por tu buena disposición a hacer lo que hiciste, a luchar, aguantar y no dejar de confiar en Mí, aun cuando no veías o sentías Mi amor con la claridad con que te habría gustado.
16. Amor Mío, esos son recuerdos que me conmueven el corazón y que vuelven a avivar Mi pasión por ti, a medida que recuerdo tu disposición para luchar, sufrir y aguantar‚ motivada por el amor y devoción que me tienes. Nada podría hacer que te ame más de lo que ya te amo, pero si algo pudiera hacerlo, sería el hecho de ver tu amor y lealtad cuando optas por someterte y aceptar las dificultades de tu vida, por confiar en Mí a pesar de ellas, por luchar cuando te digo que luches y por ser lo que quiero que seas.
17. * Pensemos ahora en los momentos en los que había algo que deseabas o necesitabas a toda costa y te lo di. A lo mejor era algo imprescindible para tu Hogar, la obra o tus hijos, pero costaba mucho obtenerlo; o quizá algo que significaba mucho para ti, algo que anhelabas tener o hacer, si bien no era indispensable y, sin embargo, quise dártelo.
18. Me ha alegrado enormemente darte lo que tanto deseabas, lo que me habías pedido. Primero me puse dichoso al ver tu fe y expectación mientras me presentabas tu necesidad o deseo, y luego al concedértelo, al ver tu expresión y sentir tu alegría cuando te entregué Mi obsequio.
19. Me encanta hacerte regalos, Mi amor. Ya sea un obsequio sorpresa o algo que hayas pedido, para Mí es apasionante y quiero seguir haciéndolo cada vez que estemos juntos.
20. * Lo que hemos vivido juntos abarca mucho más que esas pocas experiencias, pero con estas ya tienen para empezar. Tómense un tiempo durante los próximos días para reflexionar en todo lo que hemos hecho juntos y lo que hemos compartido, en lo mucho que he hecho por ustedes y lo que les he dado, en las diversas experiencias que han vivido y lo que han obtenido gracias a ellas. Déjenme también que les hable de todo acontecimiento de su pasado que no entiendan o que los inquiete en modo alguno. Dejen que les indique lo bueno que salió de ello, a fin de que lo evoquemos juntos con alegría y sin pena o pesar.
21. Pasemos ahora al presente. Pensemos en el amor que nos tenemos aquí‚ ahora‚ hoy mismo‚ y hablemos de él. Fijémonos en nuestra vida y veamos todo lo que compartimos y estamos experimentando y haciendo ahora, y en lo mucho que tenemos para disfrutar, apreciar y admirar el uno en el otro.
22. ¡Empezaré por hablarles de algunas de las cosas que me encantan de ustedes y de cómo me hacen feliz! Cooperen conmigo en esto. Me dirijo a ustedes colectivamente, como a una sola Esposa, pero también a cada uno en particular. Quiero decirles, pues, algunas de las características que me encantan de ustedes, como Esposas Mías, pero después, si hacen una pausa y guardan silencio, quiero ampliar el tema con cada uno, hablándole al corazón y a la mente, con el toque personal que solo Yo puedo dar y que solo cada uno puede entender.
[En este momento quien lea también deberá hacer una pausa de aproximadamente un minuto después de cada uno de estos puntos para que todos escuchen los susurros del Señor.]
23. * Me encanta la forma en que me alabas y manifiestas gratitud. Ver tu corazón lleno de gratitud y tu deseo de alabarme por todo lo que ocurre en tu vida, aunque sea difícil, y escuchar cómo expresas en palabras ese aprecio por Mí y por Mis bendiciones, me conmueve siempre mucho. En serio.
24. * Me encanta tu dedicación y que cada día optes y sigas optando por obrar a Mi manera, seguir Mis indicaciones y entregarte más a Mí. Sé lo que significa cada una de esas decisiones. Conozco las pruebas y tentaciones que te afectan. Por eso, cada vez que veo y oigo palabras y actos de entrega, devoción y lealtad a Mí‚ el corazón me rebosa de alegría y se reaviva la llama de Mi admiración por ti y Mi devoción a ti.
25. * Me encanta tu humildad. Me encanta tu disposición a manifestarme amor al punto de humillarte ante Mí‚ desnudarte espiritualmente y no retenerme nada. Me encanta que me descubras sin reservas tu corazón y tu ser cuando me amas íntimamente como esposa, cuando te me entregas por entero, sumisa, abierta y receptiva‚ cuando te empapas de Mí, bebes y dejas que te llene. Me encanta que me dejes amarte como quiero. Me encanta que me permitas hablarte y hablar a través de ti. Me encanta oír tus declaraciones de amor, tus palabras de deseo, tus clamores de necesidad. Me encanta ser uno contigo.
26. * Me encanta que me permitas formar parte de tu vida. Me encanta que nuestro amor no esté reservado para el fin de semana, para la noche o para la mañana, sino que forme parte de tu vida diaria y esté presente a lo largo del día. Me encanta que hayas aprendido a orar y solicitarme ayuda, protección y fortaleza para tu vida y tu trabajo. Me encanta la forma en que has aprendido a alabarme, confiar y creer que Mi mano está obrando tanto las veces en que te bendigo con algo bueno, como las ocasiones en que se te prueba con algo que deje que desear.
27. Me encanta verte empuñar cada una de las armas espirituales que te he confiado. Me encanta verte aprender más sobre ellas y probar cosas nuevas con ellas. Me encanta participar cada vez más en tus pensamientos, tus decisiones, tus actos, tu vida y tu amor.
28. Hay tanto que me encanta de ti que si lo dijera todo podría pasarme horas y horas sin parar. Pero como sé que en este momento no dispones de tanto tiempo, me he limitado a hacerlo por unos minutos. De todos modos, me encantaría que me concedieras un poco más de tiempo en los próximos días para decirte cuánto te quiero y todas las características tuyas que tengo en gran estima. Puedo hablarte de eso por tanto tiempo como me lo permitas. Te ruego que me concedas al menos unos momentos en los próximos días para expresarte cuánto significas para Mí. Me encantaría hacerlo.
29. Tómense ahora unos momentos de silencio para pensar en algunas de las cosas que más les encantan de Mí. Una vez que hayan pensado un poco en ello, elijan una o varias que destaquen más para ustedes en este momento, y exprésenlo de viva voz.
30. No se limiten a dirigirme a Mí sus palabras de amor, sino denlas a conocer a los presentes. No hace falta que lo hagan en ronda; pueden hacerlo espontáneamente. Tampoco es necesario que se preocupen por si tienen una, dos o cinco cosas que decir. Digan lo que sientan, denlo a conocer, y que las palabras y alabanzas de los demás sean una ampliación de las que ustedes mismos me dirigen.
[Hagan una pausa ahora para guardar unos momentos de silencio, y luego dirijan palabras de amor y alabanza al Señor uno por uno, hasta que se apaguen las alabanzas. Convendría que cada uno empezara por una expresión, para que todos tengan ocasión de decir algo; luego, quienes quieran pueden añadir más.]
31. Otra parte maravillosa y hermosa de su presente y una forma en que les manifiesto amor es a través de sus hermanos; por medio de los hermosos amigos, amores y compañeros con los que he dispuesto que vivan y trabajen. Tómense ahora un par de minutos para volverse hacia una persona que tengan al lado, rodearla con el brazo o tomarla de la mano y decirle algo que aprecien o admiren de ella, y cómo les manifiesto amor con esa cualidad o virtud.
[Hagan otra pausa para que todos digan algo a una persona que tengan cerca.]
32. ¿Verdad que es estupenda la vida que compartimos? Ustedes, Mis esposas, y Yo, somos los más bienaventurados del universo. Gozamos de un amor e intimidad incomparables. Significan más para Mí de lo que jamás podrían imaginar, y sabiendo lo que sienten por Mí y cuánto significo Yo para ustedes‚ ya se pueden imaginar.
33. Ahora, tesoro, miremos hacia el amor que nos tendremos en el futuro y meditemos en lo que nos espera. No me refiero a un futuro distante —si bien lo que diré también se aplica a ese futuro—; también me refiero a un futuro mucho más cercano, ¡como mañana! Y la próxima semana‚ el próximo mes y el próximo año.
34. Ahora mismo nos esperan varios días inolvidables‚ ¡y me hacen muchísima ilusión! Ya te dije que quiero que nos tomemos un tiempo en estos días para meditar sobre nuestra historia y para que te hable de lo que me encanta de ti. Y también, claro, me alegrará oírte decir lo que te encanta de Mí, ¡con tanta frecuencia y tanto como quieras!
35. Algo que también quiero hacer por ti en estos tres días es darte promesas personales de tu futuro, tanto a corto como a largo plazo. ¿Me prometes que te tomarás un tiempo para escucharlas y recibirlas? Podría ser una frase, un párrafo o varias páginas. Sea como sea‚ dedica tiempo uno de esos días a pedirme que te hable y te dé promesas para tu futuro.
36. Has oído decir que el futuro es tan halagüeño como las promesas de Dios. Así es para ustedes, tanto para el conjunto de la Familia como para cada una de Mis esposas. Ahora miremos un poco más hacia el futuro. Contemplemos el panorama general de lo que te espera. A medida que reflexiones en cada una de las cosas que te digo, acuérdate de verlo no solo como acontecimientos, planes o metas, sino como parte de nuestro amor y nuestro matrimonio, pues lo es sin lugar a dudas.
37. Gracias a que eres Mi esposa, a que has optado por la humildad, por la actitud revolucionaria y por entregarte de lleno a Mí, puedo concederte el honor de formar parte de Mi Iglesia del Tiempo del Fin, de Mis elegidos, de los que me servirán de punta de lanza en la última gran cosecha de la Tierra.
38. Si no fueras Mi esposa de la Nueva Iglesia, si no tuvieras humildad ni te presentarás desnuda‚ débil y pobre en espíritu ante Mí, si no fueras sumisa ni te hubieras entregado de lleno a Mí, si no te hubieras comprometido a ser un discípulo desligado, radical y opuesto al mundo, entregado a Mí y a Mi verdad, tu futuro sería muy distinto. Sería un futuro de estancamiento, paralización y sofocamiento espiritual. Un futuro de fracasos, vergüenza y derrota. Si no hubieras efectuado cambios drásticos en los últimos años, si no te hubieras arrepentido de tu descarrío, el navío de la Familia —otra analogía de Mi Esposa— no se habría mantenido a flote ni avanzaría, conquistaría territorio ni entraría a las aguas de la época más fructífera que ha conocido hasta ahora.
39. En estos momentos la Familia avanza hacia donde las aguas son más profundas. Se está poniendo en posición para obtener la mayor pesca de su historia; la mayor en la historia de la humanidad. Solo gracias a Mi amor, a nuestra intimidad y al poder que recibe a consecuencia de ello lo logrará.
40. Esta promesa de grandeza y esplendor la hago a Mi Esposa, Mi dulzura, Mi amor; a la que se entrega de lleno a Mí. Eres parte de esa Esposa, y en tanto que permanezcas conmigo‚ amándome y entregándote a Mí, tienes garantizado el cumplimiento de esas promesas.
41. No te olvides de esperar con ilusión el día de Mi regreso, el día en que rescataré a Mis amadas de un mundo que se habrá vuelto casi insoportablemente frío y maligno. Digo casi porque aunque pasarás por la Gran Tribulación antes de Mi regreso‚ nunca dejaré que sufras más de lo que puedas soportar, y mediante nuestro amor profundo e íntimo te sustentaré y te infundiré fuerzas‚ gracia, fe y valor. Debido a ello las batallas se te harán nimias, a pesar de su intensidad, comparadas con el poder de nuestro amor.
42. Y cuando nos reunamos en nuestra gran celebración de bodas‚ la Cena de las Bodas del Cordero, tú, Esposa Mía, ocuparás de lleno el lugar que te corresponde junto a Mí. Se te honrará ante todo el universo, se te reconocerá ante el Cielo en pleno. Te recibiré en Mi Hogar, tu Hogar, nuestro Hogar, ¡por la eternidad! A partir de ese momento se pone bien interesante. ¡Entonces comenzaremos a gozar de lleno del placer marital del Cielo! Esa es la parte que estoy reservando a modo de sorpresa, así que no te diré más por ahora, excepto que será maravilloso en todos los sentidos. Quedarán satisfechos todos tus deseos y todos los Míos; todos nuestros sueños se harán realidad, ¡y no será ni la mitad de lo que experimentaremos!
43. Con ese alegre pensamiento, demos por concluido nuestro viaje por el pasado, el presente y el futuro. Dirijámonos a la cama y acomodémonos para pasar una buena noche de descanso. Te abrazaré y estaré contigo toda la noche. Cuando despiertes mañana, lo primero que verás será Mi rostro sonriente y lo primero que oirás serán Mis susurros de amor. Así quiero que sea cuando demos inicio a estos tres días de comunión y renovación.
44. Te quiero, tesoro. Buenas noches. Que duermas bien y sueñes conmigo.
(Concluyan con una canción, alabanzas al Señor y besos y abrazos.)
© La Familia Internacional, 2006