El año del jubileo

Maria
September 14, 2006

Table of Contents

BN 1184 3610 DF/MM/MC SEP. 2006

Carta de María

Cita de la portada:

No tienes que quedarte ahí bajo la lluvia. Ven a volar conmigo, y te llevaré por encima de las nubes, donde ya no llueve, hace sol y hay alegría y libertad.

Mis amores:

1. En esta BN les traigo estupendas noticias. Nuestro Esposo nos ha dado algunos consejos sobre el gozo del Señor y nos ha dicho que quiere que lo tengan en mucha más abundancia. Me alegra en el alma pasarles esta instrucción, porque creo que si se la toman a pecho y la ponen en práctica les ayudará a llevar una vida mucho mejor, a tener muchas más fuerzas para la enorme labor que llevan a cabo para Jesús y les evitará muchas de las cosas negativas que al Enemigo le encanta apilar sobre ustedes.

2. Todos conocemos el gozo del Señor y el de nuestra salvación; Él ya nos ha hablado de lo importante que es (v. Sin rodeos, 1ª parte, CM 3499:15-165, y las lecturas señaladas en Ahonda más). Pero quiere que llevemos ese concepto un poco más lejos y nos demos cuenta de que debemos luchar por tener Su gozo, porque es parte de la fortaleza que necesitamos para llevar a cabo la tarea que tenemos por delante en estos Días Postreros.

3. (Jesús:) Mis amores: su alegría, su felicidad en Mí‚ debería ser una constante en su vida. En caso contrario, si falta, si unas veces la tienen y otras no, algo anda mal. Es que, sean cuales sean sus circunstancias, la alegría de corazón, la alegría de vivir, es uno de los beneficios que les he prometido. Es uno de los fundamentos de conocerme y de ser Míos. Por eso, la falta de esa alegría debería ser una señal inequívoca de que algo anda mal.

4. El Enemigo emplea muchos medios para robarles su felicidad. Les recordaré algunos de ellos, pues quiero dejarlos al descubierto. Mi gozo es uno de los derechos que les corresponde por ser Mis esposas. Es algo con lo que pueden contar, y deben reclamarlo espiritualmente como parte de su legado y de su recompensa por lo mucho a lo que renuncian por Mí.

5. Y al decirles que deben reclamarlo no quiero decir que corran como locos de un lado a otro en busca de alegría o tratando de hacerse felices a sí mismos, sino que hagan Mi trabajo y Mi voluntad con alegría y sin permitir que nada suplante a Mi gozo o se lo quite. Protéjanlo celosamente como algo de lo que no pueden prescindir. Mi gozo es su fortaleza, ¡y quiero que la tengan en gran abundancia! (Neh.8:10.)

6. ¿A qué me refiero cuando hablo de Mi gozo? Hay muchos aspectos que contribuyen a él o que forman parte de él:

7. * La paz interior es uno de ellos; la estabilidad que da saber que todo está en Mis manos.

8. * La actitud expectante es parte de Mi gozo; contar con que cumpliré Mis promesas, esperar con ilusión lo que voy a hacer, buscar indicios de Mi poder milagroso y regocijarse cuando vean el cumplimiento.

9. * La fe es parte de ello; fe en Mi Palabra, fe en Mis promesas, fe en el amor que les tengo, fe en su vocación de discípulos, fe en Mi capacidad de hacer que todo redunde en bien para ustedes porque me aman.

10. * La esperanza es parte de ello; recordar que por mala que se ponga la situación en que están‚ no son sino extranjeros y peregrinos en esta Tierra, que les espera un lugar mejor y que cuanto más tengan que aguantar en la Tierra‚ ¡más grato y satisfactorio será el Cielo!

11. * La confianza en Mí es parte de ello; el reposo, la comodidad y la seguridad que se sienten en Mis brazos, cuando saben que velaré por ustedes.

12. * La felicidad es parte de ello. Aunque en algunas ocasiones estén más felices que en otras, su vida por Mí debe ser feliz. Ello no significa que no vaya a haber complicaciones, pero su vida debe ser alegre. Cuanto más aprendan a ver como veo Yo, ¡más felices serán!

13. * El amor es parte de ello; experimentar Mi amor, notarlo, sentirse seguros en él y transmitirlo a los demás. El amor es un aspecto enorme del gozo.

14. * La gratitud es parte de ello. Aprendan a dar gracias por lo que traigo a su vida y alabarme por difícil que se ponga.

15. El Enemigo prueba muchos métodos para tratar de robarles la alegría: cansancio de la batalla, estrés, o trata de convencerlos de que carguen ustedes mismos con los problemas, de que tengan una actitud negativa y no vean lo positivo. Intenta distorsionar la manera en que quiero que vean la vida y convencerlos de que pongan los ojos en lo que los rodea y permitan que las circunstancias determinen su felicidad.

16. Pero, Mis amores, no tiene que ser así. No tienen que permitir que altere su forma de pensar. Pueden optar por retener la alegría y no perderla.

17. Eso es lo que les pido. Quiero que se den cuenta de que la alegría, la paz y la felicidad interior deben ser constantes en su vida a Mi servicio. No deben depender de la apariencia de las circunstancias o de lo que ocurra en su entorno. ¡No hay motivo para ello!

18. Si aprendieran a reconocer los intentos del Enemigo de robarles la alegría‚ si aprendieran a defenderla y a luchar celosamente por no perderla —y para lograrla basta con tener una perspectiva celestial—, contarían con muchas más fuerzas para librar las batallas. Serían mucho más fuertes espiritualmente. ¡La capacidad del Enemigo de molestarlos disminuiría muchísimo!

19. Es una meta por la que vale la pena luchar y en la que vale la pena concentrarse. Les conviene deshacerse de los pesos de la condenación, el agotamiento y la negatividad y fijarse la meta de estar más felices y contentos en Mí. Si efectúan ese sencillo cambio, ¡verán cómo se multiplican sus fuerzas y su resistencia‚ cómo aumentan sus energías y su resistencia espirituales y disfrutan mucho más de su vida por Mí! (Fin del mensaje.)

20. (Mamá:) Nuestro fiel Esposo entiende que en la vida hay muchos pesos y cargas difíciles de sobrellevar; no brindan alegría y cuesta lidiar con ellos. Pero todos esos asuntos se pueden clasificar en dos categorías: las cosas con las que no tienen que lidiar y de las que el Señor quiere librarlos‚ como la condenación, el estrés, la actitud negativa y la envidia, y las pruebas de la vida, que seguiremos afrontando hasta el día en que lleguemos al Cielo, y que no tienen que privarnos de la alegría. Podemos seguir contentos a pesar de ellas una vez que nos demos cuenta de que por ser esposas del Señor tenemos derecho a Su gozo.

21. Tengo otros consejos del Señor para ustedes sobre algunos de los pesos más grandes de los que Él quiere librarlos, como el estrés y la condenación, y se los pasaré en algunas BN que publicaremos más adelante. Pero hoy mismo por lo menos pueden reconocer que esas cosas no provienen del Señor, que les impiden ser felices y que, por tanto, ¡no les deben dar cabida!

22. Al referirse a ellas el Señor dijo: «son cadenas innecesarias que el Enemigo ha puesto a Mis hijos, con las cuales les dificulta la vida y les pone trabas en su servicio a Mí». Dijo: «¡Este es un día de liberación! Es un día estupendo de regocijo en los cielos, pues los hijos de David avanzarán con fuerzas y motivación renovadas que no les durarán un día, una semana o un mes, ¡sino que los asistirán por el resto de su vida en la Tierra! En ese sentido, esa necesidad de luchar por el gozo y no perderlo podría llamarse una revelación. Aunque es un principio antiguo e inmutable, quiero que lo vean de una nueva manera, de una forma que les quite las vendas que llevaban en los ojos espirituales y les ayude a ver su vida por Mí con nuevos ojos. ¡Sin duda es un mensaje alegre!»

Entren en Mi gozo

23. (Jesús:) Les he dicho que tienen Mi gozo a su plena disposición, que les corresponde por derecho contar con él, sentirlo y vivirlo, y que será su fortaleza. A pesar de ello, el Enemigo se esfuerza por impedir que muchos de ustedes echen mano de ese gozo, sencillamente porque no se sienten muy felices o les parece que no tienen mucho motivo para alegrarse.

24. La clave para tener Mi alegría en su corazón, amores Míos, es recordar que ese gozo es Mío; no proviene de ustedes. No significa que estén contentos con todo lo que pasa en su vida y con el modo preciso en que acontece; significa que estoy feliz y que he prometido transmitirles a ustedes esa alegría a fin de que nos envuelva a la vez a ustedes y a Mí. Por tanto‚ no es una reacción que les nazca del corazón, sino que proviene de Mi corazón y se la transmito a ustedes cuando me la piden y crean espacio para ella.

25. Lo primero que deben entender es que lo que me hace feliz a Mí es muy distinto de lo que ustedes creen que me alegra. Mi dicha no se basa en cosas efímeras ni en las circunstancias. Se basa en el futuro feliz, en lo que habrá de llegar, en las posibilidades que encierra cada situación, en ustedes. Mi alegría se basa en lo eterno‚ en amar y en deleitarme con las palabras del Cielo, con la alegría de Mis criaturas, la dicha del amor y todas las demás alegrías sanas y eternas que no se compran con dinero.

26. Aprendan ustedes también a encontrar felicidad en eso, porque ahí radica Mi gozo. Si quieren Mi gozo, pídanlo y pídanme que les ayude a ver las razones que tienen para sonreír y qué les puede ayudar a estar más despreocupados. Si basan su estado de ánimo en cómo se sientan, no estarán muy alegres, ya que el Enemigo siempre estará poniéndoles obstáculos y suscitándoles preocupaciones, condenación y sentimientos de culpabilidad y estrés, y empleará muchas otras tácticas para acabar con su alegría a fin de que no cuenten con las fuerzas especiales que brinda Mi gozo.

27. Si sienten alguna de esas emociones negativas, o todas‚ miren hacia arriba y remóntense hasta donde está Mi gozo. Mi gozo les permite ser felices aunque su situación terrenal no sea perfecta, porque ve más allá de ella. Si Yo puedo ser feliz a pesar de las debilidades de ustedes y de cualquier desastre que armen, ¿no pueden ser también felices ustedes? Si Yo puedo alegrarme por ustedes sabiendo que todo resultará bien en el futuro y porque les ofrezco fuerzas para el presente, ¿no pueden aceptar el gozo que les ofrezco?

28. Claro que pueden, amores Míos. Quiero hacerlos felices aunque todavía no puedan gozar de una situación perfecta, o aunque las circunstancias físicas no les parezcan las que necesitan para ser felices físicamente. Pueden ser felices si se regocijan con Mi gozo. Mi gozo les permite estar alegres y tener una actitud de alabanza y despreocupación aunque estén llenos de preocupaciones, porque proviene de lo más alto de los cielos, y supera de lejos todo problema terrenal.

29. Tienen a su disposición mucho gozo y felicidad en Mí, mucho amor en el Cielo, muchos éxitos y triunfos en su futuro y muchas bendiciones y maravillas en su presente. La verdad es que tienen mucho de que alegrarse. Por eso intenta el Enemigo que se concentren en lo negativo, en lo que les impide ser felices. La esencia, pues, de Mi mensaje sobre recibir Mi gozo es que les permito ser felices a pesar de los aparentes reveses‚ porque hay todo un mundo de alegría más allá del de ustedes, pero igual está a su alcance.

30. Yo soy su puente, la puerta que los conduce a ese mundo. A través de Mí, al reclamar Mi gozo —que les corresponde por derecho al ser Mis esposas—, pueden acceder a ese mundo más feliz, pase lo que pase en la Tierra. Pueden ser felices a pesar de todo y remontarse, no solo por encima de las lágrimas, ¡sino riéndose con sonoras carcajadas celestiales!

31. Para tener esa felicidad deben aceptar Mi amor y aceptar que quiero librarlos de los pesos que los oprimen y afligen. ¡Aceptar que quiero llenarlos de alegría, dicha y libertad para servirme! ¡Y luego obren en consonancia! El primer paso de fe para recibir ese gozo es no concentrarse en lo negativo.

32. Extiendo la mano y les ofrezco Mi gozo, mientras que el Enemigo extiende la suya y les ofrece una enorme y maloliente pila de pensamientos negativos‚ basura, desaliento y condenación. Si siguen fijándose en su porquería, nunca podrán ver lo que les ofrezco. Me parecerá que no aprecian el obsequio que les traigo si no son capaces de alejarse de los ofrecimientos de Satanás el tiempo suficiente para fijarse en lo que les ofrezco Yo.

33. ¡Niéguense a poner los ojos en lo negativo! Niéguense a dejar que todo eso —el estrés, la actitud negativa, el sentimiento de inferioridad, la envidia, la condenación o lo que sea que emplee el Enemigo— sigan teniendo dominio alguno en su vida‚ su corazón y su emociones. Reprendan y resistan al Enemigo.

34. Tienen que esforzarse por entrar en ese gozo. Cuando el Enemigo los combata y trate de impedir que lo obtengan, luchen contra él con más ganas. El Enemigo no se quedará cruzado de brazos mientras ustedes se llevan Mi alegría. No; está decidido a mantenerlos desanimados, deprimidos y abrumados dándoles muchas razones por las que no deberían estar felices y llevar una vida alegre a Mi servicio.

35. Habrá obstáculos y se toparán con numerosas razones físicas y emocionales por las que les parecerá ilógico e imposible ser felices, estar relajados y sentirse libres. Pero no se concentren en ellas, ¡pongan los ojos en Mí! Concéntrense en el amor que me tienen y en que el amor que compartimos les permite ser partícipes de Mi gozo, paz, felicidad, fe, amor, perspectiva celestial y las muchas alegrías del Cielo mientras se remontan. Mi amor los libera de la necesidad de sentirse condenados, desanimados, estresados o experimentar cualquiera de esas emociones que matan la alegría, ¡porque Mi amor los ama a pesar de todo!

36. Mi amor los ama aunque se porten mal, lleguen tarde‚ se retrasen, pequen, sean poco amorosos o decepcionen a alguien. Mi amor nunca deja de amarlos, y lo que es más importante, nunca deja de tener fe en que la victoria está a la vuelta de la esquina, porque así es. Mi fe en ustedes, que se basa en el fundamento inamovible del amor que les tengo, me permite estar feliz aunque todo se vea bastante negro, porque sé que lo mejor está por venir y que al final saldrán adelante conmigo.

37. (Jesús:) Para contar con Mi gozo, es imprescindible que tengan más presentes las perspectivas eternas‚ que no permitan que detallitos por aquí y por allá influyan tanto en su felicidad y tranquilidad. De acuerdo con las perspectivas de la eternidad, ¡todo marcha bien! Miren‚ pues, con fe hacia el futuro, y así su presente también será mucho mejor.

38. Por ser humanos, a veces les parece que no pueden estar gozosos a menos que desaparezcan todos los problemas. En tanto que algo los preocupe‚ les roba la alegría y hace que les parezca que no pueden divertirse, sentirse libres o ni siquiera alegrarse de estar vivos. En cuanto surge algo negativo, se les pincha el globo de la felicidad y les parece que ya no pueden contar con él.

39. Sin embargo, Mi gozo espiritual tiene una base mucho más amplia. Yo me siento feliz durante las tormentas de la vida‚ porque sé que el sol sigue luciendo por encima de las nubes. Lo veo, sé que es así, pero ustedes no lo ven si no se conectan con Mi gozo. Yo les digo: «Oye, no tienes que quedarte ahí bajo la lluvia. Ven a volar conmigo, y te llevaré por encima de las nubes‚ donde ya no llueve, hace sol y hay alegría y libertad.» Si no lo aprovechan, si no me toman la palabra, la aceptan y obran en consecuencia, se quedarán atrapados en su dimensión física, donde el gozo es tan frágil y fácil de perder.

40. Por eso, deben resistir al Enemigo y su negativismo. Tienen que luchar contra la condenación y la depresión. Tienen que luchar por permanecer libres del estrés. Tienen que luchar por ver la situación como Yo en vez de ceder al complejo de inferioridad. Y luego, echar mano de Mi gozo actuando como si ya lo tuvieran. Avancen por fe al hacer todo lo que asociarían con una actitud alegre. ¡Disfruten de la vida! ¡Sonrían! ¡Alábenme! ¡Amen a los demás! Pásenla en grande sirviéndome y actuando como si fueran libres, y lo serán.

41. De hecho, Mi verdadero gozo es más auténtico que todas las dudas negativas que tanto se esfuerzan por sacarse de la cabeza. Son realidades opuestas, dos formas distintas de ver la vida, y pueden volcarse de lleno hacia una de ellas de modo que la otra casi ni exista. Si optan por vivir en el mundo de la felicidad y la libertad, nada de lo otro los afectará. Del mismo modo, si deciden habitar en las cavernas del pesimismo, Mi felicidad les parecerá tan lejana que será casi una fantasía. Cualquiera de las dos realidades les puede consumir la mente si se lo permiten.

42. Entonces‚ ¿por qué no vuelan conmigo y dejan que los aleje de todo lo que los haga desesperarse o dudar? Puedo cubrirlos con Mi manta de alegría, que no solo puede ayudarles a disfrutar de los muchos detallitos hermosos y amenos de la vida, sino que también puede aislarlos y protegerlos de todo lo malo de la existencia que tiende a arrebatarles su pequeño y frágil gozo terrenal.

43. Comiencen a buscar los detalles que pongo cada día en su vida para hacerlos felices, para brindarles placer, satisfacción y alegría. También hay cosas grandes, pero concéntrense primero en los detalles. Quiero verlos disfrutar de esos obsequios de Mi amor sin complejos de culpa, porque todos ellos forman parte del amor que les tengo. Quiero que se deleiten con cada bendición que les doy. Y también quiero inculcarles un gozo más perdurable, una felicidad más duradera que no dependa exclusivamente de lo terrenal.

44. La felicidad que les ofrezco se basa en la fe; ve más allá del presente y se deleita en la naturaleza eterna del amor que les tengo. Es la esencia de la cita que dice: «Si sabemos que Dios nos ama, sabemos que todo saldrá bien». Yo lo llevo un poco más lejos para que diga: «Si sabemos que Dios nos ama y que todo saldrá bien‚ no hay nada que pueda impedirnos gozar en grande de la vida viendo lo que nos tiene reservado Él, las victorias que nos dará y la felicidad que nos infundirá».

45. Mi gozo también se activa con la alabanza. Cuando se ponen a alabarme y elevan el corazón hasta los cielos con efervescente alegría, ello demuestra que han invocado Mi gozo y que viven de acuerdo a él‚ tengan ganas o no. Hay muchos aspectos de esta vida que se basan en la fe y en los que les pido que den el paso de tomar posesión del obsequio que les ofrezco, aunque no vean nada tangible. Este gozo es así. Si rechazan lo que destruye la alegría, sonríen y prorrumpen en alabanzas a Mí, se habrán vestido de Mi gozo y lo tendrán.

46. Pueden ser felices; les está permitido. Se les permite volver a gozar de la vida. Tienen permiso para vivir. Tienen permiso para tener esperanzas de cara al futuro aunque hayan hecho un desastre del presente. Tienen permiso para creer que los amo aunque les parezca que me han desilusionado. Tienen permiso para transmitir grandes medidas de amor‚ porque nunca se les acabará. Tienen permiso para divertirse y relajarse, porque es bueno y saludable para ustedes y me encanta que lo hagan. Y, algo muy importante: ¡tienen permiso para no tener que volver a escuchar jamás al Diablo ni dejar que les diga lo malos e inútiles que son! Nunca tienen que escuchar ese mensaje depresivo.

47. Mi gozo es un estado de ánimo, algo que ustedes mismos optan por adoptar y aceptar de Mí. No se despertarán con él por la mañana, a menos que el día anterior hayan hecho el esfuerzo de vestirse de él. Ni siquiera tendrán siempre ganas de exhibirlo. Puede que su cuerpo y mente estén tristes, y si se quedan cruzados de brazos y sumidos en esa tristeza, esperando a que Mi gozo les caiga encima como un rayo, no les caerá. Tienen que buscar esa felicidad y alegría.

48. En ese sentido es como la fe. La fe no los invade así como así; tienen que esforzarse por cultivarla. La edifican mediante la lectura de la Palabra y esforzándose por creer. Luego pueden dar el paso de fe de ponerla en acción aunque no estén seguros de sentirla. Saben que está presente y me ponen a prueba.

49. Lo mismo pasa con Mis promesas sobre el gozo; ¡Mi gozo está a su disposición y pueden ser libres y felices! Pueden recibirlo en cualquier momento y llevarlo consigo el resto de su vida. Es así como espero que vivan en todo momento. Pero no se dejen guiar por los sentimientos, porque en esa tierra de la carne, Mi gozo a veces queda oculto. Pongan los ojos en el plano espiritual, y los pondrá en libertad. (Fin del mensaje.)

50. (Mamá:) ¡Qué promesas tan maravillosas! Y ahora quiero que hagan una pausa y mediten en ese mensaje. Reléanlo si es necesario. Son promesas de nuestro Esposo. Las hace en serio, ¡y quiere que le tomen la palabra y le exijan que las cumpla! Quiere que sean felices. Y no hace falta que nada cambie en sus circunstancias para que comiencen a ser felices. Lo único que tienen que hacer es aceptar el gozo, el alivio y el aliento que quiere darles‚ aceptar Sus promesas, invocarlas y cambiar de perspectiva. Es algo que puede ocurrir instantáneamente, en cuanto extiendan la mano con fe y crean.

51. Claro que la victoria completa no se obtiene de golpe y porrazo, y tendrán que efectuar otros cambios a largo plazo a fin de vivir más plenamente el gozo del Señor y erradicar por completo algunas actitudes que se han vuelto parte de su personalidad y que destruyen el gozo del Señor. Por ejemplo‚ tienen que aprender a mantenerse libres del estrés, por mucho que tengan que hacer‚ o a darse cuenta de que se dejan motivar por el afán de alcanzar logros y deben reorganizar sus prioridades, o reconocer que tienden a caer en condenación y cederle fácilmente al Enemigo su alegría.

52. Esos son algunos aspectos que el Señor mencionó de pasada‚ y voy a recopilar más consejos del Señor para dejar al descubierto algunas de las tácticas que emplea el Enemigo para robarles el gozo, las fuerzas, la satisfacción, la comodidad y la felicidad. Pero no tienen que esperar a recibir más instrucciones para aceptar el gozo del Señor y Su perspectiva de la vida. ¡Pueden obtenerlos ya, hoy mismo‚ con tan solo pedírselo e invocarlo! Luego, poco a poco, dejen que les hable y les señale lo que les roba el gozo o lo que deben cambiar. Permítanle que trabaje con ustedes.

Heridas de guerra

53. Un tema relacionado es el de las heridas de guerra. Es frecuente que después de pasar por una época muy difícil, intensa o ajetreada como soldados en el ejército del Señor les queden algunas heridas de la batalla. El Señor quiere explicar este concepto para que aprendan a reconocer sus heridas de guerra y para que Él pueda darles curación espiritual. Creo que solo leer lo que piensa el Señor al respecto y aceptarlo infundirá mucha más alegría a su vida. Estarán más animados y tranquilos y tendrán más fuerzas para hacer lo que haga falta por Jesús. A medida que obedezcan la instrucción del Señor y reciban curación para sus heridas, se fortalecerán más que nunca y habrá menos acontecimientos negativos que traten de robarles su gozo.

54. Cada uno de nosotros pasa por temporadas en las que tiene que librar batallas intensas‚ ya sea en el plano físico o en el espiritual, y de esos combates se sale con algunas heridas. El Señor ha dicho que esas heridas se definen como lo que han sufrido en esa batalla en particular. Pueden ser heridas espirituales o físicas. Son penas, pérdidas y dificultades que hayan afrontado y tengan que ver con cierta batalla en particular, con haber pasado por un periodo intenso de combates espirituales o una temporada muy estresante en el trabajo o el Hogar. Son asuntos que quizá habrían tenido otros resultados si no les hubiera tocado combatir tanto en una determinada batalla.

55. Seguramente todos tienen aspectos de su vida en los que necesitan sanarse de heridas de guerra; no es nada de que avergonzarse. Si bien el Señor quiere que llevemos una vida lo más equilibrada posible, y ha dado mucha instrucción para no irse al extremo en ningún sentido, comprende que a veces nos resulta imposible prestar la misma atención a todos los frentes, por lo que a veces sufrimos pérdidas, o quedamos heridos, quizá porque no pudimos ocuparnos de todo tan bien como deberíamos.

56. Por ejemplo, quizá durante una batalla de persecución se fortalecen espiritualmente, o sus ovejas y benefactores se fortalecen ya que ustedes se ven obligados a transmitirles el alimento sólido de la Palabra para responder a sus interrogantes. También se testifica mucho en masa con los medios de comunicación. Pero quizá se descuida el aspecto de la organización del Hogar, o ciertas necesidades personales de algunos. Quizá todos estén muy ocupados y en su Hogar no haya el equilibrio que debería haber. Una vez que pasa el temporal mediático o que comienza a amainar la persecución, deben darse cuenta de que hay otros aspectos que necesitan más atención y curación. Esos frentes que sufrieron o que necesitan más atención son heridas de guerra.

57. O a lo mejor durante los últimos años de la reestructuración se han entregado de lleno a organizar el Hogar, a elegir su consejo directivo, cumplir los criterios‚ invertir en sus hijos y en todo lo que había que hacer. Quizá ahora se sientan algo agotados y tengan inquietudes que han dejado a un lado y les ha costado plantear al Señor para que les dé respuestas y fortalezca su fe en la Palabra, ya que hasta sus ratos de Palabra se han centrado en las necesidades inmediatas del Hogar y el trabajo. Esas preguntas que no han podido plantear al Señor para que les dé soluciones, y el agotamiento espiritual, son heridas de guerra.

58. Es importante que tengan presente este principio en su vida cuando pasen por una temporada muy intensa o de mucho ajetreo, por la razón que sea. Cuando empiecen a cambiar las circunstancias, deténganse a preguntar al Señor si han sufrido heridas de guerra, si hay algún frente de su Hogar o su vida que necesite más atención. A continuación‚ hagan un esfuerzo por aminorar la marcha y prestar atención a esos asuntos‚ por pedir al Señor curación para esas heridas y reequilibrar su vida.

59. Si no lo hacen, esos aspectos se convertirán en debilidades. Por ejemplo, si tienen que mudarse de casa, es muy probable que todos tengan que arrimar el hombro y trabajar a plena dedicación. Quizá en el caso de un matrimonio tengan que estar separados de su cónyuge por una temporada a fin de buscar casa, cuidar de los niños y ocuparse de todos los quehaceres. Cumplen la voluntad del Señor y Él cuida de los dos, pero cuando vuelvan a juntarse, deben darse cuenta de que es posible que su matrimonio haya sufrido algunas heridas de guerra, y que quizá deban esforzarse más por volver a conectarse con su pareja, hacer cosas juntos en sus ratos libres, etc. De lo contrario, esos asuntos delicados, o el distanciamiento que se produjo, podrían empeorar y hacer que perdieran la fe para seguir casados.

60. Otro ejemplo tiene que ver con los niños. Digamos que pasan por una temporada de mucha actividad mientras se preparan para celebrar un campamento o retiro; durante ella sus hijos tienen que pasar más tiempo con otras personas y cuando están con ustedes no les dan tanta atención provechosa, porque no se concentran en ellos, sino en los preparativos para el encuentro. Es normal que no puedan concentrarse en todo a la vez, pero una vez que termine el campamento, tienen que detenerse y darse cuenta de que no pueden seguir al mismo ritmo. Deben pasar más tiempo con sus hijos para demostrarles cuánto aprecian que fueran buenos soldados durante ese par de semanas. De ese modo el Enemigo no podrá aprovecharse del asunto para debilitarlos o hacer que se sientan dolidos.

61. En la guerra se sufren heridas. Nos pasa a todos. Son parte de la vida del soldado. El Señor nos honra por nuestros sacrificios, y al describir esas cosas como heridas de guerra, hace que les resulte más fácil reconocerlas, no avergonzarse de ellas, pedir ayudar y oración a sus seres queridos y tomar las medidas que les indique para sanarse.

62. El Señor quiere sanar sus heridas de guerra. Quiere fortalecerlos, y parte de ese fortalecimiento supone reconocer esas heridas. Él dio el siguiente mensaje con relación a los últimos dos o tres años, que han sido muy intensos para todos y han traído consigo más trabajo y hasta más batallas espirituales. El Señor nos ha exigido mucho a cada uno‚ y yo sé que lo han sentido. Se han visto metidos en intensos combates y han trabajado mucho para fortalecerse, cumplir los criterios, formar equipos ganadores y todo lo demás. Por eso, es comprensible que hayan sufrido heridas o haya aspectos en los que necesiten curación.

63. (Jesús:) Es posible que al ver la expresión heridas de guerra a algunos les parezca que no es más que una nueva etiqueta para los fracasos o los aspectos en los que se han quedado cortos o perdido el equilibrio. Si quieren verlo desde esa perspectiva, hay algo de verdad en ello y es sumamente desalentador. Sin embargo, Mi forma de verlo es que si se estaban entregando de lleno a la ofensiva general de guerra‚ para la cual hacía falta ayuda con urgencia, seguramente no podían concentrarse en todo a la vez y algunos aspectos de su vida quedaron desatendidos. Esos frentes que salieron perjudicados son sacrificios que hicieron para ganar la batalla que libraban.

64. También hay algunos que han resultado heridos por otros y en algunos casos ha sido porque esas otras personas se estaban entregando de lleno a la batalla y no se dieron cuenta de que de vez en cuando los golpeaban a ustedes y les causaban heridas. Eso también es consecuencia de la guerra.

65. Todo eso son heridas de guerra. Son aspectos en los que quizá podrían haber obrado mejor, pero no tuvieron tiempo para intentarlo. O quizá se trate de cosas que habrían hecho de otro modo en una temporada menos intensa, y como estaban en pleno combate, les resultaba difícil atender rápidamente esos asuntos. En situaciones excepcionales, aunque todos hagan lo mejor que puedan, igual se sufren a veces daños secundarios.

66. Así lo veo Yo, Mis amores, y si adoptan Mi perspectiva, creo que estarán mucho más animados y tendrán plena fe para invocar curación de esas heridas‚ pues se darán cuenta de que en realidad no fueron culpa de ustedes. Les estoy dando el beneficio de la duda al decir que si no hubieran tenido que concentrarse en la campaña de guerra seguramente serían más fuertes en esos aspectos al haber podido dedicarles más tiempo. Si no hubieran concentrado sus ataques en un frente principal, seguramente no se habrían dejado desprotegido el brazo‚ el costado o la pierna, y no habrían sufrido esas heridas.

67. Quiero que vean que no los juzgo por los aspectos de su vida que se han debilitado o por las heridas que han sufrido, aun si esas heridas se debieron a que son un poco orgullosos, o a susceptibilidad o a que no pasaron suficiente tiempo conmigo. No es que estuvieran holgazaneando; es que estaban combatiendo con empeño y sencillamente no podían hacerlo todo a la vez, y por eso tomaron una mala decisión por aquí o por allá. No importa, Mis amores. ¡Son humanos! ¡En general lo han hecho de maravilla!

68. Si pueden creer estas palabras, tendrán mucha más fe para evaluar su vida, ver las heridas que puedan haber sufrido y no avergonzarse de ellas. Dense cuenta de que todos sus compañeros, cada persona que haya luchado, ha sufrido heridas similares. Quizá fuera en otras partes de su espíritu, pero todos han resultado heridos, y no tienen que avergonzarse de ello. ¡Quítense la ropa de combate, acudan a las piscinas de curación que he construido y recuperen la salud!

69. Y‚ amores Míos, quiero que se miren unos a otros con los mismos ojos de fe y admiración con que Yo los veo a ustedes. Si han tenido un desencuentro con alguien y no ven que entre en razón, comprendan que es muy posible que sea porque no ha tenido tiempo de concentrarse en ello por haber estado también muy ocupado librando una gran batalla. Si alguien no les ha dicho algo que creen que debería decirles, o no les consultó alguna decisión en que deberían haber participado, o alguien hizo algo que los ofendiera muchísimo, véanlo desde una perspectiva un poco distinta y miren cuánto se ha esforzado en otros sentidos. Denle el beneficio de la duda, piensen que seguramente ha dado todo de sí para salvar a la Familia, lo mismo que ustedes, y que hubo ciertos frentes en los que no se pudo concentrar porque si hubiera tratado de hacerlo todo a la vez no habría hecho nada bien. Cada uno de ustedes sin excepción ha sufrido heridas por tener que concentrarse en la guerra y, por ello, tener que descuidar otras cosas.

70. Si ven más como Yo las desavenencias, las faltas y las debilidades, tendrán mucha más compasión y comprensión. En vez de ofenderse con alguien por lo que haya hecho, querrán acudir a él y ayudarle a curar sus heridas. Querrán besarlo‚ amarlo y hacer las paces, sabiendo que estaba haciendo todo lo que podía por Mí, igual que ustedes, y que mientras luchaban lado a lado para salvar el Reino, sin querer agitó la espada demasiado cerca de ustedes y les hizo un corte en el hombro. No fue su intención herirlos, como tampoco era la de ustedes herirlo a él. Es una herida de guerra.

71. Mis amores‚ si pueden ver el asunto de esa forma, tendrán mucha más fe en la curación, el progreso y los cambios, y esa actitud de humildad y fe contribuirá mucho a unirlos y sanar las heridas del pasado.

72. Este es, pues, un llamado general a poner todas las heridas, distanciamientos o debilidades en la categoría de las heridas de guerra y a dejar que Yo ayude a sanarlas. No serán perfectos; siguen siendo soldados que luchan a muerte, y siempre sufrirán heridas en las batallas. Pero pueden seguir viéndolas como tales y tener la fe para descubrirlas a sus colaboradores y dejar que les ayuden a vendarlas y limpiarlas. Pueden pedir ayuda a sus pastores‚ sabiendo que entenderán. Pueden ver con compasión las heridas que hayan sufrido otros y acudir presurosos en su auxilio cuando pidan ayuda en vez de enojarse con ellos.

73. Dense cuenta de que solo pueden concentrarse en una cantidad determinada de cosas cada vez, y cuando tienen el corazón recto ante Mí y libran batallas por la Familia, o por los integrantes de su Hogar, o por sus hijos, sus ovejas, la obra o el frente que sea al que se dedican de lleno, me doy cuenta de lo que queda descuidado y se convierte en una herida de guerra. Les encantaría atender esos asuntos si pudieran‚ pero solo tienen dos manos y hacen lo mejor que pueden. Así deberían verlo ustedes también.

74. ¿Los tranquiliza más este mensaje? Debería hacerlo. Los amo y deseo sanar sus heridas. También quiero que ayuden a sanar las de los demás. La curación está a la disposición de todos, ahora y para siempre, por medio de Mí, de la humildad, el amor y el perdón. (Fin del mensaje.)

*

75. (Jesús:) Cuando hablo de heridas de guerra, me refiero en concreto a los aspectos en que se habrían desempeñado mejor si no hubieran estado tan ocupados haciendo lo que les pedí para salvar a la Familia, o sacrificándose por Mi obra. Hay debilidades que se pueden considerar heridas de guerra, porque estaban haciendo lo mejor que podían y no les fue posible ocuparse de todo. Y hay otras debilidades que todos tienen y que saben que deberían superar‚ pero todavía no están dispuestos a hacer los sacrificios necesarios, a esforzarse por cambiar, tener la humildad de pedir ayuda o renunciar a sus vicios, según el caso.

76. Tengan en cuenta, amores Míos, que deseo que su vida sea lo más equilibrada posible. Esa es Mi voluntad. No obstante‚ si se presentan ocasiones en las que deben concentrarse intensamente en algo, cuando les pido más en algún sentido, tómense un tiempo para escucharme, evaluar la necesidad, consultar con su Hogar y sus pastores y ver que se ocupan de la necesidad sin descuidar los demás aspectos importantes. Y una vez que cuenten con Mi bendición y confirmación de Mi voluntad, pueden confiar e invocar Mis promesas de que gasten lo que gasten, se lo repondré.

77. Les digo esto de las heridas de guerra porque quiero que sepan que entiendo que su vida no goza de un equilibrio perfecto en todo momento y que parte de llevar una vida sana consiste en aprender a recuperar el equilibrio en diversos aspectos con la mayor frecuencia posible. No quiero que se condenen si a veces tienen un desequilibrio en algunos frentes. ¡Quiero que se sientan aliviados, tranquilos y motivados a obrar mejor que nunca! (Fin del mensaje.)

78. (Jesús:) En ciertos sentidos, las heridas de guerra son simplemente un efecto secundario de una temporada de mucho ajetreo. Las heridas sufridas en batalla son parte de su vida. Son soldados, y los soldados resultan heridos en las batallas, y para ganar una guerra hay que librar muchas batallas.

79. Tienen que aprender a solicitar curación. Aprendan a darse cuenta cuando resultan heridos. Les digo que es inevitable sufrir heridas de guerra porque a veces es así. No siempre las causan el pecado, la desobediencia o el orgullo, sino la imperfección, no poder hacerlo todo a la vez. Es propio de la naturaleza humana.

80. Seguramente siempre tendrán heridas que curar; es parte de combatir en Mi ejército. Quiero que se esfuercen por buscar ayuda para curar sus heridas cuando noten que las tienen‚ sabiendo que le pasa a todo el mundo.

81. Quiero que cada uno busque el equilibrio en su vida, aunque no pueda conservarlo en todo momento. Es imposible tener siempre un equilibrio perfecto, y no importa. Lo comprendo. Lo peligroso es dejar de darse cuenta de que algo anda mal‚ pensar que la falta de equilibrio son cosas de la vida y seguir así cuando ya no hace falta. Este es un punto importante que quiero que entiendan con este mensaje. Después de pasar por una temporada muy intensa‚ examinen sus heridas y estudien cómo las pueden sanar. (Fin del mensaje.)

Exhaustos y heridos, pero fortalecidos

82. (Mamá:) Si han sentido el rigor de la batalla en los últimos dos años —y seguramente todos lo han sentido—, y se dan cuenta de que tal vez tengan algunas heridas que necesitan sanar, se preguntarán si realmente se han fortalecido, o si no estarán más débiles. El Señor dijo que el año pasado fue el del fortalecimiento, pero para la mayoría fue un año de combates intensos y prolongados. Así que cómo pudimos fortalecernos en medio de batallas tan candentes. Esta fue Su alentadora respuesta:

83. (Jesús:) Mis entrañables hijos, deben andar por fe, piensen lo que piensen de sí mismos o de sus heridas de guerra, independientemente de cuántas tengan, lo profundas que sean o lo agotados que los haya dejado el combate. Tengan fe en que soy fuerte en ustedes, y no solo eso‚ sino en que Mi fortaleza se ha perfeccionado aun en las heridas que han sufrido.

84. Tienen que aferrarse a la verdad de Mi promesa, que dice que Mi poder se perfecciona en la debilidad, aunque hayan salido malparados en el campo de batalla. Aunque flaquearan y cayeran, fue precisamente entonces cuando se fortalecieron, porque clamaron a Mí y les di la ayuda que necesitaban para seguir adelante.

85. Cada uno de ustedes ha vivido muchas experiencias. Ha sentido los embates del Enemigo en cada combate. Ha tenido que hacer sacrificios que quizá le dieran la impresión de debilitarlo en vez de fortalecerlo. Tuvo que darlo todo para ganar esta etapa de la guerra por la salvación de la Familia, y quizá al final se pregunte si no estará más débil que nunca.

86. Mis amores, han sufrido muchas heridas en combate, y veo cada una de ellas. Pero que hayan resultado heridos no significa que ahora estén más débiles que antes. Las heridas cicatrizan, y en el plano espiritual pueden sanarse por completo y convertirse en puntos fuertes. Todos los aspectos de su vida que han sufrido en la guerra y en los que en efecto han salido heridos y se han debilitado temporalmente sanarán, y esa curación les infundirá todavía más fuerza y resistencia.

87. Soy capitán y soldado y sé motivar a Mi ejército, tanto en la Tierra como en el mundo espiritual para que gane la batalla. Pero también soy su sanador y consolador. Ahora hay tiempo para sanar cada herida, para verter sobre ustedes el bálsamo de Mi consuelo, aliento y fortaleza, a fin de lavarlos, limpiarlos y purificarlos de todo lo que los haya afectado negativamente.

88. Amores Míos, no se preocupen pensando que tantos combates y heridas les hayan provocado daños irreparables, porque si lo fueran Mi poder sería bastante insignificante.

89. Son Mis amadas, Mis esposas, Mis amores a quienes quiero y tengo en gran estima. Con cada debilidad que han tenido que padecer para ganar una batalla les he prodigado bendiciones espirituales para recompensarlas. No permito que sufran innecesariamente, sino que las premio y fortalezco por ello. Las fortalezco con Mi poder y ungimiento. Aunque piensen que no están más fuertes y quizá no se sientan así en el plano natural, acéptenlo por fe‚ porque se lo he prometido. Gasten lo que gasten, Yo se lo pagaré. Y ese pago, amores Míos, será el ungimiento y el fortalecimiento que necesitan para seguir adelante.

90. Si fuera cierto que los combates no hicieron más que debilitarlos, hace tiempo que habrían perecido. Las batallas que afrontan los fortalecen, no los debilitan. Están más fuertes porque se ven obligados a invocar Mi fuerza en ustedes para seguir adelante, y Mi fortaleza es enorme, es perfecta‚ fortalece por entero y es todo lo que necesitan.

91. Mis amores, no se inquieten por las muchas batallas que les ha tocado librar, ni siquiera por las que todavía no terminan y deben seguir librando; pongan los ojos en Mí para que les dé fuerzas, hagan descender Mi ungimiento, e irán de poder en poder. Son soldados espirituales fuertes, da igual lo que sientan en lo físico. Espiritualmente se lucen para Mí, por muy sucios que piensen que los han dejado los combates. La mugre que se les han pegado en la guerra no les resta valía ni los convierte en soldados incompetentes; les añade valía y los convierte en combatientes destacados.

92. Es normal que después de una batalla larga e intensa sientan mucho agotamiento y no estén seguros de si podrán recuperarse. Es normal que piensen que por estar tan exhaustos jamás podrán seguir adelante y ni siquiera luchar como antes. Pero tengan fe, Mis amores; fe en Mi palabra, en que doy vigor al cansado y multiplico las fuerzas a quien no tiene ninguna. Yo soy su fortaleza.

93. Cada vez que se sintieron débiles, Yo fui su fortaleza. Cada vez que sintieron dolor o sufrieron, Yo fui su fortaleza. Sus fuerzas provienen de Mí, y nunca dejaré de ser fuerte en ustedes. No permitiré que las batallas que libran por Mí les causen daño alguno, en tanto que pongan los ojos en Mí para limpiarse y curarse de sus heridas. Esto los fortalecerá, Mis amores, porque es un principio espiritual que he establecido y una promesa que les hago. Se fortalecen mediante la debilidad, y mediante las batallas obtienen fortaleza espiritual.

94. Confíen en que hoy son más fuertes gracias a las batallas que han librado. Aun sus heridas redundarán en bien si acuden fielmente a Mí para que las cure y limpie. La parte de piel donde tienen una herida que después se sana queda más resistente‚ de modo que cuantas más heridas tengan, más resistente se les volverá la piel. (Fin del mensaje.)

95. (Jesús:) Aunque hayan pasado por el fuego y les parezca que no pueden decir que han salido «sin olor a humo», sepan que la fragancia que asciende hasta Mi trono no es el olor a humo, sino el delicioso incienso de los que han entregado la vida en servicio a Mí y a su Familia. El poder de las llaves ha convertido el aparente olor a humo en una deliciosa fragancia que brota únicamente de quienes se consumen totalmente como una vela a fin de alumbrar el camino a otros.

¡El año del jubileo!

96. (Mamá:) Recordarán que el pueblo judío de los tiempos bíblicos celebraba cada cincuenta años un año de jubileo. (Lev.25.) En ese año se ponía en libertad a los esclavos. El Señor habló hace poco y dijo que ha llamado a este un año de jubileo, porque quiere librarlos de toda carga que lleven y sofoque o apague el gozo que Él quiere darles.

97. (Jesús:) Este será un año de curación. Será un año en que todas las cualidades que he infundido a su vida en los últimos años de guerra comenzarán a manifestarse como las perlas de gran precio que son.

98. Es un año de jubileo, en el que se liberarán los esclavos de la presión. Asimismo, los que lleven pesadas cargas, encontrarán Mis fuerzas para aligerarlas. Un año de jubileo en el que quiero dejar atrás el pasado y empezar de nuevo. Un año de jubileo en el que cada uno puede recobrar en el corazón el gozo de su salvación, la sencilla alegría de saber que no hay nada que Mi poder y amor no pueda sanar y enmendar. Un año de jubileo para celebrar la paz que supera todo entendimiento y hace descender de Mi trono todo lo que necesiten y deseen.

99. (Mamá:) El Señor dio ese mensaje en abril de este año. Cuando le preguntamos a qué se refería al decir «este año», nos animó con las siguientes palabras:

100. He dispuesto que este año sea de jubileo, pero no tardarán un año en llegar a ese punto. Pueden obtener esa liberación instantáneamente y dedicar el resto del año a sanarse y regocijarse en lo que les he dado y en la liberación que les he concedido. Al decir «este año», me refiero que en este instante, hoy mismo, este año, verán y notarán la diferencia. Pero si en algún otro momento necesitan otra vez el don de la libertad y el jubileo, pídanmelo. Vine al mundo y morí por ustedes para liberarlos, y la libertad es uno de los dones que más me gusta dar. Esa fue una de las razones principales por las que adopté el cuerpo humano, me hice hombre y padecí una muerte humana; para ponerme en el lugar de ustedes. Pagué el precio y nunca más tendrán que volver a ser esclavos.

101. Si bien este año será singular en el sentido de que muchos verán y sentirán la diferencia, nunca tienen que estar en cautiverio ni un día más de lo que quieran. Cada vez que claman a Mí les ofrezco liberación. Liberarse de la condenación, de las adicciones, del estrés, de estar atados al qué dirán, del descontento, de las penas y el dolor, del desaliento, e infinidad de cosas más, amores Míos. Morí para ponerlos en libertad y nada me brinda más placer que liberarlos de los medios de los que quiere valerse el Enemigo para hacerles daño o mantenerlos alejados de Mí. (Fin del mensaje.)

102. (Mamá:) Pedí al Señor que nos hablara más de este año de jubileo, y dijo lo siguiente:

103. (Jesús:) Este ha sido un año de guerra. El año entrante también tendrá sus batallas, pero serán otras. Este es un momento de liberarse de la presión espiritual bajo la que han trabajado muchos. Una guerra tiene sus momentos decisivos, batallas decisivas en las que un bando toma ventaja y cambia el rumbo de la guerra. Los combates no cesan, pero cambia la actitud de los que han adquirido ventaja. Se renueva su determinación. El temor y la ansiedad que provoca el peligro de derrota y destrucción inminentes desaparecen y quedan reemplazados por una motivación renovada, aliento‚ espíritu de esperanza y la victoria que se vislumbre en el horizonte.

104. En ese punto se encuentra la Familia. Todavía no ha aplastado al Enemigo, pero propina cada vez más derrotas a sus fuerzas. Ha contenido los avances de estas y lo está obligando a retroceder. Ha llegado el momento de volver a formar filas y atacar; no con la ansiedad provocada por el desespero de antes, sino con confianza combativa en que aplastarán por completo al Enemigo.

105. Este será un año de curación. Un año en el que los integrantes de la Familia se sanarán a medida que aprenden a olvidar los errores del pasado, tantos los propios como los ajenos. Algunos de esos errores y fracasos fueron en parte los causantes de que el ejército estuviera a punto de ser derrotado‚ pero ha llegado el momento de dejar todo eso atrás y esforzarse por sanar las heridas de los demás y las propias.

106. Como en la visión de Ponte en la brecha (CM 70), lo que cambió el rumbo de la batalla fue dejar todo lo demás de lado para luchar unidos contra el enemigo común. Aunque todavía queda trabajo por hacer para asegurar la victoria definitiva, la tensión y agotamiento que sufrieron, el debilitamiento provocado por la falta de unidad que hacía peligrar su misma existencia, están siendo sustituidos por un poder y una motivación renovados que les garantizarán la victoria a lo largo del próximo año.

107. Esta es la curación de la que hablo. Todos han fallado en algún sentido; todos han sufrido heridas o pérdidas en esta guerra. Pero cada integrante de este ejército debe dejar todo eso atrás. Así como las lluvias de purificación y curación se llevaron la suciedad y el hollín en la visión de la brecha, también las lluvias del perdón y la unidad en Mí deberán limpiar la suciedad y las cenizas de los errores, fracasos y males del pasado. Esta es la curación que ahora puede brindar a cada uno el poder que necesita para terminar la batalla.

108. En el año del jubileo se perdonaban las deudas y los males cometidos y se liberaba a los esclavos. Mis hijos estaban esclavizados por la presión de la vida y los logros. Muchos han batallado larga e intensamente y se han sometido a combates más encarnizados de lo necesario, porque se han puesto a sí mismos bajo la esclavitud de sus propias fuerzas y han tratado de medir el amor que me tienen por la importancia de sus obras.

109. Hay una gran diferencia entre trabajar con empeño y esforzarse empeñosamente, así como no es lo mismo estar cansado o incluso exhausto físicamente y agotarse en espíritu. No es que este sea el año de deshacerse de todo el trabajo, pero sí es el año de deshacerse de las cargas‚ el estrés, el agotamiento y la sensación de presión que generan la falta de motivación, la desesperanza y la impotencia. Es hora de que se libren de pensar: «Esto es lo que tengo que soportar para servir a Jesús».

110. Pueden pasar por pruebas y batallas, pero si han perdido el gozo de su salvación‚ eso significa que me han perdido de vista, que no ven la razón por la que viven por Mí. Muchos han perdido de vista la razón por la que están acá. Consideran que su trabajo es lo más importante. Eso les quita el gozo y el entusiasmo por la vida, porque si bien trabajar de corazón por Mí tiene su finalidad, cuando ese trabajo se vuelve más importante que Yo pierde Mi bendición y se convierte en algo vacío e insatisfactorio.

111. Quiero devolver a cada uno el gozo de su salvación. ¿En qué consiste ese gozo? ¿Recuerdan la última vez que lo sintieron? ¿Fue alegría por las muchas y magníficas obras que llevarían a cabo por Mí y las horas interminables que dedicarían a ello? Cuando me conocieron‚ ¿los invadió el éxtasis porque a partir de entonces podrían recaudar montones de dinero y convertirse en una potencia económica? ¿Se sintieron en la gloria porque todas las cargas y preocupaciones de la vida y de esforzarse por mantener a su familia les llenaron el corazón y la mente de una felicidad que no se podía expresar con palabras?

112. ¿O no los invadió más bien el profundo y perdurable conocimiento de que habían llegado a casa, de que habían descubierto algo más auténtico que todo lo que habían conocido hasta entonces? ¿No se sintieron tan amados que no les importaba nada más, que querían quedarse ahí conmigo para siempre?

113. ¿Es posible recuperar ese gozo profundo y perdurable? Con tantos afanes de la vida como los agobian, ¿pueden tener esa paz que sobrepasa todo entendimiento? ¿Pueden encontrar la sencillez que les permite ver más allá de las circunstancias del momento y alabarme con una felicidad auténtica? No solo es posible, sino que es imprescindible para salir adelante en los tiempos venideros.

114. Para muchos de los de la segunda generación, este concepto de recobrar el gozo de su salvación es algo difícil de comprender‚ porque eran demasiado pequeños en el momento de salvarse para recordarlo ahora. A tan corta edad no tenían la vida tan llena de preocupaciones y presiones. Cuando me aceptaron eran tan pequeños que apenas si había diferencia entre el antes y el después.

115. A Mis esposas de la segunda generación que no han comprendido de lleno la profundidad y anchura del gozo de su salvación les ofrezco ahora la oportunidad de pedirme que las llene con una experiencia así. Y a quienes lo han experimentado pero hace tiempo que han olvidado su poder y su impacto‚ pídanmelo y volveré a llenarlos de ese gozo inefable (1Pe.1:8).

116. Es un gozo que no depende de otras personas‚ ni de ninguna cosa‚ posición o circunstancia. Pueden sentirlo cuando todo vaya de maravilla y cuando afronten lo que más temen. Elimina las presiones de la vida‚ sean cuales sean los pesos que amenazan con oprimirlos y aplastarlos.

117. Vean cada inquietud y preocupación como algo que sacan de la habitación, aunque solo sea por un instante. Desháganse de todo eso e imaginen que me ven por primera vez. No hace falta que entiendan todas las verdades espirituales profundas, los requisitos para ser discípulo o lo que exijo. Solo saben que los envuelve una sensación de amor y aceptación totales e incondicionales.

118. No hay nada que demostrar, nada que hacer, nada que decir. Lo único que pueden hacer es dejarse dominar por esa sensación de aceptación total. Ni siquiera tienen que pensar en lo que son o en su apariencia. No se perciben a sí mismos en lo más mínimo. Ese es el amor que les tengo. Ese es el amor que los salvó, no depende para nada de ustedes. Ese es el gozo de su salvación.

119. Es cierto que tienen que trabajar. Tienen que asumir obligaciones y pasar por pruebas. Los afanes de esta vida seguirán presentes. Pero si quieren mantenerlo todo en su debido lugar, tienen que aferrarse a este gozo, al conocimiento de que en última instancia son Míos, de que los acepto incondicionalmente y Mi amor por ustedes puede anular toda falta, fracaso y error. Mi amor quiere retirar las cargas que sobrellevan a duras penas. Mi amor ansía liberarlos de los lazos con los que se atan a sí mismos.

120. Sin embargo, Mi amor solo puede hacerlo si aceptan Mi ayuda. No puedo forcejear con ustedes, inmovilizarlos contra el piso e insistir que se detengan y se concentren en el gozo de su salvación. Les tiene que nacer del corazón‚ deben desearlo ustedes mismos. Cuando lo hacen, vuelven a ver en su debida dimensión todas las preocupaciones, los afanes y el estrés de la vida. Les devuelve esa sencilla confianza para que se deshagan de ese espíritu apresurado de Satanás, que siempre trata de meterles prisa‚ porque sabe que si hacen una pausa y recobran ese gozo, aunque sea por un instante, quedará derrotado.

121. Aprender a recobrar esa perspectiva y ese gozo a como dé lugar les ayudará a trabajar con empeño, a divertirse en serio y a disfrutar de la vida. Habrá momentos difíciles, pero no pueden consentir que esos momentos les dominen el corazón y la mente. Cuando esté a punto de suceder eso, en sus pensamientos y su corazón estará siempre presente este recordatorio: basca con que vuelvan por un instante a entender el amor que les tengo.

122. Muchos son esclavos de complejos de culpabilidad y de castigo, pero esos no son Mis caminos. ¿Quién es el autor de la culpabilidad? ¿Quién es el acusador de los santos? ¿Quién se fija en la ley? ¿Me describió así Pablo? ¿Dijo acaso que la ley y el castigo llegaron a través de Jesucristo? ¿O fueron más bien la gracia y la verdad? (Juan 1:17.) Yo traje la verdad que los hace libres, así como la gracia, que es un regalo incondicional de Dios para todos los que acepten Su felicidad.

123. Yo enseño, instruyo y hasta disciplino pero, ¿qué es lo que me propongo en todo momento? ¿Instruyen ustedes a sus hijos para hacerlos sufrir? ¿Los educan para que los teman? ¿Los disciplinan para castigarlos por sus equivocaciones y hasta por fechorías descaradas? Si realmente los aman como Yo a ustedes, responderán que no a cada una de esas preguntas. La idea es conducirlos a lo bueno, porque el amor que les tienen solo tiene por objeto infundirles la mayor felicidad posible, la mayor fortaleza y capacidad posibles, para que obtengan bendiciones sin límites. No son castigos; es amor incondicional.

124. He dicho muchas veces que la naturaleza del mundo —donde reina Satanás— es lo contrario de este amor perfecto. La mente y el razonamiento de ustedes se rebelan por orgullo contra este amor. Aspiran a sufrir por sus fracasos, porque solo así pueden aparentar ser fuertes por naturaleza y justificarse. Aun ahora muchos adoptan esa mentalidad sin darse cuenta.

125. En vez de acudir a Mí, presentarme sus fracasos y contemplar Mi rostro, lamentando que fallaron a pesar de haber intentado‚ para luego dejar que los perdone y les indique una solución mejor, a muchos les parece que deben aguantar y sufrir pérdidas y dolor por sus errores y hasta por sus arrebatos obstinados. En cambio, si aceptaran el amor y el perdón que les ofrezco, aprovecharían ese tiempo y energías para aprender a actuar mejor la próxima vez.

126. ¡Cómo anhelo librarlos de las ataduras de las obras! Cuánto ansío brindar a cada corazón la liberación total que he prometido en este año de jubileo. Ello transformaría a Mi Familia en un pedacito de Cielo en la Tierra. Sin embargo, para aceptar ese amor y perdón incondicionales, y luego dar el paso de seguir adelante lo mejor que puedan, deben tener la humildad de espíritu que les permita aceptar un don que supera lo que la mente les dice que es posible.

127. Es la llave que abre la puerta a la libertad de la esclavitud mental. No les cuesta nada, y a la vez cuesta todo, porque aceptarla equivale a aceptar que me lo deben todo; su voluntad, su lengua, su cuerpo y su espíritu. Eso fue lo que me entregaron cuando aceptaron la salvación, pero demasiados de ustedes dedican el resto de su vida a tratar de impedirme que emplee lo que por derecho me corresponde.

128. Este es Mi año del jubileo para ustedes. Elijo liberarlos. Los pongo en libertad. ¿Recuerdan la charla que dio David sobre los esclavos por amor? (CM 2134:28-40, BN 391.) Cuando se liberaba a un esclavo, tenía la opción de irse y emprender su propia vida, pero también podía entregarse voluntariamente a quien lo había liberado sin ser ya esclavo, sino más bien esclavo por amor; elegía servir y era honrado y recompensado por su servicio.

129. Yo voy todavía más lejos y los convierto en Mis amados; les concedo el honor de ser Mis esposas y participar en todo lo que soy y hago. Para muchos que se han visto arrastrados por las actitudes del mundo, esta sumisión voluntaria a otra persona podría parecer ridícula. Pero si tienen en cuenta que les he ofrecido todo a cambio de su entrega, su amor y su abandono total a Mí, los que poseen verdadera sabiduría se dan cuenta de que es la mejor oportunidad que jamás tendrán.

130. ¿Qué elegirás tú? Me encanta tu servicio, motivado por un amor sincero, y anhelo llenar ese servicio de un gozo inefable. Piensa en los primeros tiempos de la Familia. ¿Qué era lo que siempre estaba presente, aun en medio del barro, las tiendas de campaña, la mala comida y el hacinamiento? Lo que destaca por encima de todo lo demás eran las sonrisas y la alegría que brillaba en los ojos de los hermanos. Agradecían tanto el gozo de Mi salvación y la liberación del cautiverio al que habían estado sometidos, que aunque vivieran en condiciones penosas y tuvieran que hacer muchos sacrificios, casi ni lo notaban.

131. ¿Qué tenían? ¿Qué hacía que todo lo demás ocupara un lugar secundario en su corazón y su mente? ¿Qué les permitía tener una alegría profunda y duradera en cualquier situación? El gozo de su salvación‚ la dicha que sentían por haber sido rescatados, la alegría que brinda entregármelo todo y descubrir que conmigo basta. ¡Tú también puedes tenerlo! ¿Por qué no lo intentas? (Fin del mensaje.)

132. (Mamá:) Mis amores, sé que desean lo que les ofrece el Señor en este mensaje, ¡así que no permitan que nada les impida obtenerlo! Pregúntenle qué los mantiene en concreto en cautiverio o les roba el gozo, y cómo pueden verlo de otra manera. ¡Y luego pongan por obra lo que les diga! Vean esas cosas como les ha dicho el Señor que son y no como lo que parecen. Pidan oración para sanarse y aprovechen esta tremenda oportunidad del año del jubileo para liberarse espiritualmente y recobrar el gozo de su salvación, ¡el gozo de una esposa que acaba de casarse con el Marido de sus sueños! Como dijo el Señor más arriba: «Mi verdadero gozo es más auténtico que todas las dudas negativas que tanto se esfuerzan por sacarse de la cabeza. Son realidades opuestas, dos formas distintas de ver la vida, y pueden volcarse de lleno hacia una de ellas de modo que la otra casi ni exista.»

133. Los quiero mucho, mis apreciados amigos y compañeros de trabajo. Agradezco en el alma poder pasarles este mensaje. Oro que lo estudien y vivan conforme a él, porque les transformará la vida y tendrá un efecto enorme en su fortaleza, su realización y sus esperanzas de cara al futuro.

Esperando con ilusión todo lo que nos tiene reservado el Señor y reposando de lleno en Sus promesas, se despide

Mamá

134. P.D.: Si desean obtener más motivación e instrucción para cambiar de mentalidad y luchar por conservar el gozo del Señor en su vida, tengan la bondad de leer el archivo de Cartas relacionadas.

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© La Familia Internacional, 2006