Mensaje de comprensión y ánimo a la Familia en la Celebración de 2006, 2ª parte

Maria
January 14, 2006

BN 1158 DF/MM/MC / FIESTA 2006 DIC. 2005

Carta de MaríaDF/MM/MC 3571 X-2005

Continuación de la BN 1157

135. (Mamá:) Si se han desengañado porque les tocó vivir una experiencia negativa en un Hogar que estaba dividido, o daba mal ejemplo, un Hogar donde los trataron mal o sin amor, tal vez estén desanimados o hayan adoptado una actitud escéptica o desconfiada, y ya no les quede mucha fe que digamos para meterse con ganas en el Hogar o la situación en que están ahora. Mis amores, el Señor es poderoso para liberarlos de ese pasado, y puede ayudarlos a sobreponerse a todo dolor, y ayudarlos a ver con los ojos del amor y la esperanza a las nuevas personas con las que les toque estar, las nuevas circunstancias y los nuevos retos que enfrenten.

136. Hace poco hubo una muchacha en particular que decidió regresar a la Familia. Estoy segura de que hubo una serie de razones por las que lo hizo: entre ellas‚ muy probablemente, ver el callejón sin salida que es en realidad el Sistema, así como su propia convicción de hacer algo por el Señor y entregar su vida a una buena causa. Me imagino que al enterarse de los cambios tan positivos que se estaban dando en la Familia esperaba encontrarse un Hogar amoroso donde pudiera llevar fruto y sentirse realizada sirviendo a Jesús.

137. Tras volver a incorporarse a nuestras filas, escribió en busca de un buen Hogar y la aceptaron en uno que quedaba, sin exagerar, en la otra punta del mundo. Pues bien‚ después de gastarse todos sus ahorros en el viaje terminó en un Hogar que para su desgracia se encontraba plagado de defectos: desunión, egoísmo, peleas y griterío.

138. Pero claro, no podía hacer mucho que digamos, porque estaba prácticamente varada allí, y para colmo no podía recaudar fondos para desplazarse a otra zona porque el Hogar le impuso una serie de restricciones. Tanto ella como otras madres solteras más quedaron a la merced de unas personas muy estrictas y exigentes. Al final lograron zafarse de esas circunstancias, pero espiritualmente salieron con graves heridas.

139. Cuando leí tu carta‚ corazón, no te imaginas cómo lloré. Qué experiencia tan trágica, y qué pena es que pueda ocurrir algo así en un Hogar donde debería reinar el amor. En lugar de amor, había disensión y contiendas, engaños y cantidad de malos espíritus que asomaban la cabeza a cada rato. Me faltan las palabras para expresar mi disgusto; me saca de quicio. Con tanto como han hecho nuestro Esposo y Papá por enseñarnos a amar al prójimo, no me entra en la cabeza que en un Hogar de la Familia pueda llegar a tratarse a nuestros colaboradores y amigos con semejante crueldad.

140. Peter y yo lo sentimos tanto, pero tanto, que te pedimos perdón. No sabemos de qué manera podríamos haber evitado tan lamentables hechos, pero no te quepa duda de que investigaremos bien lo que pasó. Entendemos que puede haber sucedido lo mismo a algunos otros, que hayan vivido experiencias similares, y nos parte el alma. Si pudiéramos, a Peter y a mí nos encantaría recibir en nuestra casa a cada persona que haya soportado un trato tan hiriente para intentar, al menos, compensarle lo que sufrieron.

141. Nada nos agradaría más que poder amarlos como se lo merecen, con el amor de Jesús, y tratarlos con el mismo honor y respeto con que lo haría Él. No solo los consideramos amigos, sino compañeros‚ y nos duele en el alma pensar que en la Familia puedan haberlos tratado así de mal. Acudimos al Señor para preguntarle qué debíamos decir a la muchacha en cuestión, y Papá le dijo lo siguiente:

142. (Papá:) Gracias, mi amor, por enviar ese informe a Mamá. Estas observaciones hacen mucha falta y ayudan mucho a los dirigentes de la Familia en estos momentos de reestructuración y cambio. Además, haces bien en ventilar estos asuntos en lugar de callártelos. Y ahora que has hecho tu parte y puesto la situación en manos del Señor, lo único que te queda es dar un paso atrás y dejar que Él actúe. Él se encargará de resolver todos los detalles, aunque puede que tome tiempo.

143. La lucha para mejorar a la Familia es muy grande, y el Enemigo está empeñado en no ceder ni un milímetro del terreno que había conquistado. Es lamentable que aún existan personas que no capten lo que está pasando, a pesar de tanta Palabra como se ha publicado. Pero no puedes permitir que te afecte hasta el punto de que quieras tirar la toalla. Eso es ni más ni menos lo que querría el Enemigo‚ así que ni se te ocurra ceder a sus intentos de desanimarte. Sigue haciendo todo lo posible por luchar por el bien de la Familia.

144. Llegarán los cambios, y los que se hayan quedado en el pasado, los que se aferren a métodos caducos, tarde o temprano se quedarán atrás. La Familia seguirá avanzando‚ y a medida que se alinea con lo que Dios quiere que sea, lo que no proviene del Señor se hará cada vez más obvio y terminará por quedar eliminado.

145. El Señor desde luego quiere que esta sea una Familia del Amor con relaciones armoniosas entre todos sus integrantes. Es una meta alcanzable, y lo que terminará por suceder, aunque para ello tengamos que reducirnos a un grupo minúsculo como el de Gedeón. La estructura se está afirmando, y a su tiempo esta nueva estructura, cimentada en la Palabra, reemplazará a la antigua y decadente. La ayuda está en camino y llegará cuando el Señor lo considere oportuno.

146. Es una verdadera pena que persistan actitudes egoístas‚ cuando a estas alturas deberíamos haberlas superado. Me entristece tanto como al Señor. Pero desde mi perspectiva, veo que se están haciendo progresos a nivel mundial‚ que la actitud de los líderes está cambiando, y hay un núcleo de hermanos que están totalmente comprometidos con su servicio al Señor y seguirán adelante contra viento y marea.

147. No me cabe duda de que la Familia saldrá adelante y vencerá todos los maliciosos intentos del Enemigo de impedir los cambios que tienen que darse. De modo que aguanta y aférrate al Señor y a cada una de Sus magníficas promesas. Empuña las incandescentes armas nuevas que ha puesto en manos de cuantos quieran aceptarlas, y sigue dándole guerra al Diablo hasta que se vea obligado a abandonar y salir pitando. Eso sí, que no seas tú quien abandone‚ ¡porque en tanto que no cedas tienes la victoria asegurada! ¡Así que, sigue peleando, mi amor‚ y terminarás por vencer! (Fin del mensaje.)

148. Este mensaje de Papá no es solo para ella, sino para todos ustedes. ¡Qué alentador! ¿No les parece?

149. Por eso, a ti, hijita‚ y a todos los que hayan pasado por esa situación tan difícil con ella, como también a los que hayan vivido experiencias parecidas que los hayan desilusionado, los hayan hecho perder la esperanza y el deseo de seguir luchando, Peter y yo les rogamos que no abandonen. Por lo que más quieran, no dejen que afecte su relación con Jesús y su fe en la Familia.

150. Cómo quisiera tomarlos a todos en mis brazos y llorar con ustedes hasta que se olviden de lo que sufrieron. Pero sé que Jesús puede hacerlo, de modo que por favor invoquen las llaves para remontarse, las llaves del perdón, la perseverancia y la alabanza, y a su tiempo verán los resultados y cómo los ayuda nuestro magnífico Esposo.

151. Puede que tu matrimonio o tu noviazgo esté pasando por un mal momento. Quizás la persona a la que quieres hizo algo que te dolió o siga lastimándote. Tal vez te parezca que no te entiende o que no satisface tus necesidades. A lo mejor hay una falta grave de comunicación y te parece imposible de solucionarla. Es posible que sientas remordimiento por la forma en que trataste a tu pareja, y no sabes cómo reparar los daños que ha sufrido la relación.

152. Jesús lo puede arreglar todo —hasta una relación que esté en ruinas— si quiere que se mantenga en pie. Acude a Él en busca de soluciones y orientación, y ten fe en que hay esperanzas de que mejore la situación. Él puede darte las soluciones. Sea como sea‚ a la larga es cuestión de amor, humildad, oración y comunicación, ingredientes que siguen siendo esenciales para resolverlo todo. Una manifestación poderosa de amor y humildad es la sumisión que se manifiesten el uno al otro cada día.

153. Cuando tengo que asesorar a alguien en su matrimonio, le digo que lo más importante en una relación de pareja es permitir que Jesús lleve la voz cantante. Siempre existirán diferencias y puntos de vista dispares, y si no consultan con el único que lo sabe todo, con la Autoridad Máxima, ¿cómo van a saber a ciencia cierta qué es lo que está bien? Mientras que si los dos están dispuestos a someterse al Señor y dejar que sea Él quien tome las decisiones, no habrá fricciones ni resentimientos hacia el otro.

154. Muchas veces digo a la gente que una buena manera de entregar a Jesús las riendas de su matrimonio se reduce a darle la máxima prioridad en todo aspecto de su vida. Dejen que sea Él lo más importante de su relación; conversen con Él; ámenlo juntos; escuchen juntos Sus consejos‚ y los bendecirá y les concederá la felicidad conyugal que desean.

155. Si ves que tus niños o tus hijos adolescentes batallan más de lo normal para su edad; si no puedes dedicarles tanta atención y tiempo provechoso como quisieras; o si incluso andan en malos pasos e incluso tienen un comportamiento antisocial, lo más probable es que en estos momentos experimentes toda una gama de sentimientos dolorosos: desde el desaliento y la sensación de no saber qué hacer con ellos hasta frustración o la tentación de criticar a algunos de tu Hogar que a tu juicio no aportaron mucho que digamos, o tal vez no brindaron a ti o a tus hijos suficiente apoyo y ayuda.

156. Quien te dio esos hijos fue el Señor, y no se equivocó. Y aunque tú u otros hayan cometido errores al criarlos, Él puede valerse de ellos y hacer que redunden en bien, porque te ama y los ama.

157. Conozco personalmente a algunos chicos de Servicios Mundiales que se independizaron de sus padres para integrarse a otros Hogares cuando eran bastante jóvenes. En esos Hogares no les manifestaron el mismo amor y cuidado que seguramente les habrían prodigado sus padres, ni les tuvieron tanta paciencia. A pesar de ello, en lugar de albergar rencores, salieron mejores de la experiencia. Actualmente son de los más fuertes que tenemos, y los admiro muchísimo por ello.

158. Naturalmente, nada nos encantaría más que todos manifestaran siempre amor y amabilidad, pero nos consta que las personas no siempre serán así‚ por mucho que lo deseemos y por mucho que nos esforcemos por que sean así. Sin embargo, también sabemos que esas situaciones no tienen por qué causar un daño irreparable. Al contrario‚ el Señor puede hacer que les reporten grandes beneficios y ayudarlos a sobreponerse a todo efecto negativo que hayan tenido en su persona.

159. Si los ha afectado una catástrofe natural —huracán, terremoto, incendio— o algún accidentes o percance que haya causado pérdidas o daños a sus propiedades, áreas o incluso se hayan cobrado la vida de algún ser querido‚ es probable que se hayan hecho más de una vez la clásica pregunta: «¿Por qué ocurrió?» Aunque no lleguen a entenderlo en esta vida, el Señor puede darles la fe para creer que siempre actúa con amor, porque todo lo que Él hace lo hace por amor, y conforme confíen en Él y lo alaben podrá ayudarlos a percibir el lado bueno de toda situación.

160. Tal vez alguno esté desanimado con su don de profecía. Tal vez aún no lo haya recibido; o puede que siga siendo un don incipiente a pesar del paso de los años, como el mío. Quizás hayas recibido mensajes que por alguna razón llegaron sesgados o contaminados, y eso te hizo perder fe. Puede darse el caso de que te cueste consultar con el Señor respecto a ciertos asuntos que crees que debes consultarle, pero no tienes la fe. Quizás te hayan asaltado dudas respecto a tu conducto o el de otros. Y puede que viendo los mensajes elocuentes que reciben otros te desanimes porque los tuyos sean más breves, menos específicos o un poco entrecortados.

161. El Enemigo se esmerará por utilizar cantidad de tretas a ver si consigue desanimarte del todo para que no emplees un arma espiritual tan esencial y poderosa. Pero si perseveras y sigues abriéndole tu conducto al Señor, te dará mensajes buenos, respuestas y fe para escuchar Su dulce voz.

162. O tal vez estés convencido de que no mereces formar parte de la Familia porque cada tanto te asalta la sensación de que tu don de profecía deja que desear. Por lo que más quieras, no consientas que el Enemigo te desanime en ese sentido, porque toda palabra de Jesús es valiosa. Aunque no te diga más que unas pocas palabras en profecía, no por ello dejan de tener un valor inestimable.

163. Él entiende el nivel de tu don de profecía y te hablará en conformidad. Se enorgullece de ti cada vez que abres tu conducto para recibir Sus palabras; le da igual cómo sean los mensajes que recibes. Toda profecía es valiosa a los ojos de Dios, y una manifestación de Su amor por ti.

164. En algunos casos, nuestro Esposo permite que ciertas personas tengan un don de profecía menos desarrollado para que todos trabajemos juntos y nos ayudemos. Quienes tienen el don más ejercitado pueden ayudar a los que no lo tienen tanto, y de esa manera todos trabajamos en equipo, lo cual agrada a Jesús.

165. Prácticamente todos los de Servicios Mundiales tienen el don de profecía más desarrollado que el mío, ¡y no saben cuánto dependo de trabajar con ellos! El Señor me ha explicado varias veces por qué mi don no ha alcanzado mucha madurez, pero también me ha dicho hace poco que quiere que lo ejercite y que haga progresos en ese sentido, para que cuando me toque emplearlo más en público no se me haga tan difícil. Estoy en pleno proceso de optar por la humildad, tomando medidas como reunirme con otras personas para recibir mensajes, en lugar de hacerlo en privado.

166. Si aún no saben por qué su don de profecía se quedó estancado en sus etapas iniciales, es importante que pregunten al Señor a qué se debe. Puede que se trate de una prueba de fe para ver si seguirán adelante con el don o sin él, o tal vez se deba a que no tienen suficiente fe y Él quiere que adquieran más, que la estiren para recibir más. También podría ser que estuvieran insistiendo demasiado en que se les dé cierto don en particular, cuando lo que deben hacer es aceptar lo que Él quiera darles. Hay infinidad de razones‚ y tienen que averiguar cuáles son para quedarse tranquilos sabiendo que están haciendo su parte.

167. Quizás te sientas apartado del Señor por algún motivo. Puede que sea porque no ves muchas respuestas a tus oraciones, o porque cuando invocas las llaves no pasa nada muy concreto, y te preguntas si estarás haciendo algo mal. Tal vez sencillamente no seas una persona que experimente muchas sensaciones y cuando amas a Jesús de forma íntima o utilizas las armas nuevas no sientes nada de particular.

168. El Señor te ama‚ y eso es algo que puedes creer independientemente de tus sensaciones o impresiones, o aunque no sientas nada. La obediencia que manifiestas al asimilar la Palabra y ponerla por obra manifiesta en efecto una relación estrecha con el Señor, aunque no la percibas.

169. Ya se los dije antes, pero se los repito para su consuelo. Bueno‚ o al menos espero que los consuele. Yo misma casi nunca experimento «sensaciones» en mi vida espiritual, al menos en comparación con otros. Son muchas las cosas que me toca aceptar por fe; entre otras, tengo que creer que si me limito a hacer lo que Él me indica me mantendré unida a Él.

170. Como dije, todavía tengo el don de la profecía muy poco desarrollado. No recibo nada concreto. Jamás recibí una visión en profecía. Jamás experimenté un cosquilleo, aunque sí sentí algo diferente aquella vez de la que les conté que estaba amando al Señor de manera íntima y recibí una sensación como un estremecimiento u ondulación que me recorrió. Que yo recuerde, nunca me he desvanecido al descender sobre mí el Espíritu Santo ni he tenido ninguna otra experiencia que me remeciera emocionalmente. Jamás se me apareció el espíritu de un difunto, ¡y si se me hubiera aparecido seguro que me habría matado del susto! Una sola vez en la vida alcancé a percibir un destello de luz proveniente de uno de mis ángeles de la guarda. Y si me enteré fue porque se lo pregunté al Señor.

171. Tampoco he oído voces, aunque sí sentí una vez que se movían las hojas de una planta que tenía en mi habitación. Y cuando lo consultamos con el Señor, Papá explicó que uno de mis espíritus ayudantes se había rozado contra la planta. ¡Pues la verdad es que prefiero que me digan que mis espíritus ayudantes hicieron susurrar las hojas que haberlos visto en persona, porque casi seguro que me muero del susto! Por eso, el Señor tuvo misericordia. No me cabe duda de que de aquí a poco empezaré a verlos y, quién sabe, tal vez así vaya acostumbrándome poco a poco hasta que pueda verlos cara a cara.

172. Nunca he curado a nadie que yo sepa ni he hecho milagros, al menos ninguno que me conste. No soy muy carismática que digamos, y si me mezclo con un grupo de hermanos de la Familia‚ me veo y oigo igual a los demás, pues no tengo ninguna característica que destaque en particular. Tampoco tengo mucha memoria, todo lo contrario. No me acuerdo de los detalles del Tiempo del Fin. Y en general, no me expreso muy bien.

173. Si me pongo a pensar en mis muchos defectos y en los dones que no tengo, puedo llegar a desanimarme muchísimo. ¡Por eso casi nunca pienso en ellos! ¡Es la mejor solución con la que he dado hasta ahora! Deberían intentarlo. No experimento ninguna sensación particular al amar al Señor íntimamente. ¿Qué más puedo decir? Que tengo que aceptar por fe que si hago lo que el Señor me indica, cuando Él lo vea oportuno‚ recompensará mi obediencia.

174. Para mí siempre ha sido y todavía es cuestión de fe, pero creo que esa falta de sensaciones me ha ayudado a cultivar una relación con el Señor más estable y segura. Por lo general, una persona que está acostumbrada a experimentar sensaciones fuertes o que siente el poder del Espíritu no tiene esas sensaciones en todo momento. Pero no sentirlas constantemente puede llegar a convertirse en fuente de desánimo y dudas cuando esas sensaciones no se dan. Se preguntan si algo anda mal o si sucedió algo. Pues yo no tengo ese problema.

175. Casi nunca experimento sensaciones espirituales‚ tan solo la fe profunda de la paz y certeza de que Jesús me ama y está a mi lado. Esas son las únicas sensaciones a las que doy importancia. No podría afirmar que tengo una relación estrecha con el Señor si lo mido por mis impresiones; para saberlo tengo que revisar cómo ando en cuanto a obediencia.

176. Al decir esto de ninguna manera me propongo restar importancia a las experiencias espirituales —las considero magníficas y son algo que el Señor concede a muchos por diversas razones—, pero si no las tienes‚ de todas maneras puedes ser feliz, porque cuando no las experimentes no te desanimarás. Todo tiene su lado bueno, y hasta más de uno.

177. Quizás te frustren algunos integrantes de tu Hogar‚ o el Hogar en general. Te parece que no hacen tanto como deberían, que es difícil convivir y trabajar con ellos, o por algún motivo, tienes una actitud crítica y santurrona hacia ellos. Ten fe en que aun las combinaciones de personas por las que uno menos apostaría pueden llegar a convertirse en equipos triunfadores cuando se ponen en acción los milagros del Señor y reina la humildad. Él puede darte nuevos ojos para que veas a los que te rodean con amor, lo cual puede transformar la situación y renovar tu perspectiva.

178. Si estás en una situación en que las influencias del mundo —ya sea la mundanería en general o las influencias culturales particulares de la ciudad o el país donde vives— tienden a apagar el fuego y la libertad del espíritu, quizás te sientas un poco estancado. Tal vez tú mismo sientas esas influencias y no tengas las fuerzas para superarlas o no sepas hacerlo, o quizás veas esas influencias en otros y te parezca que tus esfuerzos por ayudar no logran gran cosa o que esas personas son reacias a recibir ayuda. Jesús dijo: «Mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo», y Su poder mediante las llaves es capaz de librarte de toda influencia que ejerza el mundo sobre ti o sobre tus seres queridos.

179. De igual modo, quizás hayas caído en las garras de Letargo, y tanto si te das cuenta como si ya te ha adormecido, estás en una mala posición y cuesta salirse de ella. Pero nuestro Amado nos ha dado una ayudante muy singular del mundo espiritual: Estiriana‚ que tiene exactamente el poder que te hace falta para revertir esa situación. Si de verdad quieres que el Señor y los espíritus que te ayudan inflamen tu corazón y tu alma y vuelvan a encarrilarte, lo harán encantados.

180. A Estiriana tengo que invocarla con mucha frecuencia, ya que por naturaleza suelo ser bastante letárgica. Les sorprenderá saberlo, porque saben que mi puesto en la Obra del Señor conlleva mucha responsabilidad, y también han leído las Cartas en las que Papá contaba que yo siempre lo ayudaba a entregarse a su trabajo, que no permitía que cayera a tierra ni una de las Palabras del Señor.

181. Pues bien, eso es verdad. Lo ayudé mucho a hacer su trabajo, y el Señor me ha ayudado a ser fiel con Sus Palabras y con las obligaciones que me ha encomendado. Aun así, el letargo es una de las debilidades que tengo, como las tiene cualquiera, y tengo que combatirlo.

182. Soy más lenta que la mayoría, y me exige mucho esfuerzo físico y espiritual despabilarme y ponerme a trabajar. Por naturaleza no soy muy trabajadora, y muchas veces cuando tengo una tarea por delante a mi carne le resulta fácil dejarlo para más adelante y me distraigo fácilmente con otras cosas que me entretienen más, en vez de ponerme manos a la obra.

183. Lo bueno es que, gracias a Dios, siempre termino ganándole al letargo y hago mi trabajo, aunque se me hace cuesta arriba. A veces es una lucha, sencillamente porque no cuento con un mecanismo espiritual que me haga saltar de la cama por las mañanas con un deseo incontenible de trabajar con ahínco todo el día. Creo que antes era más así, una fanática del trabajo, pero el Señor me curó y ahora tengo que esforzarme un poco más por agarrarle el gusto al trabajo.

184. Como en todo lo demás, al Señor le gusta que haya equilibrio. Soy como cualquiera, y a veces a mi carne no le gusta tener que sujetarse y ponerse a trabajar. Creo que mi espíritu está dispuesto pero la carne es débil. Tengo que invocar constantemente a Estiriana para sobreponerme a los ataques de Letargo y para que me unja con el entusiasmo necesario de forma que pueda hacer la obra de nuestro Amado y luchar para mantenerme muy unida a Él.

185. Si tienes una mentalidad demasiado activa y analítica, y muchas veces o constantemente te sorprendes batallando contra una serie de cuestionamientos, dudas, críticas y otras batallas mentales a causa de ello, quizás cada tanto te sientas medio planícola y te preguntes si tendrás las condiciones para seguir llevando esta vida de fe, creyendo en lo sobrenatural u obedeciendo la Palabra, cuando a veces todo eso es tan contrario a lo aparentemente lógico y razonable.

186. Tienes a tu disposición un arsenal de armas no carnales sino poderosas que son capaces de derribar argumentos, y puedes también echar mano de la espada del espíritu, que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Por el poder de las llaves que se convierten en espadas, Jesús puede ayudarte a distinguir lo verdadero de lo falso, y darte «poder, amor y dominio propio».

187. La mejor manera de distinguir lo verdadero de lo falso es pedir a nuestro Esposo que te lo revele mediante tu don de profecía. O, si te parece imposible recibir las respuestas que necesitas por tu propio conducto‚ pídele a otra persona que lo haga. No saques tus propias conclusiones sin dejar que el Señor exponga Su versión. Y si necesitas ayuda, pide que te pastoreen.

188. Conocí a un joven muy analítico que se pasaba el tiempo tratando de resolverlo todo apoyándose en la lógica. Era de lo más orgulloso y creía que podía hacerlo todo sin necesidad de ayuda. Por eso‚ rechazaba casi todo el pastoreo que se le ofrecía y del que pudo haberse beneficiado. El Señor dijo de él: «No quiso prestar atención a sus buenos pastores terrenales‚ y terminó sacando sus propias conclusiones, que por lo general estaban erradas». Lamentablemente‚ ese joven abandonó la Familia y el servicio del Señor hace ya varios años. No dejen que les pase lo mismo. No abandonen su corona.

189. ¿Te ha tocado enfrentarte a los medios de difusión, o librar una batalla legal u otras formas de persecución? ¿Estás experimentando las pruebas y tentaciones que se derivan de tener que sufrir por tu fe, o estás recobrándote de los efectos de una experiencia parecida? El Señor quiere sanar todas las heridas que haya sufrido tu atribulado corazón, y te premiará con el gran honor que solo da a quienes padecen por causa de la justicia‚ porque solo ellos se hacen merecedores de semejante honor.

190. A veces se te hace insoportable: te parece que se te exige demasiado para ser discípulo, o para ser miembro, los criterios de las juntas, los Estatutos, el inagotable y abundante Vino Nuevo y las innumerables sugerencias e instrucciones que trae‚ e incluso todos los requisitos que se derivan de ello. Estás empezando a preguntarte —o quizás lleves tiempo preguntándotelo— si de verdad tienes madera de discípulo y si saldrás adelante. No cedas al temor y el desaliento, como hicieron tantos, porque el Señor no te lo pediría si supiera que no eres capaz de salir adelante. Recuerda a los cristianos del hielo cuyas coronas descendían sobre su cabeza. Por lo que más quieras‚ no te rindas.

191. ¿Tienes batallas de soledad? ¿Tienes amigos y colaboradores, pero aún así sientes la falta de una persona que quiera compartir su vida contigo, con la que tener hijos y completar la mitad que te falta? ¿O ni siquiera tienes amigos y te sientes incapaz de intimar con nadie? Jesús sabe de tu dolor, y desea satisfacer Él mismo ese deseo con Su consuelo y Su amor. Y con el tiempo, quién sabe, tal vez te bendiga con esa compañía humana que tanto anhelas si le concedes a Él el primer lugar. Y si no te da esa alma gemela, recuerda que también tiene Sus razones para ello, y en muchos casos es porque necesita valerse de ti de una forma particular. Si no provee para tus necesidades por medio de alguien, cuenta con que lo hará de otra manera.

192. ¿Consideras que aunque tu Hogar tiene suficientes fondos para mantenerse a flote y cubrir sus necesidades básicas, te gustaría mucho que tuviera más para avanzar de verdad, hacer progresos y ocuparte de las labores y ministerios a los que te llama el Señor?

193. Muchas veces Peter y yo vemos la necesidad y también quisiéramos poder abarcar más obras. En algunos casos, el Señor nos confirma que es Su voluntad que trabajemos en varias cosas y nos provee lo necesario para llevarlas a cabo. Y otras veces tenemos que dar un paso de fe y ponernos a trabajar en ello confiando en que nos dará el dinero que nos hace falta, porque prometió proveer, y porque consultamos específicamente con Él.

194. Pero otras veces Él nos dice que aunque a nosotros nos gustaría hacer tal y tal cosa, no es el momento indicado. Y precisamente por eso a veces no nos facilita el dinero, porque es una de las formas en que evita que nos embarquemos antes de tiempo. Así, tenemos que confiar en que nos dará lo que necesitemos para hacer las tareas que quiere que realicemos.

195. Si estás en un Hogar o una situación diferentes, y extrañas a tus seres queridos, personas con las que te sentías muy unido y de las que dependías, ánimo. Ya habrá otras personas que se vuelvan parte de tu vida, con las que compartas amor y te lo correspondan, a falta de aquellas con quienes estabas acostumbrado a estar. Toma tiempo conocer y amar a otros, pero la Familia está repleta de personas encantadoras, de primera, y cada una tiene posibilidades de llegar a entablar contigo una linda amistad. Al abrir la vida los unos a los otros se descubre ese amor.

196. ¿Los acosa el miedo? ¿Miedo a la persecución, al Tiempo del Fin, al futuro en general o al Enemigo y sus ataques, o a cualquier otra cosa? ¡No tengan miedo de lo que vendrá, mis amores, que el futuro se augura tan esperanzador como las promesas de Dios! Si bien es innegable que padeceremos persecución, aunque pasar por la Tribulación sea parte de lo que nos espera, y aunque no nos libraremos de tener que luchar contra Satanás y sus demonios, ¡en todo ello estamos destinados a vencer y a regir y reinar con Jesús por la eternidad!

197. Si sientes una fuerte atracción por las cosas del mundo, y te cuesta adherirte a los consejos posteriores a la renovación de reducir al mínimo los efectos de la mundanería y las formas de entretenimiento mundano, y si te está costando mantenerte alejado de los tentáculos de Baco‚ ¡la liberación está a tu alcance!

198. Aunque a nuestro preciado Amante y Esposo le duele que nos dejemos distraer a veces por esas frivolidades, siempre nos perdona gustoso y nos libra de todo lo que nos impida entregarnos de lleno a Él, sea lo que sea, si tan solo invocamos Su ayuda. La verdad es que esa misma lucha puede fortalecerte en tanto que no desistas y que sigas peleando con las armas espirituales que tienes a tu disposición.

199. Hace un tiempo recibí una carta de una hermana que me pedía que rogara por ella y la ayudara. Había llegado al punto de perder casi toda esperanza y le parecía que Jesús ya no la quería. Me puse a llorar cuando leí la carta de aquella muchacha. Para mí‚ una de las cosas más dolorosas que puede haber es que alguien crea que nuestro maravilloso, estupendo y amado Esposo Jesús ya no lo quiere, o que ha dejado de quererlo por sus fracasos y pecados.

200. Debemos tener en cuenta que los que nos distanciamos de Él por nuestros pecados somos nosotros, porque Su amor se mantiene constante, nunca falla ni se agota, y Él siempre está ahí con los brazos extendidos para recibirnos de vuelta.

201. La carta expresaba sus más íntimos sentimientos:

202. Mamá, creo que eres mi última esperanza. A lo largo de los años he experimentado muchas batallas con relación a la mundanería. Yo diría que ha sido un aspecto de mi vida en el que nunca he llegado a obtener una victoria definitiva. He pedido oración varias veces, pero siempre termino reincidiendo en mis malas costumbres de siempre. Son una especie de adicción a la que no logro sobreponerme. A veces me parece que hago progresos, pero luego vuelvo a estar como al principio.

203. Hace unos meses comencé a descuidar mis ratos de Palabra y vigilia y lo disimulaba. Claro que me daba cuenta de que estaba haciendo mal, pero me sentía demasiado débil para parar. Fue muy desalentador darme cuenta de lo mucho que me había debilitado y de la forma tan bárbara en que había fracasado en mi intento de aferrarme a las victorias que había obtenido. El Señor me ha tratado siempre con tanto amor y cada vez que desobedecía me daba otra oportunidad‚ pero me da la impresión de que se me han acabado las oportunidades. He mentido sobre tantas cosas y le he sido tan, pero tan desobediente‚ que cuando pasaban ciertas cosas inmediatamente llegaba a la conclusión de que el Señor me estaba castigando.

204. Tengo el corazón destrozado, porque si el Señor ya no me quiere, ¿qué voy a hacer? No sé; tengo la sensación de que ya ni me merezco ser parte de la Familia y no me queda otra que irme. Estoy confundidísima. Te ruego que me ayudes, Mamá.

205. Si alguno cree que pudo haberme escrito esta carta u otra por el estilo, le ruego que me preste atención mientras les leo lo que le dijo nuestro amoroso Marido a esta hermanita a la que tanto ama. A ti también te ama así.

206. (Jesús:) Ven, querida hijita; siéntate en Mi regazo y deja que te estreche en Mis brazos por unos momentos. Déjame acariciarte. Déjame mirarte a los ojos y enjugar tus lágrimas y temores. Déjame que te recuerde el amor eterno que te profeso y cuánto me desvelo por ti. Si tan solo vieras y entendieras una mínima fracción del profundo amor que te tengo, jamás dudarías si te amo. Mi vida, Mi amor es desde la eternidad y hasta la eternidad, y por muchas veces que falles y te vuelvas infiel, permanezco fiel.

207. Te crees un caso perdido a Mis ojos‚ piensas que me has decepcionado y que te has fallado a ti misma demasiadas veces; crees que no mereces Mi amor. Es cierto, cariño; no te mereces tanto amor. Pero así ha sido desde siempre. Sin embargo‚ Mi amor no se dio a la humanidad porque se lo mereciera; nada de eso. Yo no vine a salvar a quienes no necesitaban un Salvador, sino a rescatar y a salvar a los perdidos, a los que no tenían nada y morían sin la esperanza de la salvación.

208. Mi amor no se te da porque seas buena ni por las buenas obras que puedas llegar a realizar por Mí; ni se mide conforme a tu justicia. Te salvé, amada hija, no por obras de justicia que hubieras hecho, sino conforme a Mi misericordia. Y Mi misericordia y Mi amor son desde la eternidad y hasta la eternidad.

209. Has llegado a preguntarte si ciertas cosas que te pasaban eran castigos Míos, señal de que te hubiera desechado y hubiera dejado de amarte. No te quepa duda de que no fue así. Mi amor, vuelve los ojos hacia Mi rostro, mírame a los ojos y dime qué ves. ¿Ves acaso desdén y reproches? No, Mi tesoro; no hay nada de eso en Mi mirada, sino amor perfecto y comprensión: un amor y una comprensión que perduran y nunca se desvanecen.

210. No llegarás a comprender plenamente a qué se debe lo que ha obrado Mi mano en tu vida en estos momentos, así que tendrás que envolverlo en un paquetito de fe y confiármelo, creyendo que lo hago todo bien y que lo que sea que haga lo hago con amor, pues es la pura verdad y la única explicación. A su tiempo entenderás cómo todo lo que permití en esta situación fue ni más ni menos que por amor, y comprenderás que redundó en bien tuyo porque me amas.

211. Quiero hablarte también de esa desesperanza que has experimentado‚ la sensación de que te he dado por imposible y te pasaste tanto de la raya que te he desechado. Hija Mía, aunque has caído muchas veces y en muchas ocasiones te has decepcionado a ti misma y a los demás desobedeciendo y mintiendo, Yo no me he apartado de ti. Ni tampoco he perdido la fe en ti, Mi amor. Mi esperanza y Mi fe en ti siguen firmes e inmutables. Mis misericordias se renuevan cada mañana. Cada día te doy una nueva oportunidad, hago borrón y cuenta nueva, y te presento una página en blanco para que la llenes. Mi misericordia y Mi perdón permanecen para siempre.

212. Recuerda lo que le dije a Pedro cuando se me acercó para preguntarme: «Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?» Y le respondí: «No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete». Si esperaba de Mis discípulos, con sus limitaciones humanas, que perdonaran así, ¡cuánto más Yo‚ Tu Esposo, te perdonaré a ti, Mi desposada a la que tanto amo y aprecio?

213. Es cierto que Mi esperanza y deseo es que seas una esposa obediente que me ame por encima de todo y desee agradarme y obedecerme, pero entiende que no es solo por Mi bien, sino por el tuyo. Solo puedo bendecir‚ ungir y hacer prosperar a los obedientes, y únicamente si obedeces puedo recompensarte como me gustaría. Es un principio espiritual, una de esas leyes universales a las que no solo tú, sino también Yo‚ estamos sujetos.

214. Deseo bendecirte, no solo con los dones y las recompensas que te agradan en lo físico, sino también con premios espirituales de satisfacción, realización y una intensa sensación de utilidad y dicha. Esas son algunas de las recompensas más valiosas‚ los regalos más inestimables que no pueden comprarse ni venderse.

215. Me encantaría darte todo eso, amor Mío, pero Mis posibilidades de dártelo las limitan tus actos. Por eso te he rogado repetidas veces que me sigas de cerca y procures diligentemente lo que es bueno y agradable a Mis ojos‚ porque quiero bendecirte y concederte las peticiones de tu corazón. Pero deberás buscar primeramente Mi Reino y Su justicia, y solo entonces se te añadirá todo lo demás. La fe y la obediencia vienen primero.

216. Ahora bien‚ nada de eso tiene que ver con el amor, la compasión y Mis tiernas misericordias hacia ti. Eso es harina de otro costal. Te amo exclusivamente por ser quien eres, creación Mía, esposa Mía, amor Mío. Y nada de lo que hagas o dejes de hacer va a alterar eso. Es imposible, y punto. Quédate tranquila con la seguridad de que te amo y la certeza de que Mi amor por ti es inmutable.

217. Eso sí, te animo a esforzarte por hacer lo que es agradable a Mis ojos. Procura obedecer Mi Palabra y ser hacedora de ella para que pueda bendecirte y hacerte prosperar, y para que con esa obediencia me des oportunidad de concederte todo lo que te tengo preparado en Mi gran tesoro. ¡Te amo! (Fin del mensaje.)

218. Así concluye este hermosísimo mensaje de nuestro Esposo. Espero que haya ayudado a todos los que se sientan desahuciados y crean que Jesús ya no los ama. Yo sé que los ama, y ustedes también pueden tener la certeza de ello, porque Él dijo: «Te he amado con un amor eterno».

219. Y ahora que han tenido el honor de beneficiarse de tan hermoso mensaje, ¿me harían el favor de apoyar a esa hermana con el regalo de sus oraciones? Si alguna vez les tocó pasar por algo parecido, sabrán lo maravilloso que es contar con las oraciones de sus compañeros y amigos que combaten por ustedes en espíritu. De modo que tengan la bondad de rogar por ella y por cualquier otra persona que sepan que experimenta sentimientos de fracaso y desesperanza.

220. Sea cual sea la dificultad que afrontes o las circunstancias que te haya tocado vivir, por enormes que sean las montañas, nuestro Amado tiene las soluciones. Tiene un plan, y sacará de ello maravillas en tu vida. ¿Acaso no has comprobado que siempre es así? A mí ya no me cabe duda. A veces pasamos por unos túneles oscuros que se nos hacen interminables, pero al final salimos al otro lado, siempre y cuando no dejemos de seguir a Jesús ni nos soltemos de Su mano.

221. Nuestro magnífico Esposo conoce tu corazón y sabe de sobra lo que necesitas, y hará lo que sea necesario para darte una mano para que te conviertas en el mejor discípulo posible para Él. ¿Y sabes una cosa? Que te ama tanto que no hay nada que no hará por ti con tal de que sientas dicha y satisfacción a Su servicio.

222. Lo eres todo para Él. Figúrate que entregó la vida por ti y sigue entregándotelo todo cada día de tanto que le importas. A lo que más importancia da es a tu corazón, tu felicidad y tu satisfacción a Su servicio, así como tu amor por Él, más todavía que a la importantísima labor que te ha encomendado. Naturalmente, quiere que hagamos bien la tarea que nos ha encomendado, pero por encima de todo quiere que seamos felices y trabajemos con entusiasmo, siempre listos para transmitir Su amor a otros. Por eso‚ hará lo que sea necesario para ayudarnos a alcanzar esa meta.

223. Puedes contar con cada una de las palabras de nuestro Esposo. Jesús nunca miente ni dice una cosa por otra, ni habla por hablar: cada palabra que dice la dice en serio. Y si invocas Sus promesas, serás bendecido con la recompensa de tu fe. Nuestro Amado alterará las circunstancias, mejorará la situación, te dará los progresos y victorias que necesites, sean cuales sean. Te dará salud, te protegerá, proveerá para tus necesidades, te alentará, fortalecerá tu espíritu con Su hermosísima Palabra escrita y Sus semillas doradas de profecía. Aunque sea un proceso lento —muchas veces lo es— no te desanimes ni tires la toalla. Sigue confiando en Él con la seguridad de que guardará Su Palabra‚ porque la cumplirá.

224. Estamos rodeados de tanto poder espiritual que el Enemigo sabe que no puede ganar en tanto que sigamos empuñando nuestras armas espirituales. Por eso procura con tanta saña que no las empleemos, y trata de convencernos de que no sabemos usarlas bien y por lo tanto sería mejor que ni nos tomáramos la molestia; y si no‚ intenta demorarnos o que las usemos sin mucha convicción. ¡Lo que pasa es que les tiene pánico, y también nos teme a nosotros cuando las blandimos! Así que, ¡vamos a darle un susto de muerte! ¿Se animan? Guiémonos por la voz de nuestro Esposo en profecía, y dejemos que nos aconseje a cada paso.

225. No solo contamos con Jesús para que nos hable cada vez que se lo pidamos, sino que tenemos a muchísimos espíritus ayudantes que están más que dispuestos a brindarnos orientación y ánimo. También contamos con el formidable poder de la oración intercesora, que es un arma espiritual poderosísima por medio de la cual podemos pedir a nuestro Esposo que intervenga en favor de nuestros seres queridos y efectúe cambios en cualquier situación, haga milagros por nosotros, nos conceda sabiduría y ungimiento y todo lo que pueda hacernos falta.

226. Contamos además con unos increíbles espíritus ayudantes a los que podemos invocar. Siempre que queramos, podemos hablarles‚ solicitar su ayuda y pedirles que nos hablen en profecía.

227. Y por si fuera poco, el Señor nos ha inundado con miles de promesas de las llaves sobre todos los temas habidos y por haber, suficientes para toda necesidad que pueda surgir. Muchas son exclusivamente para animarnos, consolarnos y motivarnos. ¡El poder de las llaves nos rodea por los cuatro costados! Gracias al poder imbatible de las llaves‚ estamos protegidos, resguardados, y contamos con una enorme cantidad de municiones espirituales contra todos los ataques del Enemigo.

228. A continuación les paso una llave nueva, una promesa para esta Celebración, que es algo que sé que va a tener mucho sentido para cada uno, sobre todo con tanto como han trabajado durante todo el año de reestructuración, el del fortalecimiento. Es una promesa de Jesús para ustedes. Por favor, procuren no recibirla como si se tratara de una promesa más entre las miles con las que ya cuentan. Esta en particular es muy, pero muy singular.

229. Esta es la llave en particular a la que el Señor decidió dar más importancia que a todas las demás, la más valiosa que podría darnos. Tengo la sensación en espíritu de que esta promesa es muy, pero muy importante, una llave valiosísima y maravillosa que nos está concediendo el Señor. No quiero decir que las otras no sean maravillosas ni excepcionales, tremendas para nuestra vida, pero es que esta es particularmente hermosa e importante y debemos procurar no verla como una más del montón. Es que el Señor nos prodiga tanto amor y derrama sobre nosotros tal caudal de Palabras de amor, día tras día‚ semana tras semana, que al menos yo —lo reconozco— dejo de valorarlas tanto como debería, y estoy casi segura de que a ustedes les pasa lo mismo.

230. Esta vez hagan el esfuerzo de recibir este regalo que nos da nuestro Amante como algo muy‚ muy valioso que nos trae envuelto en una hermosa caja, nos presenta arrodillado y nos entrega abriéndolo Él mismo con la intención de deslumbrarnos. No me cabe duda de que si lo ven de esa manera le sacarán mucho más provecho.

231. Aquí la tienen:

232. «Te he unido a Mi corazón por medio de las llaves del amor íntimo. Nada podrá alterar el amor que te tengo. Cuando necesites sentir un toque particular de Mi amor en tu vida, invoca la llave del amor íntimo. Sentirás que te envuelven Mis brazos y que Mi Espíritu toca al tuyo de una manera reservada para ti.»

233. Apreciada Familia: las promesas de las llaves son un maravilloso recordatorio del poder de nuestro Amante y de Su deseo de ocuparse de cada una de nuestras necesidades. Por lo tanto, invóquenlas, léanlas, memorícenlas, recíbanlas del Cielo, y dejen que los animen a pedir grandes milagros.

234. Junto con la oración, nuestros espíritus ayudantes y las llaves‚ nuestro tierno Amante nos ha concedido también el poder de la alabanza. Y la alabanza no solo es una bellísima forma personal de expresar amor a Jesús, sino que tiene tanta energía y poder que el Enemigo no la soporta. El Señor la ha llamado el arma imbatible, porque nunca falla. Siempre da resultado.

235. Se nos ha bendecido con cantidad de armas espirituales para ayudarnos en nuestras batallas‚ y cuando las empleamos con fe, aun cuando no tengamos ganas, el Señor nos saca adelante y nos ayuda a ver más desde Su perspectiva. Nos concede una medida de victoria aun cuando la situación se pone muy difícil, y nos da la gracia para perseverar hasta que obtengamos la victoria total.

236. Ya sé que hablar de las armas espirituales no tiene nada de nuevo‚ pero estamos hablando de ánimo, de hecho ese es el tema de esta charla. Y emplear las nuevas armas es fundamental para estar animados. Si quieres ánimo, deberás creer en las Palabras del Señor y ponerlas por obra.

237. En esta Celebración el Señor quiere animarlos. Quiere liberarlos de sus adicciones. Quiere concederles victorias que pensaban que jamás obtendrían y quiere fortalecer su espíritu. Quiere derramar Su amor consolador sobre cada porción de su corazón y su espíritu, y reabastecerlos de fe y fortaleza espiritual. Quiere bañarlos en Sus aguas de vida. Pero primero tenemos que quitarnos de en medio y debemos renunciar a todo lo que nos impida creer en el amor de nuestro Esposo o Sus Palabras.

238. Y ahora les pediré que hagan una cosa, y ya sé que hicieron un ejercicio parecido hace un par de noches en la velada de amar a Jesús. Pero es que‚ después de haberse empapado de la Palabra en estos dos últimos días, haber escuchado a Jesús, haberle dedicado un tiempo muy exclusivo y haber escuchado sobre todas estas batallas y pruebas, sin duda estarán empezando a verlo de otra manera y podrán emplear el arma de la alabanza con mucho más fervor y eficacia conforme se entregan de lleno al Señor.

239. Quiero que cada uno piense por unos instantes en lo que le pesa; deténgase a pensar en ello. No en las preocupaciones del día, sino en otras a más largo plazo o algo que les pese en el alma. Identifíquenlo. Y ahora, alcemos juntos los brazos hacia el Cielo y alabemos al Señor por ello. Alabémoslo por ese peso que les ha venido a la mente; cuanto más concreto, mejor. Alábenlo por la forma en que los está fortaleciendo. Alábenlo por la certeza de que lo solucionará. Díganle que aunque nunca lo solucione, seguirán pensando que es maravilloso, que es su Amante, su Esposo, su razón de ser‚ y no perderán nunca la confianza que le tienen.

240. Voy a tomarme una pausa de unos momentos mientras lo hacen.

(Aquí hay una pausa de un minuto en la grabación.)

241. ¿Verdad que se sienten más aliviados? Qué maravilla encomendárselo todo a Jesús, ¿no? Eres genial, Amor nuestro. Te queremos en el alma.

242. Gracias, Jesús. Gracias, entrañable y admirable Salvador. Gracias, Rey‚ Amante y Señor nuestro. Eres precioso, Jesús. Todo lo haces bien.

243. Te adoramos, Amante del alma. Nos amas sin reservas. Es un honor para nosotros que nos ames incondicionalmente, con Tu puro y bello amor. Nadie más puede amarnos así, ni siquiera las personas a las que más queremos en este mundo y nos quieren en el alma. Nos faltan palabras para agradecerte el regalo de Tu amor. Gracias, precioso Jesús, por querer estar tan cerca de nosotros. Gracias por bendecirnos con una relación tan personal contigo, que es lo que más valoramos en esta vida.

244. Cuánto te amamos, Jesús. Más de lo que podemos expresar con palabras. Nuestras palabras no alcanzan para decirte lo que significas para nosotros, porque eres más que palabras. Lo eres todo. Cada vez que contemplamos Tu maravillosa creación o vemos el amor que irradian los ojos de alguien recordamos lo magnífico que eres. Cada vez que vemos cómo Tus Palabras transforman vidas, te alabamos por Tu poder. Haces lo que nadie más puede hacer.

245. Lo eres todo para nosotros‚ Tesoro nuestro. La razón de nuestra existencia, el centro de nuestra vida. Gracias por ser semejante maravilla. Gracias por el amor que prodigas a cada uno de Tus hijos, un amor infalible. Gracias, amado Jesús. Alabamos tu admirable y poderoso Nombre.

246. ¿No me digan que no les eleva y purifica el espíritu dirigir palabras de amor y alabanza a nuestro preciado Esposo, o incluso oír a otros pronunciarlas? Como dice la Palabra, la alabanza es la voz de la fe, y cuando expresamos fe con nuestras palabras, huye el Diablo. Cuando alabamos con la boca, no solo agradamos a nuestro Amante, sino que nos ponemos felices‚ y brindamos felicidad a cuantos oyen nuestras alabanzas.

247. La alabanza es una contundente arma espiritual; ¡me encanta emplearla! Hay muchas maneras de alabar a nuestro Esposo y expresarle amor y gratitud. Podemos decir palabras de alabanza‚ podemos cantar, podemos dedicarle nuestra música, suene como suene. A veces a algunos nos parece que suena muy mal, ¡pero por lo menos es un sonido alegre! Podemos leer promesas de las llaves que contengan alabanzas. Podemos soltarnos a hablar en lenguas, cantar en lenguas, hacer una oración de alabanza a Jesús, y toda nuestra vida puede convertirse en una alabanza al Señor.

248. Algunas de esas modalidades de alabanza son bastante humillantes‚ pero eso nos hace bien. A veces es así, por ejemplo, si no están acostumbrados a alzar los brazos al alabar o a hacerlo en lenguas, pero puede ser de lo más liberador e inspirador, y a Jesús le encanta.

249. Hablar en lenguas va totalmente contra nuestro razonamiento carnal. No tiene nada de lógico ni de comprensible. Es dejarse tomar por el espíritu y permitir que este hable a través de ti. Es una manifestación de la libertad del Señor. Hablar en lenguas no es algo que uno pueda hacer por su cuenta, porque es un don del Espíritu. Si no tienes el don de lenguas, puedes pedírselo a nuestro Amado, y luego lanzarte por fe a emplearlo. Él quiere concedérselo a todo el que se lo pida.

250. Hablar en lenguas es un regalo de amor que te hace Jesús. Hay que entregarle la lengua sin reservas. Nunca sabes qué es lo que va a decir por intermedio de ti ni cómo sonará. Eso significa cederle por completo el timón a nuestro Esposo y darle vía libre para que se sirva de tu lengua como mejor considere. Permitir que sea Él quien forme las palabras en tu lengua y las exprese. Lo único que nos toca hacer a nosotros es acceder y hablar en lenguas. De esa forma manifestamos cuánto dependemos del Señor, porque no sabemos qué saldrá y no nos queda más remedio que confiar en que Él hará el milagro.

251. En los albores de la Familia, Papá hablaba mucho en lenguas, y animaba a todos a hacer lo mismo. Era algo revolucionario, por ser tan liberador en espíritu. A veces la gente se congregaba alrededor de la fogata y hablaba en lenguas durante varios minutos, y a todos les encantaba, porque era señal de la presencia del Espíritu del Señor.

252. A continuación les paso una información que seguramente encontrarán interesante. Sin duda conocerán una palabra que es bastante común al hablar en lenguas: shondo. Se usaba mucho en los comienzos de la Familia. Pues bien, pedí al Señor que me diera la interpretación, no solo para satisfacer mi curiosidad sino también para poder decirles su significado y animarlos. Dijo que significa: «Alabanzas al Altísimo» y «Gloria a nuestro Dios resplandeciente».

253. Jesús dijo: «Las lenguas son flexibles‚ y su significado varía dependiendo de la ocasión y de la forma en que se mueva Mi Espíritu. Aunque digan con mucha frecuencia las mismas palabras al hablar en lenguas, no siempre significan lo mismo. Es el idioma del Cielo expresado por boca de ustedes. El Cielo sabe qué decir a través de ustedes, así que no tienen más que abrir la boca y recibir las lenguas.»

254. Qué interesante, ¿no? A mí me pareció toda una revelación. Un revelación pequeña, por supuesto; no creo que vaya a cambiarnos tanto la vida enterarnos de que esas palabras no siempre quieren decir lo mismo y varía según la ocasión. El Señor es sorprendente, y las cosas del espíritu escapan a nuestra comprensión‚ a menos que le preguntemos. Jamás se nos hubiera cruzado por la cabeza algo así‚ al menos a mí no. ¡Gracias, Jesús!

255. Es importante que no dejemos de alabar constantemente a Jesús, ya sea en lenguas o con nuestro idioma terrenal. Es nuestro magnífico Esposo y se merece todas nuestras alabanzas.

256. En unos momentos les pediré que me acompañen hablando en lenguas y alzando los brazos en alabanza. Aunque no posean el don de lenguas, pueden emplear el de la humildad y alzar los brazos a Jesús pidiendo al Espíritu que hable a través de ustedes. ¡A lo mejor cuando hayan terminado habrán recibido el don de lenguas! Claro‚ si se lo piden de corazón, si lo desean de verdad.

257. Otra manera‚ que creo que ya les dije, de alabar a nuestro Esposo por Su belleza y grandeza es cantar en lenguas. ¡Uf! ¡A estas alturas ya estarán tan incómodos que al oír esto se pondrán a temblar de los nervios! Pero no se preocupen, que lo único que tienen que hacer ustedes es alzar los brazos y hablar en lenguas. Así que, si lo comparan con lo que podrían hacer —cantar conmigo en lenguas— tal vez les parecerá que no es tan difícil y se sentirán más aliviados. Yo voy a cantar en lenguas, y si ustedes tienen la humildad de lanzarse a hablar en lenguas y alzar los brazos al Señor en alabanza, todos entraremos humildemente en Sus atrios alabándolo juntos.

258. El Señor dijo que esto era algo que yo podía hacer en prenda de mi amor a Él y como ejercicio de humildad, como expresión de la hermosa libertad de espíritu que nos ha dado. Las lenguas, sean habladas o cantadas, son palabras de amor a Él, palabras de alabanza y adoración a nuestro Esposo.

259. No tengo la menor idea de cómo saldrá; me limitaré a tratar de ejercitarme en la humildad y oraré para que mi espíritu ayudante, que, a diferencia de mí sí canta bien, se manifieste. Gracias, Jesús, por Tus espíritus ayudantes.

260. ¿Me acompañan alzando las manos y lanzándose a hablar en lenguas para alabar a nuestro formidable Jesús?

(Mamá habla y canta en lenguas.)

261. ¡Aleluya! ¡Alabado sea nuestro gran Dios de gloria! ¡Todo el poder y majestad le pertenecen a Él! Una vez que arranqué, me costó parar. Podía haber seguido, pero tienen poco tiempo y puedo seguir haciéndolo en privado, que es exactamente lo mismo que pueden hacer ustedes si quieren.

262. Pueden invocar las llaves del denuedo y ponerse a cantar en lenguas en sus devociones privadas o cuando estén reunidos. Pero no se preocupen, que cantar en lenguas no es una doctrina nueva ni algo que tengamos que hacer de ahora en adelante. Aunque si quieren‚ por supuesto que pueden.

263. Es increíble la libertad que tenemos mediante el Espíritu. Somos singulares entre los cristianos. Es que el Señor nos ha encomendado una misión muy especial. Nos ha llamado y escogido para ser Sus portavoces para transmitir Sus Palabras a este mundo agonizante. Nos ha bendecido con la magnífica misión de ganar a los perdidos con Sus palabras de amor, y a veces con Sus mensajes radicales. No les caeremos bien a todos ni querrán escuchar lo que quiere transmitirles por intermedio nuestro, pero los que reconozcan Su Espíritu seguirán y agradecerán mucho nuestra obediencia y que hayamos tenido el amor de comunicarles las Palabras del Señor.

264. Gracias por entregar la vida por las ovejas. Peter y yo los queremos muchísimo. Oramos por ustedes todos los días. Los admiramos por la labor que hacen de traer a las ovejas al redil y enseñar a sus pequeños los caminos del Señor.

265. Nos enorgullece la fe que tienen para obedecer y seguir a nuestro Amante tan radical. No nos alcanzarían las palabras para decirles lo mucho que los queremos y necesitamos. Sin la ayuda de cada uno de ustedes, de ninguna manera podríamos cumplir la monumental labor de conquistar a todo el mundo y desenmascarar las mentiras del Enemigo.

266. Peter y yo los queremos mucho. Aunque no nos hayamos conocido en persona, nos sentimos muy unidos en espíritu y casados espiritualmente con cada uno, porque servimos juntos a nuestro Amante. Nos sentimos muy unidos a ustedes, porque sabemos las pruebas que acarrea ser los discípulos que el Señor les ha pedido que sean. Sabemos que las pruebas son difíciles. Nos consta que las pruebas de su fe son muchas. También sabemos que hace falta una gran medida de amor a Jesús para seguir luchando a pesar de tanta persecución, dificultades y pruebas. Eso hace que se desborde el amor por ustedes en nuestro corazón. De verdad que nos faltan las palabras para expresarles lo que significa cada uno para nosotros.

267. No les quepa duda de que haremos cuanto podamos para ayudarlos a cumplir lo que Dios ha encomendado a Su Familia del Tiempo del Fin. La Familia avanza hacia el futuro y nos emociona formar parte del plan de Dios. Para nosotros es un honor trabajar codo a codo con ustedes, y esperamos con ansia el día en que por fin podamos estrecharlos en nuestros brazos para decirles cuánto los queremos y apreciamos, ya sea que eso se materialice aquí en la Tierra o que tengamos que esperar hasta el Cielo. ¡Haremos una gran celebración de amor para cantar y exclamar alabanzas a nuestro Esposo!

268. Para terminar, les voy a leer un mensaje que dio nuestro Esposo para nuestra querida Familia. Y solo porque se lo lea al final de la charla no crean que es menos importante que el resto de lo que nos guió el Señor a comunicarles. En realidad, es muy importante, y por eso precisamente lo reservé para el final. Quería que estas hermosas Palabras de nuestro Esposo fueran casi lo último que oyeran para que se quedaran con ese sabor en su corazón y su mente, como recordatorio de lo mucho que ama a cada uno. Aquí va Su mensaje de amor:

269. (Jesús:) Mi corazón les pertenece, amores Míos. Mi Espíritu‚ Mi cuerpo, Mis pensamientos, todo Mi ser son un regalo de amor que les hago. Ustedes son punto central de Mi vida‚ el principio y el fin de Mi universo.

270. Ustedes son el pulso de Mis venas, el aire que respiro, la luz de Mis ojos. Aquellos a quienes dedico Mis pensamientos. Siempre están presentes en ellos. Ya llegará el día, amores Míos, en que les entregaré el premio completo que se merecen como esposas Mías, y ese será un día espléndido que durará por la eternidad.

271. Mis amores, invoquen la llave especial del amor íntimo cada vez que quieran sentir Mi presencia, y me haré presente a su lado, dentro de ustedes y a su alrededor. Si bien hago entrega de esta llave para que toda la Familia la invoque, esta llave tiene miles de conectores: uno para cada una de Mis esposas, de modo que cuando invocan esta llave se activa de una manera única en su espíritu y me acerca en concreto a quien la invoque.

272. Quiero que sientan Mi presencia en el plano personal como una prenda del amor que tengo por cada una de Mis esposas fieles, sacrificadas, constantes y obedientes. Me han entregado tanto con su obediencia a las iniciativas de Mi Espíritu que esta llave no es más que una muestra del amor que les doy a cambio.

273. No se preocupen si no sienten nada de particular. Recuerden simplemente que creé sus conexiones a esta llave de la manera que mejor se adapta. Así que, disfrútenla, invóquenla y el misterio que les tengo reservado.

274. Para algunos se manifestará con sensaciones, mientras que para otros se manifestará como una paz y relajación totales, o tal vez en forma de más tiempo conmigo en el lecho de amor‚ o sencillamente mediante Mis bendiciones por su obediencia. Las manifestaciones serán a la medida de cada uno y sentirán las recompensas y los efectos de esta llave del amor íntimo de las formas en que sé que más las apreciarán y necesitarán.

Las amo mucho, esposas Mías, y estoy orgulloso de ustedes.

Su seguro Servidor por siempre, Jesús (Fin del mensaje.)

275. Peter y yo también somos sus seguros servidores‚ mis amores; somos de ustedes y ustedes nuestros. Todos nos pertenecemos mutuamente, somos parte los unos de los otros y juntos conformamos la esposa de Jesús. Haríamos cualquier cosa por ustedes, y sabemos que ustedes harían cualquier cosa por nuestro Esposo.

276. De modo que si alguna vez se sienten solos en la lucha, no olviden que forman parte de la gran y bella Esposa de Jesús, y pidan refuerzos para que vayan a ayudarlos en la batalla. Pidan ayuda a sus compañeros y cónyuges, y pídanla también a sus seres queridos y ayudantes del plano espiritual, a sus numerosos espíritus ayudantes.

277. Ahí estarán para socorrerlos, todos acudiremos, con nuestras oraciones y de cualquier manera en que podamos ayudarles. Somos uno en el Señor. ¡Para siempre! ¿Amén? ¡Los queremos mucho!

(Mamá canta un poco más en lenguas.)

Texto en recuadro:

P.D.: Andrew V., que se ocupó de la parte técnica de preparar la grabación de esta charla para ustedes, se inspiró y puso música a lo que canté en lenguas. Tienen a su disposición el fichero si quieren escucharlo juntos. El Señor lo ungió mucho para escoger la instrumentación y hacer los arreglos. ¡Toda la gloria para Jesús! Vean el Suplemento a la charla de Mamá para la Fiesta 2006.

Fin del recuadro.

© La Familia Internacional, 2005